21 | Paulo Dybala

05

Llegamos al predio de Ezeiza y me siento en el banco de suplentes con algunos de los jugadores rodeandome.

–¿La camiseta de quien mañaña? —pregunta Lucas.

–Ni idea, porque creo que ya me puse todas las de ustedes —los miro.

–La mía negra —dijo el Kun.

–Pero, tipo usar la camiseta de alguien que va jugar.

–Que discriminación —se toca el pecho ofendido.

–Voy hacer un sorteo así nadie se enoja —ruedo los ojos.

–¡Corran ya! —grita Sampaoli.

–Uh nos va matar —dijo mi hermano.

–Nos va dar con un palo en la cabeza —el Kun sale a correr.

–Que sutil negro —lo miro.

Los chicos comienzan a armar sus equipos para comenzar el partido, todos se pelean por todos.

–Sofi, ¿Derecha o izquierda? -pregunta Leo.

–Izquierda —señalo su mano.

–Tenías que elegir derecha así Paulo venia con nosotros —dijo mi hermano.

–Formense —dijo Sampaoli.

Se forman con los equipos y comienzan a jugar. Leo, Paulo y Mauro en un mismo equipo.

Paulo mete dos goles y el último lo festeja con su tridente y luego mira al Kun y a mi hermano, del equipo contrario, riéndose en chiste como siempre. Los cuales lo miran con mala cara.

–Te rompí el arco —Paulo mira al Kun riendo.

– Si, dale pendejo —lo despeina.

–El pibe ya te saco el puesto negro —le dijo Leo.

–Y seguro ahora te saca el puesto a vos —lo mira.

–¿Por quien hinchaste? -pregunta Mauro.

–Por ustedes —lo miro.

–Toma —Mauro a mi hermano.

–Así quedamos —Ezequiel me señala.

–Que forra —el Tucu pasa una mano por mi cuello mientras Paulo nos mira.

Paulo se saca la campera y la térmica, se me cae la baba por los abdominales que tiene.

Además tiene mejores piernas que cualquier mujer, la espalda toda marcada y algún que otro tatuaje.

–Guarda la baba —Lucas me habla al oido.

–¿Qué? Ni ahi —lo miro.

–Que no, te conozco Sofía Lavezzi —me señala riendo.

–No me gusta, Lucas Biglia —lo miro sería.

–Le gusto yo —el Tucu me agarra de los cachetes y me da un beso corto.

–Lavezzi —grita Lucas.

–No —le tapó la boca.

–Agradece que no te vio, pelotudo —señala al Tucu para luego irse.

–Digo lo mismo —lo miro.

–Si te encanta —me mira mordiendose el labio.

–No sabes cuanto —miro a Paulo.

Jodeme que te jodió porque estaba Paulo ahí y vio todo —lo señala.

–No fue por eso, fue porque si te ve mi hermano te parte la cara —lo miro.