Capitulo 14

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El sonido del timbre hace que me despierte.

¿Que hora es?

Como puedo me levanto y me apresuro abrir teniendo en frente a Raúl y Sebastián.

—Vecina...— dicen ambos.

—Hola muchachos — me acomodo en una coleta mi cabello, soltando un bostezo.

—Se te pegaron las sabanas. — dice Raúl — ¿No te vas con nosotros?

—No, yo...

—¿Que es eso de ahí? — me interrumpe Sebastián señalando con desconcierto hacia mi.

—¿Que te ocurrió? — pregunta Raúl del mismo modo.

Entro en tensión al ver sus expresiones demostrando cierto asco, balbuceo alguna tontería para luego de forma grosera cerrarles la puerta.

Qué vergüenza, qué vergüenza, qué vergüenza.

De poco me voy arrastrando al piso abrazándome a mí misma.

Desafortunadamente escucho sus murmullos.

—¿Le viste eso? — es la voz de Sebastián.

Se ve... — respondió Raúl, pero no pude terminar de escuchar lo que dijo ya que se alejaron.

Me levanto cómo puedo del suelo y me arrojo rápidamente a mi cama.

Me siento una idiota.

Sé que no es una marca de nacimiento, sé que no debo tomarlo de esta manera pero también sé que odio aquella expresión que tienen los otros hacia mi en cuanto me ven esa parte.

Me levanto mirándome al espejo, exclusivamente mirando a esa dirección.

No es una marca normal, no la siento normal.
Siento que esto tiene algo mal.

Limpio de manera brusca mis lágrimas y me acuesto nuevamente.

[...]

Armando Villalobos

Se acercaba la hora del almuerzo y llegar a mi hogar a comer solo me desalentaba así que por eso me encontraba frente al instituto en donde estudia mi hija para tener una amena charla con ella.

Tuve y tengo mi carácter pero más allá de eso, me hace falta las pláticas sin sentido con ella

Me bajo en cuanto veo a Juliana, su mejor amiga.

—Jovencita – la llamo indicándole que se aproxime a mi, se sorprende al verme pero luego se acerca.

—Señor Armando. ¿Cómo está?

—Bien. ¿Puedes decirle a mi hija que estoy aquí?

—Señor... Ella no vino

—¿Ha estado faltando? — Demonios. Sabía que esto no estaba bien.

—No, no. — se apresura a responder — Solo hoy no ha asistido.

Eso me tranquiliza— ¿Donde puedo encontrarla?

—Ya le digo — comienza a revisar con rapidez su celular y a los minutos me enseña la dirección de su departamento. —¿Todo bien con ella?

—Si joven. Gracias — ella asiente y se retira junto con el muchacho que no había notado que venía con ella mientras yo regreso a mi coche

[...]

Toco el timbre varias veces esperando que me reciba

Antes de llegar había pasado por un restaurante comprando nuestros respectivos almuerzos.

A los pocos minutos me abre una Becca totalmente diferente a como la vi la última vez, su reacción es de sorpresa pero enseguida estoy siendo envuelto por sus pequeños brazos.

Papá... — se le escucha triste

Entro a su apartamento cerrando la puerta detrás de mí sin apartarla y tratando de no dejar caer los envases.

—¿Que haces aquí? — sorbe su nariz en cuanto se aleja de mi, le muestro el contenido de mi bolsa manteniéndome callado esperando a que ella hable y me explique el por qué de su apariencia. — Se lo que te preguntas — dice dejando en la mesa lo que traje.

—¿Y que pienso?

—Que soy una boba — su tono vuelve agudizarse — que no tengo capacidad, que no se hacer nada bien.

—¿Escucho arrepentimiento de tu parte? — intento no sonar molesto.

—No papá... — su mirada aún sigue baja sin atreverse a mirarme. ¿Que le ocurre? — Quiero respuestas.

—¿Es por eso el motivo de tu llanto? — pregunto irónico tratando nuevamente de no sonar molesto.

—Si y no.

—Ve al grano hija. — pido.

Sube su rostro mirándome, sus ojos se encuentran cristalinos.

Me indica tomar asiento en un pequeño sofá que da la impresión que ha tenido bastante uso.

En cuanto salga de aquí pediré unos muebles para ella.

—Pensé que estabas enojado conmigo — susurra cabizbaja

Elevo su mentón obligándola a mirarme, me conoce perfectamente y sabe que no me gusta verla de esa forma, para mí, es una muchacha fuerte. — No podría estar enojado contigo. Aunque de ser sincero, la manera en como te fuiste no fue la apropiada.

—Lo se papá. — suelta una gran bocanada de aire y me mira. Se lo que viene — ¿Hoy si responderás a mis dudas?

—¿Que te parece si almorzamos primero? — propongo.

—Papá, esto...

—Es importante para ti, lo sé — me apresuro a decir — pero más importante para mí es que ingieras algo.

Resignada responde — De acuerdo

En el momento que ella se levanta a buscar la comida yo hago lo mismo tratando de observar mejor su mini apartamento.

Cómo dije anteriormente, le faltan muebles y de eso me encargaría. Si va a vivir aquí, que viva de una forma cómoda. Me aproximo a la ventana y mi vista va a varios jóvenes donde unos se están besando y otros están charlando.

Desafortunadamente mi hija creció y no logro afrontar todo lo que empezará a vivir y que este padre sobre protector no estará siempre para ella, cuidándola.

—¿Papá? — la siento detrás de mi, me volteo a verla mientras tiende en mi dirección mi almuerzo, nos volvemos a sentar donde estábamos anteriormente y nos disponemos a comer.

Esta vez con una tensión que jamás imaginé que habría entre mi hija y yo.

—Gracias por el almuerzo — murmura

Unos 20 minutos después y ya habíamos terminado de comer, de igual forma seguía sintiendo el ambiente tenso, ella se había ido al baño y yo me encontraba en el mismo sitio esperándola.

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El siguiente capítulo será un poco fuerte.
Buenas noches ❤️

Gracias por leer

Atrapada entre ellos. #BJAwards18 #CarrotAwards2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora