Capitulo 3

281 19 4
                                    

Calamidades

<<Esto está muy jodido>> pensó Donghae al mirar a la mujer que yacía inconsciente en el frío suelo. Justo hoy tenía que sucederle aquello, ¡maldita sea!, tenía dos opciones, irse como si no hubiera pasado nada a su importante reunión o ayudarla.

—Señor, ¿qué hacemos?—Cuestionó bastante alterado su chofer al salir del coche—¿Señor?

—Ábreme la puerta de atrás para subir a la dama.

—Sí, señor—Acató la orden con entusiasmo, no esperaba menos de su jefe.
Doghae tomó a la joven que estaba un poco pesada pensó en sus brazos y abordó el auto con ella, depositándola lo más suave que pudo sobre el asiento puesto que no sabía qué tipo de lesiones había sufrido, procedió a buscar el pulso de su muñeca, tal y como le había enseñado su hermana, y al parecer era normal. Parecía estar bien, bueno, a excepción del enorme hematoma que se estaba formando en su frente. <<Es linda>>, se dijo a sí mismo al ver como su cabello castaño oscuro caía sobre sus hombros, tuvo el impulso de tocarlo y se dio cuenta que era muy suave al enroscar un mechón alrededor de su dedo. Siguió examinándola, su boca no era grande ni pequeña, tenía unos labios “bésables”, su nariz era algo respingada y la hacía lucir tierna. Sin querer había empezado a dibujar sus facciones con su dedo y se percató de aquello cuando éste recorría su mejilla, ¿qué estaba haciendo? ¿Por qué le resultaba tan bella? ¿Por qué acariciaba a una mujer desmayada y que no cumplía con ninguno de sus requisitos?


—demonios, ¡Donghae contrólate! ¿No estás consciente del enorme retraso que tuviste por esta joven?—Murmuró para sí mismo— Tengo que llevarla al hospital con mi hermana… ¡Sí, eso es!—Su tono de voz se tornó enérgico, sacó el móvil de su abrigo y presionó las teclas con rapidez y casi al instante, un saludo risueño resonó por la bocina.

—¡Buenos días! Habla Claudia Lee, ¿con quién tengo el gusto?—Recitó ella y él se río, típico de su hermana, siempre contestaba sin ver el identificador.

—Soy yo.

—¡Oh, Donghae! ¿Qué pasa?

—¿Por qué supones que algo pasa?—Preguntó elevando una ceja.

—Porque conozco tu forma de hablar, he oído el de negocios; el que utilizas con mamá; cuando intentas conquistar a alguna chica y el que ocupas conmigo, todos son distintos, dependiendo de la situación y de lo quieras obtener. Justo ahora tienes uno de preocupación, dime lo que pasa.

—Bueno, me ha quedado bien claro lo mucho que me conoces. Lo importante es que voy de camino a tu consultorio.

—¡¿Estás herido?!—Exclamó.

—No, cálmate y escucha, tuve un pequeño inconveniente de camino al trabajo y bueno, no fue mi culpa.

―¡Atropellaste a alguien!―Aseguró ella―Demonios Donghae, ¡no puedes ir por ahí arrollando a la gente!

―¡Claudia!, ¿te podrías callar de una vez y dejarme hablar? ¡No debes de sacar conjeturas antes de tiempo, te lo he dicho!

―Lo siento, entonces, ¿no atropellaste a nadie?

―No―Respondió y escuchó exhalar a su hermana de alivio al otro lado de la línea―Mira, mejor te cuento cuando llegue, no demorare más de cinco minutos así que te pido que tengas una camilla preparada y una habitación en el área vip, ¿de acuerdo?

―Bien, estaré en  la entrada con mi equipo.

A los cinco minutos, un audi color negro aparcaba en una orilla donde se encontraba su hermana con su reluciente bata blanca. Rápidamente incorporaron a la joven en la camilla y se dirigieron al elevador.

Ahí los recibió la asistente de Clau Yuna, quien les escoltó al cuarto para la revisión y después se le llevaría al cuarto asignado. Antes de revisarla, Claudia se colocó sus gafas para ver con claridad, la hacían ver más intelectual. Incluso Donghae creía que la hacían lucir más inteligente, sólo que nunca lo admitiría en voz alta debido a que a su hermanita se le inflaría más el ego. Al observar a su hermana en su lugar de trabajo y la forma en que trataba a los pacientes, no pudo estar más orgulloso de ella. Muchos pensaban que de no haber sido por él, ella jamás hubiera logrado terminar su carrera, sin embargo era todo lo contrario. En realidad, él no fue de mucha ayuda, todo se debía a los méritos de Claudia quien obtuvo una beca, sumándole un arduo esfuerzo y un trabajo de medio tiempo, ella pudo obtener su título universitario.

―¿Está bien?―Preguntó Donghae al ver como su hermana revisaba los reflejos de la mujer con una pequeña lámpara.

-Yuna, puedes administrarle suero y este medicamento vía intravenosa―Ordenó― También llama al departamento de radiología, necesito una tomografía—Dijo Claudia a su enfermera al mismo tiempo que le extendía una orden con todas las instrucciones.

―Bien Donghae, supongo que no sabes el nombre de la paciente, ¿o me equivoco?

―No, pero aquí tengo su bolso ― Respondió Donghae.

—Bien, gracias—Contestó Yuna tomando la bolsa—Por cierto, hola.

—Hola Yuna—Saludó Donghae a la carismática enferma y esta salió de la habitación empujando la camilla. Una vez que esta se fue, preguntó de nuevo―¿Está grave?

