Capítulo 6: Verdad o mentira

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- ¡O te estas quieta, o conseguirás que te pinte la "Z" de zorro! - La regañe a la enana brujona mientras intentaba pintarle una delicada raya con rabito. Ella no podía parar de pestañear y menear el ojo de un lado a otro distrayéndome. Ella quería estar más guapa de lo usual esta noche y no podía parar de preguntarme para que, o mejor dicho ¿Para quién?

Al parecer, según Celeste me había contado, y aprovechando que mis padres alargaron sus días en la instancia de la casa de la abuela, me había apuntado a una fiesta que organizaba unos cuantos del instituto.

Además di gracias al entrar por la puerta de mi casa y no encontrarme con Matthew. No es que el molestase, porque él no molestaría ni cuando me duchaba, pero él me iba a recriminar un montón de cosas e iba a exigirme que explicara todo lo sucedido, y no tenía nada de ganas.

No tenías ganas de recordar todo lo que paso ayer, ni las revistas, las fans locas, y el Ray kin que cuando se acercaba demasiado a mi me hacia temblar. Como había dicho bastantes veces al día de hoy, el era atractivo y caliente, pero solo era eso. Un bonito cuerpo. Nada más.

- Aw - Se quejo Cele llevándose el dedo al ojo

- Quieta - Pare su mano - Si te tocas lo estropearas todo - Ella me miró recriminándome que hubiese metido el pincel en su ojo - A sido sin querer. Además, te viene bien como lección.

- Venga Lily, en verdad te estaba haciendo un favor - Dijo riendo de lado - Tú querías sentirle cerca tuya. Creo que te gusta

- ¿Gustarme? Lo estarás diciendo de broma - Todavía le tenía jurada la del almacén de la limpieza. - Espero que el Karateka no tuviese razón, y nadie me descubra.

- ¿Por qué le llamas así? - Preguntó curiosa mientras terminaba de maquillarla

- Por su nombre - Ella me pidió más con los ojos y yo me encogí - Tiene nombre de Karateka, es una mierda de nombre - Volví a reírme como las veces que lo recordaba.

Ella al final se levanto de la silla y miró mi armario para encontrar algo que ponerse, no es como si tuviese toda una habitación con ropa, pero ella había traído -sin ser exagerada, juro- Todo su armario en bolsas para así poder hacer algún buen "apaño". Mientras ella decidía que sería lo que las dos nos pondríamos -Ya que era ella la de las fiestas- yo me maquillaba el rostro.

Los organizadores de la fiesta, habían conseguido que nos dejaran el polideportivo cerrado del colegio debido a que no eramos demasiados. Así que tampoco era como para ir de gala. Yo siempre era la que se esmeraba en el maquillaje y el cabello, siempre pensé que si ibas bien de rostro todo se solucionaba, y cuando termine de ondular me el pelo para darle volumen, y enrizar mis pestañas, fue cuando una vez más me di cuenta que tenía razón.

Celeste al fin había elegido algo fiestero, pero un fiesta más de campo del pueblo que de discoteca de famosos. Para mi algo clásico y bonito, ella era la atrevida.

Pantalón negro corto de talle alto pegadisimo a mi figura y a mi trasero, y una camisa corta despegada roja, combinada con unos tacones rojos, y encima una chaqueta de polipiel negra que daba un toque más ¿Rockero? mejor olvídenlo, rockera no quiero parecer.

Y Cele había combinado unos pantalones de talle altos y cortos también, a rallas blancas y negras, y una camisa como la mía pero en amarillo, con unos tacones beige combinado con un bolso del mismo color

Sólo esperaba que las chicas ni se hubiesen arreglado ni tan poco ni tan mucho.

- ¡Vaya! Donde escondías ese perfecto culo - Dijo Celeste, dándome una cachetada allí. Yo reí mientras cruzábamos la puerta principal y caminábamos hacia el colegio. No estaba tan lejos como cojer un taxi, pero igual, me hubiese gustado ir con Matthew.

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