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22/03/2018

– ¡Quiero ir con Sofía! —grita Thiago—.

– Thiago, tu hermana duerme —lo miro—.

– ¡Quiero ir! —patalea—.

– Está endemoniado —lo miro raro y regreso mi vista a Mia—.

– Andá —Anto lo mira—.

– ¡Si! —festeja—. ¿Mateo va?

– No, se queda —niega—. Vos sos terrible y Matu es chiquito, no se va quedar tanto tiempo como vos.

– Entonces me voy a vivir a Italia.

– Ni en pedo —lo miro y Anto ríe—, insoportable.

– Nunca dije que con vos —me saca la lengua—.

– Perdóname querido —lo miro alzando las cejas—. ¿Quien te va aguantar si no soy yo? ¿Quien te va llevar a la cancha? Porqué a tu padrino no lo veo por acá.

– Paulo.

– Ya me cambia, ahora que Paulo te lleve a la cancha —lo miro—, a la primera se olvida de que te tiene que cuidar.

– Le voy a preparar la valija —Anto me mira y asiento—.

Hablo con Paulo y le aviso que Thiago va con nosotros, a lo que él se pone feliz ya que ama estar con Thiago y joderme a mi.

Luego de que Anto le termine de preparar la valija a su hijo, ambos nos despedimos de los tres, nos abrigamos y salimos de la casa.

Cuando llegamos a mi casa, Paulo saluda a Thiago con las manos para luego saludarme a mi con un beso, alzarlo a él y llevárselo al living para jugar a la play.

Mientras yo preparo mi valija ellos juegan, al terminar bajo y veo a Thiago durmiendo tapado con un acolchado.

– Ya tenemos que irnos —Paulo me mira—.

– Subí las valijas que yo lo abrigo —me acerco a Thiago—.

Agarro su buzo, campera, bufanda, guantes y gorro que anteriormente se sacó, y se los pongo con cuidado de no levantarlo. Ya es de madrugada y no quiero despertarlo para que se banque todo el viaje.

Luego de mandarle una foto a Anto de como duerme su hijo, Paulo llega y lo alza para llevarlo hasta el auto.

Al llegar al aeropuerto, me vuelvo a poner el gorro de la campera y alzo a Thiago tapándole el cuerpito con una manta y la carita con su gorro, no quiero que se despierte por los flashes o por el frio que hace.

A la hora de subir al avión, le saco las zapatillas y el abrigo para luego taparlo y que duerma tranquilo y calentito. Yo hago lo mismo y Paulo igual.

Luego de dos horas, a las tres de la madrugada, llegamos Manchester.

Paulo baja a Thiago a unos, sin zapatillas y envuelto en varias mantas.

Nos llevan hasta el hotel, el mismo de la selección pero un piso más arriba. Paulo duerme en otra habitación ya que yo duermo con Thiago.

[...]

Al despertarme, aprovecho que Thiago sigue durmiendo y me baño. Al salir él ya está despierto, también se baña y pedimos el almuerzo en la habitación.

21 | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora