Capitulo 8

14.8K 889 40
                                    

Al fin habíamos llegado. Después de lo sucedido Emma se había despertado e iba incomoda ya que no podía moverse mucho.

Íbamos en el auto yendo al Hotel.
Me dí cuenta que era uno de los hoteles de Cristhian ya que cuando llegamos por poco no se le tiraban al piso y le besaban los pies.

Nos dieron nuestras respectivas habitaciones y subimos. Entre al mio que era el 505 por cierto, y mi jefe al lado en el 506.

Me quede sorprendida por lo grande que podría ser, era un departamento pero yo con un simple cuarto me conformaba. Todo un lujo.

Deje a Emma en la cama con almohadas al rededor y la tele prendida en sus caricaturas favoritas.

Decidí tomas una ducha rápido ya que mi hija estaba despierta y temía que se cayera y se lastimara. Literal que me moría si algo le sucedía. Deje la puerta abierta del baño por las dudas.

Cuando termine de bañarme, envolví en mi cuerpo una toalla y salí buscando a mi hija. No la vi en la cama y corrí mirando en ambos lados si no se había caído, me extrañaba no escuchar ningún llanto. Sentí una tos falsa atrás mio y me dí vuelta. Vi a mi hija en brazos de mi jefe y por un momento me olvide de todo, solo los observaba. Cuando tenia a Em en sus brazos se veía tan diferente, ternura, amor, emoción, felicidad, familiaridad, estaría toda una tarde diciendo cualidades que ellos desprendían cuando estaban juntos. 

- Perdón por asustarte y molestar, como no contestabas pensé que había sucedido algo y me atreví a entrar - dijo mirándome de arriba a abajo, su mirada me incomodaba. - Si quieres me llevo a Emma así te cambias tranquila.

Y fue ahí cuando baje mi mirada y me dí cuenta que solo estaba con una toalla, me sonroje.

-Oh, he si, si no hay inconveniente te lo agradecería mucho- conteste en un susurro.

Los vi salir y largue un todo el aire que contenían mis pulmones. Rápidamente tome una falda en un verde oscuro y un swetears negro con zapatos a juego. Alce mi pelo en una coleta alta, y solo me maquille con un poco de rímel para pestañas.

Me dirigí a la habitación de al lado, golpee suavemente y mi jefe apareció con mi hija sonriendo. Los veía tan feliz, que añoraba la idea que Em tuviera un padre, pero no me sentía capaz que la lastimaran.


- Hola Sarah te estábamos esperando - dijo jugando con Em en brazos, me la paso - voy a buscar unas cosas y bajamos a almorzar ponte cómoda.

- Si si acá espero-

Observe la habitación, era muy parecida a la que yo me encontraba pero aun mas grande. Y era lógico el era el presidente y dueño de estos Hoteles. Jugaba con mi hija, sus carcajadas eran música para mis oídos.

 - Acá estoy, bajemos a almorzar y luego vamos a la junta.

Iba a su par ambos callados. Si bien había un poco mas de confianza, no había mas que una relación jefe-empleada. El silencio se notaba, solo se sentían los balbuceos de Em. Añoraba que su primera palabra fuera mamá, mami o hasta con un simple ma me conformaba.

Llegamos al restaurante el hotel y nos dirigieron a una mesa mas apartaba del resto. Cristhian pidió para ambos  paella valenciana. Conversamos tranquilamente de cosas muy sencillas. Así descubrí algunas de sus preferencias, como por ejemplo que su color favorito es el azul, prefiere los perros pero no tenia mascotas tras la muerte de su fiel perrito el cual se llamaba Urko de la infancia, es muy malo en la cocina y es fanático del baloncesto. Yo al igual que el le conté de mí, mis gustos y como había sido el tener a Em sola. Había pasado ya dos horas desde que estábamos sentados animadamente intercambiando palabras. Pero el deber llamaba y una junta nos esperaba.

Tras una lucha por ver quien pagaba, decidimos que esta vez el invitaba y la próxima seria yo. Tome a mi hija en brazos y la coloque en su cochecito la cual dormía su siesta y nos dirigimos hacía el salón donde nos esperaban.

Mi jefe, mi hija, mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora