Capítulo 11: París, modelo, y el traidor encarnado en Oh la la la

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HOLA! espero os lo paseís bien este fin de semana, aquí va otro capítulo, espero que no haya pasado tanto tiempo como el que creo xD, de todas maneras creo que desde ahorasubiré más seguido ya que me e comprado por fin un portátil, y se nota bastante la diferencia con la tablet, así que bueno espero que os haya gustado el capítulo, yo he acabado contenta con la redacción y creo que la conversación entre Ray y Lily en su casa después de lo del médico en alguno de los siguientes capítulos la introduciré, por lo demás un buen fin de semana, y besos

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Capítulo 11: París, una modelo y el traidor encarnado en Oh la la la.

Desde tempranas horas de la mañana, mientras me encontraba facturando la maleta sola, sabía que iba a ser una de mis peores vacaciones en lo que restaba de años. Todo el mundo estaba con su grupo hablando alegremente sobre nuestro pequeño e improvisado viaje a París menos yo.

Toda mi vida había soñado con viajar a París, pero debe ser cierto que siempre que nos imponen algo se nos hace lo más aburrido del mundo. Además unos puestos más adelante del mío Matthew y Celeste estaban conversando juntos, ojala hubiese sabido antes que la única que sobraba en nuestra no-relación de mosqueteros era yo.

Estaba aburrida y sin amigos, la idea de manta, película y palomitas de ayer ahora no se veía tan mala como antes, y quizás me la hubiese podido replantear más sino fuese porque el director me ordenó expresamente mi deber de venir para que él perdonase mi incidencia de hace unos días. Aunque claramente aquello me olía a perro encerrado, y no el mio, sino el perro del Rockero.

Lo único bueno apreciable ahora era es que Janelle estaba igual de sola que yo, y unos sitios detrás de mi. Al final la víctima y la agresora acaban sin nadie, genial.

Agache mi mirada mirándome el tobillo notoriamente hinchado, el doctor dijo que me dejase ayudar por unas muletas para no cargar tanto peso sobre mi pie, pero en España, en China y en Francia, seguiría siendo sospechoso si alguien consiguiese capturarme. Traspasar las fronteras no significaba olvidar los problemas, a veces incluso los intensificaba.

- Ven – Raya tomó mi mano posesivamente, torpe gire sobre mis propios talones, la maleta se me resbalo de mi mano y agarre su brazo localizando un punto de apoyo para no caerme de boca delante de medio aeropuerto. Él había sido bastante duro, al parecer no era la única que se había levantado con el pie izquierdo, para ser más precisa el hinchado, que ahora me ardía.

- ¿Qué te crees que estás haciendo? - Escupí a regañadientes mientras intentaba poner buena cara al resto de compañeros del colegio que nos miraban murmurando. Él paro y miró algo preocupado mi pie.

- Dios que torpe eres ¿Puedes tener más cuidado con tu pie?

- Si no me hubieses zarandeado tan fuerte quizás no me hubiese tropezado – Raya indico a sus guardaespaldas con una simple señal del dedo que recogiesen mi maleta y se ocuparán de aquel asunto. Le miré enfurruñada – Te dije que no quería nada más de ti.

- Y yo no voy a dejar que los fotógrafos te descubran, cuanto antes se recuperé tu pie, antes acabaremos tu y yo – Bien, no se porque pero eso había dolido, ouch.

De un segundo a otro los brazos de Ray sostenían mi cuerpo, no es que tuviese un cuerpo trabajado como los ganadores de lucha, pero algunos músculos conseguían marcarse a través de su camiseta. Resoplé mientras él andaba hacia el embarque conmigo en brazos, sabía que era una tontería llevarle la contraria, porque él iba a seguir haciendo lo que le daba la gana. Así que solo accedí sin decir nada, y callada durante toda la andadura. Una vez llegamos me dejo delicadamente en el suelo.

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