Capítulo 11

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-Bueno... ¿vas a probar algunos de los frijoles verdes?

Snot levanta la vista de su plato y observa la sonrisa tensa que se extiende por el pálido rostro de su madre. Se da cuenta de las ojeras bajo sus ojos alguna vez juveniles y se pregunta si son nuevas o si nunca antes las había notado, antes de sentir siquiera un poco de lástima por ella, se incorpora de su asiento y estira la mano para llenar su plato con los dichosos frijoles.

-¿Cómo está Solomon? Nunca ha sido muy bueno para relajarse. No puedo imaginar que esté mejor ahora que cuando éramos jóvenes-dice de una forma casi amargada aunque Snot no puede entender el porqué.

-Él es... él está bien, quiero decir, él es duro conmigo pero... no me importa ayudar, él necesita ayuda-se encoje de hombros pensando en lo que el hombre debía hacer esa noche, no le había mentido, en realidad había sido sincero y le había dicho que iría a visitar a su madre para cenar. Aunque dudo al principio, su tío accedió en dejarlo ir con una especie de declaración sobre ser "su propio hombre" o algo así.

El aire se puso tenso mientras su madre seguía sentada con las manos cruzadas debajo de su barbilla, mirándolo con una mirada casi depredadora. Snot tragó un poco nerviosamente mientras masticaba frijoles verdes recocidos, empapados con demasiada mantequilla. Tomó la servilleta de tela junto a su plato, se limpió la boca y empujo su silla hacia atrás.

-Uh, voy a... ir al baño.

-¡No puedo creer que hayas hecho eso!-lo interrumpió ella, con la mirada fija en su rostro haciendo que su mirada pareciera quemar su rostro.

-Uh... ¿Qué?-Snot parpadeó, medio congelado entre levantarse o sentarse de nuevo, finalmente se dejó caer en la silla confundido.

-Tú... ¡Le dijiste a la policía que te golpee!

Snot parpadeó ligeramente, con la boca levemente abierta ¿Qué esperaba ella a que dijera? ¡Por supuesto que si lo hizo! ¡Era la verdad!

Se puso de pie, la silla se deslizó con fuerza contra el suelo de baldosas y emitió el peor sonido inimaginable, mentiría si dijera que no estaba un poco nervioso.

-¡Schmuely! ¡Eres todo lo que tengo y le mentiste a las autoridades sobre mi! ¡me dejaste!

Cuando ella comenzó a arrastrarse más cerca de él, él también se puso de pie echando la silla hacia atrás mientras comenzaba a retroceder hacia la puerta de la casa, habiendo crecido en esa casa, tenía toda la propiedad trazada en su cabeza pero en ese momento, definitivamente, sucumbía al terror que llenaba todo su ser.

De repente parecía que ella estaba encima de él, demasiado cerca para su comodidad, el vodka torno el aliento demasiado amargo y mordaz al chocar con su nariz, extraño... no había sentido que ella estuviera bebiendo cuando lo invito a venir anteriormente.

Lo tomó por su nueva y agradable chaqueta negra, casi rompiendo algunos botones mientras lo sacudía de un lado a otro, él la sujetó de los brazos para empujarla, fallando en fuerza, clavó sus uñas en su piel en un intento por escapar. Funcionó cuando ella gimió de dolor y se tambaleó un poco hacia atrás dándole a Snot la oportunidad para correr rápidamente hacia la puerta de entrada directo a la libertad.

¡No podía creer que esto estuviera pasando de nuevo! ¿Por qué era tan jodidamente tonto?

Abrió la puerta principal, afortunadamente desbloqueada, salió corriendo al porche justo cuando el sol se estaba ocultando a lo lejos. Rayos de luz moribunda brillaban frente al césped y lo golpeaban en la cara cuando se volteó para mirar hacia atrás a la casa de su infancia.

Su madre salió corriendo al porche, aunque se detuvo justo antes de acercarse a él ¿tal vez de que los vecinos hablaran?

-¿Cómo te atreves, Schmuely? ¡Eres una gran decepción!-Snot ladró con una risa rígida ¿él? ¿la decepción?-¿sabes? ¡nada de lo que hago es suficiente para ti! ¡Es patético, los sacrificios que he hecho por ti!-comenzó a gritar con los ojos llenos de lágrimas.

How you remind meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora