Crystal camina pausadamente hacia el altar de la Iglesia Bautista de North Bergen. Arik la observa con algo de duda en su corazón. ¿Habrá sido buena idea aceptar su invitación? Nunca ha estado en un lugar como éste. Aquí todos cantan, saltan y se saludan unos a otros.
Son muy diferentes a las reuniones secretas de La Hermandad. Allí la atmósfera que se respira es de profundo respeto. Pero no es un respeto común, es ése que se gana a través del miedo.
La joven toma el micrófono algo nerviosa y saluda a la congregación, luego de dar la cita bíblica para que todos puedan leer junto a ella, dice:
- "Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros."
Todos la oyeron en silencio, hasta el pequeño demonio Prük del joven brujo.
- ¿Puedes decirle a ésa maldita que se calle? - Arik pudo ver en el pasillo de la Iglesia a Gallit, quien sin tener boca, se comunicaba a sus pensamientos.
- ¡Silencio, Gallit!
- Tu si quieres quédate en este circo, yo me largo de aquí...
- Ni se te ocurra, maldito demonio, ¿Acaso te olvidas quién soy?
- Perdone, amo. - Respondió la criatura. - Es que ya no puedo soportarlo más.
- Sal de mi vista ahora mismo.
- No te dejaré en paz hasta que nos larguemos de este horrible lugar...
En ese momento, la chica Beck entrega su micrófono y el joven, aturdido por su pequeño Prük, huye del lugar sin ni siquiera mirar atrás.
Apresura sus pasos hasta llegar donde su coche, lo enciende a la primera y acelera hasta el fondo.
Puede observar por su espejo retrovisor, que Crystal ha corrido hasta la calle.
- ¡No, no, no! ¡Esto no está bien! ¡Esto no está nada bien! ¡Donald va a matarme! ¡Maldito demonio entrometido!
Se siente realmente nervioso. No puede desperdiciar esta oportunidad de oro. Esta encomienda le dará poder y un nombre en el grupo. No debe hacer caso a sus sentimientos.
Prende el equipo de sonido del vehículo y sube el volumen al máximo. Los desgarrados gritos de Linkin Park parecen sedarlo. Debe pensar fríamente el próximo paso.
Da unas vueltas hasta llegar a Bleecker Station, donde aparca el Camaro y casi sin pensar, entra a un pequeño bar. Pide un desayuno y prende un cigarrillo.
Saca su teléfono del bolsillo y abre su Whatsapp. Comienza a garabatear un mensaje para la chica pelirroja, pero borra cada intento. El bullicio de fondo no lo deja pensar.
Arik observa el techo del bar mientras da una honda pitada a su cigarro.
- Piensa, Tomasson... y hazlo rápido... - Otra vez el ruido de unas risas no dejan que se concentre. - ¡¿Qué demonios?!
En el momento en que la camarera trae su desayuno, se levanta con mucha furia de su lugar, y va tras esas niñas ruidosas.
Puede ver de espaldas a cuatro de ellas. Y dos más que rodean a un hombre. Parecen pequeñas modelos que no pasan los dieciocho, riendo a cada estupidez que lanza el individuo.
Cuando llega hasta su lugar, todos quedan en silencio, incluso el muchacho.
- ¡Hey! ¡Amigo mío! ¿Qué haces por estos lugares a esta hora? - Donald observa su Rolex dorado y vuelve la vista a Arik, quien parece no poder hablar una sola palabra. - Creí oír por allí que estarías en North Bergen.
- Si... de hecho, vengo de allí. Pero...
- Pero que descortés que he sido... - Interrumpe el hombre. - ...te presento a mis nuevas amigas. Saluden a mi socio Arik, trabaja en un caso especial para mi estudio.
Las seis jovencitas saludan a coro y le sonríen al mismo tiempo.
- Chicas, haganme un favor y vayan juntas a retocarse el maquillaje. - Y sacando del bolsillo de su pantalón un pequeño sobre plateado, se lo da a una y le cierra el puño. Ésta, al ver lo que tiene en su mano, se levanta rápidamente y va directo al baño de damas, con las demás siguiéndole. - ¡Hay para todas, compartan como buenas niñas que son!
- ¿Es lo que creo?
- No sé qué creerás tú, Arik, pero esas seis están por conocer el poder del angel dust. Si quieres un poco, solo tienes que pedirlo. - Y guiña su ojo derecho.
- No, gracias. Prefiero tener la mente libre...
- ¡Éso es lo que más me gusta de ti! Llegarás muy lejos muchacho. - Se acerca a él para susurrarle algo al oído. Mira para todos lados y lanza: - Ahora dime qué demonios haces aquí y no en ese maldito servicio...
- El Prük que me encomendaste, no dejó de chillar hasta que salí del lugar.
- Entiendo... Gallit es muy celoso y odia a cada cristiano. Creo que no debo decirte que es imperativo que vuelvas a hacer contacto con la chica Beck, ¿O sí?
- Desde luego, Señor Mc Intyre... de hecho, luego de la noche en Rikers, he tenido una idea.
- Perdón... - Dice Donald, quitándole de un tirón el cigarrillo de la mano a Arik. - ...continúa...
- Si... decía que he pensado en regalarle algún objeto mío, encantado, por su puesto. Y poder así acelerar el proceso de enamoramiento. ¿Qué le parece?
- Estupendo. Creo tener a la persona indicada para el encargo. ¿Acaso dudas de tus virtudes para el amor? - Y ríe elocuentemente. - Puedo prestarte una de mis niñas, si quieres. Pero sólo una.
- No, gracias... - Sonríe. - Me guardaré para Crystal.
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Crystal Beck - La hermandad De Los Cuernos Y La Sangre #StarsAwards2018
ParanormalCrystal Beck es una adolescente cristiana común y corriente. Destaca en sus competencias de natación y es hija del Pastor de la Iglesia Bautista de North Bergen, New Jersey. Una noche, asiste a un recital de rock junto a su amiga Sue, para juntas ve...