21 | Paulo Dybala

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31/08/2018

Paulo me sigue llamando y mandando mensajes, claramente no respondo nada. Estoy mucho mejor sin él.

Giovani sigue conmigo y es bueno tener a alguien conmigo, por lo menos me distraigo. Aunque dentro de poco se tiene que ir, porque él si tiene cosas que hacer.

Mientras estoy acostada en el sillón miro mi panza. No es tan grande pero ya se empieza a notar mucho más, se nota que no es sobrepeso sino embarazo.

El timbre suena y pensando que Giovani volvió, de ir a ver a no se que equipo con no se quién, voy abrir.

Pero no es él, es mi hermano con mi sobrino. Miro a ambos y los dejo pasar.

–Tenemos que hablar —habla Ezequiel.

–Gordo, anda a jugar al patio... guarda con la pileta ¿Si? —lo miro y él asiente para luego salir corriendo.

Con mi hermano vamos hasta el living, yo me siento como indio en el sillón grande y él en el individual.

–Te quise llamar antes pero prefería esperar y venir a verte a vos... —me mira—. So, entendé que sos mi hermanita y que no quiero que nada malo te pase.

–Nada malo me está pasando.

–Tenes 19 años y estas embarazada, tenés una vida que cualquiera quisiera tener... vivís de joda en joda, viajas a donde se te canta, vas a los partidos que querés y eso se terminó —alza las manos y se que tiene razón—. Ahora vas a tener a tu cargo a otra persona.

–Y lo voy a cuidar con mi vida —toco mi panza, por primera vez en frente de alguien.

–No dudo de eso... pero en el momento me dio bronca —mira mi panza y vuelve a mirarme a mi—. ¿Donde está Paulo?

–No estoy más con Paulo.

–¿Qué? Van a tener un bebé.

–El bebé va nacer estemos o no juntos... y no estamos juntos por algo que pasó.

–¿Con quien estuvo? —me mira—. Dale.

–Con Oriana Sabatini —susurro.

–Le corto la pija por dejarte embarazada y por meterte los cuernos.

–Él solo no tuvo la culpa igual... Ezequiel vos no te vas a meter y no le vas a decir nada a Paulo, nada —lo señalo—. Ignoralo y no le digas nada de esto.

–No se llega hacer cargo, y le rompo el culo a patadas, sabelo —me señala.

–Ya está —niego con la cabeza mientras río.

–¿De quien es esto? —agarra una remera.

–De Giovani...

–Desde un primer momento vos te tenias que quedar con Giovani y no con el otro, pero no, quisiste al pelotudo —rueda los ojos.

–Deja de hacerte problema por todo —lo miro.

–Me aburro solo —Toto nos mira a ambos.

–¿Él sabe? —Ezequiel susurra mirándome y señalando a su hijo.

–No... si querés decile.

–Toto, veni —su papá lo llama y los dos se acercan a mi.

–¿Qué?

–¿Viste la panza de la tía? —el nene asiente—. ¿Te acordas cuando mamá tenia la panza enorme?

–Tenia a mi hermana adentro.

–Bueno, ahora Sofi tiene a tu primo adentro...

–¿Que es un primo? —pregunta y río.

–Un primo así como Thiago —lo miro y le corro el pelo de la cara.

–Sofi va tener un bebé y la tenemos que cuidar, ¿Si? —mi sobrino asiente serio—. En pocos meses el bebé va nacer y lo vamos amar mucho.

–¿Es nene o nena? —pregunta.

–Todavia no sabemos... falta un poco —lo miro sonriendo.

–Y no le vamos a tocar la panza porque no le gusta —Ezequiel ríe y lo miro mal.

–Nadie me toca la panza porque no me gusta.

–Seguro Giovani si.

–Con él hay una gran diferencia bro —me levanto del sillón.

Luego de media hora, ambos se van dejándome nuevamente sola pero solo por unos minutos ya que Giovani llega.

Solo me saluda y se va a bañar, luego baja.

–Paulo me llamó de nuevo.

–¿Y lo atendiste? —Giovani me mira y niego—. Mira, aunque no lo quiero ver nunca más cerca tuyo van a tener que hablar y arreglar todo... porque quieran o no van a tener un hijo juntos, vos le tenés que dar a posibilidad de estar con vos en este proceso, de ahí a que él quiera es otra cosa... Si él no está ya fue, porque me tenés a mi y a muchas personas más con vos.

–No quiero volver con él.

–No hace falta que vuelvas con él, pueden estar separados y tener al bebé igual.

–Si me llama de nuevo, lo atiendo.

–Voy a estar para lo que necesites, ¿Si? —me abraza.