"Ahora ya se porque siempre hueles a melocoton"

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CAPITULO 1

Estaba leyendo su correspondencia otra vez.

Sophia Morin entró en el edificio de apartamentos y lo vio sentado en el sofá del portal, al lado de los buzones, hojeando su catálogo de Victoria's Secret. Nicholas Morgan tenía demasiado descaro y demasiado encanto. Y además tenía demasiado interés en ella.

Cualquier otro se habría rendido hacía mucho tiempo, pero él no. Después de treinta y tres rechazos, todavía seguía intentándolo. Tenía la palabra «problema» escrita en aquel cuerpo magnífico, con su impúdica sonrisa y sus seductores ojos de niño. Su manera de abordarla habría debido irritarla, pero en lugar de ello, la estimulaba. Lo cual la obligaba a mantener constantemente una mínima distancia emocional. Y, hasta el momento lo había conseguido.

Durante los seis últimos meses, habían llegado a conocerse algo. Y no por voluntad suya, sino obligada por las circunstancias.Dado que ella se apellidaba Morin y él Morgan ,y sus direcciones eran respectivamente Camilla 321 y 312, el cartero se equivocaba continuamente con su correspondencia. Soltando un profundo suspiro, se preparó para un nuevo y problemático encuentro.

-Hola,Nicholas.

-Mmmm -le devolvió el saludo, distraído.

Lo cual no era de sorprender, dada la atención que parecía estar prestando a aquel catálogo. Cuando volvió la página, soltó un suspiro de admiración. Más o menos del mismo tipo que le había soltado directamente a ella un par de veces.

Sophia dejó su maletín en el suelo y buscó la llave del buzón en su bolso.

-Supongo que el nuevo cartero ha vuelto a equivocarse.

-Sí -respondió con su voz profunda, y bajó el catálogo apenas lo suficiente como para Sophia pudiera ver el brillo malicioso de sus ojos. De pelo castaño y demasiado largo, cortado a la moda, llevaba lo que parecía ser su atuendo habitual: tejanos y camiseta negros con el logotipo de su bar estampado en su amplio pecho: La Oveja Negra. Y botas de piel, en aquel momento apoyadas con negligencia sobre la mesa baja.

-Desde luego, ha tenido el detalle de meterme esto en el buzón. Y yo que pensaba que eras una chica buena y modesta... ¿Sabes una cosa? Encuentro todo esto extremadamente excitante.

Estremeciéndose involuntariamente, Sophia le dio la espalda para abrir su buzón.

-Ni en sueños, Nicholas.

-No sería la primera vez que soñara contigo, corazón -rió entre dientes-. Pero estoy seguro de que la realidad será diez veces mejor que cualquier sueño.

La seguridad que aquel hombre tenía en sí mismo no dejaba de asombrarla.

-Te aconsejo que no pierdas el tiempo pensando en ello. Eso no va a suceder.

-Oh, no te creas. Uno de estos días acabarás mandando al diablo esa famosa prudencia tuya y me pedirás que salga contigo. Y cuando finalmente cedas... lo que te extrañará será precisamente que hayas esperado durante tanto tiempo.

-¿Es que nunca aceptas un no por respuesta? -abrió el buzón y sacó su correspondencia.

-¿Es que nunca bajas la guardia lo suficiente como para dejar que se te acerque un hombre?

«Ya no», pensó Sophia. Ignorando su mirada de desafío, volvió a concentrarse en el fajo de correspondencia que tenía entre manos, para seleccionar la que era suya y la que no. De todos los hombres que había conocido desde su ruptura con Adam tres años atrás, que habían sido muchos, y todos en el Roxy's, el local nocturno que solía frecuentar... Nicholas era con diferencia el más directo y atrevido.

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