Capítulo 14.

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Los sonidos de los videojuegos en la pantalla rebotaban y resonaban en las cuatro paredes de la sala de estar. Toshi y Barry se sentaron en el suelo, concentrados intensamente en una batalla uno contra el otro, sus dedos tocaban rápidamente patrones y acciones memorizadas desde hace mucho tiempo, junto con los combos de sus respectivos personajes en el juego.

Detrás de ellos, sentado en el sofá, Steve estaba jugando con su teléfono sin hacer nada mientras Snot estaba sentado observando a sus amigos jugar, miró a su novio, quien parecía estar sumido en un trance en cuanto a su adicción a las redes sociales, algo que nunca entendería y realmente nunca le había interesado. Le dio un codazo al menor para llamar su atención dándole una rápida sonrisa.

-¿Qué?-preguntó Steve dándole una de sus sonrisas guardando su teléfono.

-Nada.

-¿Nada?-Steve sonrió cuando colocó un brazo alrededor de los hombros del chico, atrayéndolo más a él y volvió su atención al juego en el que sus amigos estaban cautivados.

Toshi comenzó a desatar una serie de maldiciones cuando el monstruo de Barry rompió a su hombre lagarto en pedazos dentro de la pantalla. Tiró su control remoto contra el televisor, se puso de pie y caminó hacia la puerta.

-¡Oye! ¡oye! ¡cuidado con la mercancía!-gritó Steve irritado al chico que ya había salido de allí. Barry se levantó también y les dio a ambos una sonrisa de disculpa.

-¿Creo que soy mejor de lo que esperaba? Sin embargo, debo irme, es casi hora de la cena y mi mamá hace macarrón con queso los martes.

Ambos acompañaron a Barry a la puerta principal, observando a Toshi que ya estaba a mitad de camino en la calle, resoplando y gruñendo de rabia. Snot se asomó al porche para sorpresa de Steve.

-Oye ¿a dónde vas?

-Debo irme, Steven. Ya son como las 18:30 p.m

-Oh ¿no puedes quedarte a cenar?-preguntó el chico con gafas quien salió para abrazar a su novio. Éste correspondió abrazó y escondió su rostro en el hueco de su hombro.

-Ya conoces a mi tío-su respuesta fue amortiguada. Se inclinó una vez más y Steve le dio una pequeña sonrisa

-Está bien, bueno, supongo que puedes irte.

-Me alegro de tener tu permiso-dijo Snot arqueando una ceja, sonrió mientras se alejaba, tomó su bicicleta para comenzar a dirigirse a casa, Steve lo observó pedalear hasta que estuvo sobre la colina antes de que cerrara la puerta de su casa.

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-¡Quien me atrae y mi religión no debería tener nada que ver uno con el otro!-exclamó Snot, lanzándole a su tío una mirada desafiante.

La cena transcurría muy bien, de verdad, hasta que Snot había mencionado que quería reunirse con Steve una vez más para devolverle la chaqueta que había tomado prestada. Era una excusa, por supuesto, no la necesitaría esa noche y podría devolvérsela por la mañana en la escuela, pero eso no importaba. Él solo quería ver a su novio ¿por qué no podía hacerlo?

-Schmuely, nunca dije que no fueras devoto, pero creo que necesitas enfocarte en...

-¡Pon atención!-lo interrumpió Snot, riendo ásperamente-amo a Steve y amo mi religión. Ambos no tienen y no deberían tener nada que ver el uno con el otro ¡estoy cansado de esto, tío! ¡no quiero seguir viviendo así!-agregó mirándolo fijamente desde el otro lado de la mesa con fuego en sus ojos ante la audacia del hombre para cuestionar su fe.

Todo esto se debía a que Steve era un chico, lo sabía y su tío lo sabía ¿por qué estaba haciendo tanto escándalo? No estaba molesto por no estar al día con sus tareas o su "trabajo escolar", estaba molesto porque Steven era un chico y no una agradable chica judía. De repente, su tío dio un paso hacia él, agitando las manos hacia arriba y hacia abajo con exasperación, sus ojos mostraban suplica, queriendo terminar con aquella discusión.

How you remind meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora