La intensa mirada de su profesor impedía que la pobre chica consiguiese concentrarse en los ejercicios que él mismo había mandado hacer.
(T/N) estaba segura de que para él no era una simple alumna, o al menos no lo parecía. Y cierto era que cualqui...
-Señorita, usar los móviles en clase está prohibido. Me temo que tendrá que quedarse después de clase como castigo-dijo su profesor, con los ojos centelleantes.
-Sí, señor Jeon-dijo (T/N) entregándole el teléfono.
¡Genial! Solo una semana de curso y ya le habían confiscado el móvil.
-Bien, como castigo debe escribir una redacción sobre por qué no se puede utilizar el móvil en clase y después puede leer.
-Sí, señor Jeon-contestó una vez más (T/N), comenzando su tarea.
La intensa mirada de su profesor impedía que la pobre chica consiguiese concentrarse en los ejercicios que él mismo había mandado hacer. (T/N) estaba segura de que para él no era una simple alumna, o al menos no lo parecía. Y cierto era que cualquier chica del instituto daría lo que fuese por una atención especial por parte de ese profesor en concreto, pero la única tratada así era (T/N). El joven profesor solo tenía ojos para ella. O eso había demostrado en la última semana.
-Señor Jeon, ¿ocurre algo?- (T/N) preguntó, luego de ver que el profesor le miraba atentamente.
-N-no, señorita...-el profesor se ruborizó, y (T/N) lo notó.
-Jungkook, hablemos enserio-dijo (T/N), levntándose y poniendo las manos en su cadera, sorprendiendo al profesor por cómo lo había llamado-. ¿U-usted siente algo por mí?
-¿Qué? ¿C-cómo...?-Jungkook se levantó, atónito por la pregunta, y se acercó a (T/N)-¿A qué viene eso?
-¡Oh, vamos...!-replicó la chica-¿Q-qué le pasa conmigo?
-¡(T/N)! ¡Soy tu profesor! ¿Qué insinuas?
(T/N) se ruborizó también. ¿Qué estaba diciendo? ¿Acaso estaba loca?
A partir de ese momento, no se escuchó ni una sola palabra en la sala, y cuando (T/N) pudo regresar por fin a su casa, se sintió más avergonzada aún. Y lo peor era que, por la noche, los amigos de Nam irían a cenar, y ella tendría que cocinar ya que su hermano podía quemar la cocina entera en menos de cinco minutos.
En cuanto terminó, se cambió su uniforme, (que a ella le parecía horrible y que era así):
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Por este otro outfit:
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Tocaron al timbre y, nada más abrir, se fundió en un abrazo con Hobi, el mejor amigo de Nam:
-¡Hola, pequeña!-dijo el chico, aún abrazándola-¿Cómo estás?
-Muy bien, Hobi-respondió la chica, que solo era cinco años menor que él.
-¿Y yo qué? ¿Mi abrazo?-preguntó Nam, celoso, para recibir luego su preciado abrazo.
Luego de que ellos entraran, el timbre sonó de nuevo, y Nam fue a abrir. Cuando regresó junto a su amigo, (T/N) se sorprendió muchísimo.