―No puedo saberlo con seguridad hasta tener las tomografías, ¿me podrías explicar qué jodidos paso?

―¡Claudia, esa boca joder!

―¡Joder ni que nada!—Era gracioso como ambos se regañaban, pero ninguno dejaba de decir malas palabras—No es momento de regañarme, ¿qué pasó?

―No lo sé, ella salió de la nada.

―¡Me dijiste que no la atropellaste!

―Y así fue, veras, yo estaba saliendo de mi auto cuando la vi desplomarse contra el suelo, ahí fue cuando me percate que le pegué con la puerta sin querer pensando que había sido un poste o algo. Inmediatamente corrí a auxiliarla y la traje aquí lo más rápido posible―Ella le dio un puñetazo en el hombro—Ouch, ¡eso dolió!

—Eso es para que aprendas a fijarte antes de abrir la puerta del auto, ¿tanta prisa tenías?—Después le dio un beso en la mejilla—Y eso es por ser un buen caballero y asumir las consecuencias de tus actos.

—¿Estará bien?

—Al parecer sí, pero tengo que estar al pendiente de ella hasta que despierte, sus signos vitales se ven normales y sus pupilas reaccionan normal a la exposición de la luz, así que descarto un trauma. Sin embargo, más vale que el traumatólogo la revise.

—Bien, entonces la dejo en tus manos.

—¡Alto ahí! No te puedes ir, aún no he terminado de regañarte. Lo peor que puedes hacerle a alguien que tuvo un fuerte impacto en la cabeza, es tratarla tú mismo cuando no tienes ninguna experiencia en primeros auxilios porque puedes producir daños peores. Afortunadamente no es el caso, pero debiste de llamar un servicio de emergencia. Además eres el responsable legal de esta mujer misteriosa hasta que llegue un familiar o despierte.

—¿Me estas bromeando?—Cuestionó y ella movió su dedo índice, dándole entender que no y lo jaló consigo. A la hitación.

—¡Vaya! Sí que es difícil colocarle el suero a esta niña, pero lo que bien se aprende, nunca se olvida y a la primera—Sonrió orgullosa de sí misma, levantando el pulgar en señal de aprobación, Yuna era enfermera de Clau —Los tengo que dejar, iré por su bolso para buscar su identificación y ver si podemos localizar a un familiar y tú, Donghae, no te muevas de aquí, traeré los papeles que debes llenar como responsable—Le avisó Yuna y salió sin más.

—¿Acaso no sabes que tengo muchas juntas y compromisos?

—Lo sé, sé que eres un hombre muy ocupado—Contestó Claudia con dramatismo fingido—La mujer que golpeaste agradece que te hayas tomado tu tiempo para traerla al hospital.

—Bien—Suspiró—Sólo espero que termines pronto.

—Me asegurare de que los estudios estén lo más rápido posible, quédate aquí—Claudia abandonó la habitación y se rió en voz baja, en realidad no era necesario que él se quedara, ella pudo hacerse responsable, sin embargo tuvo un buen presentimiento y no dejaría escapar esa oportunidad. Mientras que Donghae esperaba por su hermana, sentía que el tiempo no avanzaba y no dejaba de mirar su teléfono, y en un intento por matar el tiempo, decidió ocuparse de sus cosas. Seleccionó el número dos en favoritos y una voz alterada respondió.

—¿Dónde diablos te metiste? ¡Tenemos una reunión con los nuevos clientes!

—¿Sabes? Me acabas de dejar sordo, estoy en el hospital.

—¿¡Qué?! ¿Qué paso? Voy para allá, ¿estás con Claudia, cierto? ¡Claro que estás con ella!—Se contestó a sí mismo-Donghae, ¿por qué no me habías llamado? ¿Necesitas algo? ¿Ropa? ¿Dinero? ¿Comida?

-¡Lee Hyukjae!—Le gritó, después se percató que podría molestar a la mujer que se encontraba inconsciente en la cama del hospital, pero está ni se inmuto. Hyukjae era imposible cuando se alteraba, no había poder humano que lo callara y a pesar de ser uno de sus mejores amigos, no, el único, se corrigió al recordar como él otro lo había traicionado de la peor forma—No me paso nada, un accidente paso y me tuve que hacer cargo. Lo que necesito que hagas es que llames al cliente y le digas que mañana a primera hora venga a verme ¡Ah! ¡Casi me olvido de la señorita ____! ella debe de estar en mi oficina en estos momentos, dile por favor que…

—Donghae, tu oficina está cerrada—Lo interrumpió.

—¿Cómo? ¿No está? Bueno, pero ¿qué se cree esa mujer? No por ser la amiguita de Choi se le pasara esto, llámala por favor y notifícale que no ocuparemos sus servicios, que no pierda el tiempo al venir de nuevo.

—Oye tranquilízate, no debes tomar este tipo de decisiones a la ligera. Yo la llamaré y le diré que se comunique contigo, una buena razón ha de tener para no asistir. Atiende ese asunto, yo me encargare del cliente—Dijo haciendo referencia al accidente.

Hyukjae colgó el teléfono y se masajeo las sienes, ¿cómo había sido posible que sus dos mejores amigos ahora se comportan como el perro y el gato? Eran como hermanos; el complemento del otro; en todos los clubs y equipos debían de ir juntos, eran inseparables y tan unidos que hasta perdieron la virginidad el mismo día, cabe aclarar que no juntos, sino con unas bellas porristas. Sin embargo todo había cambiado y no para bien, antes la simple mención del nombre de Siwon podía alegrarle el día a Donghae, ahora hacía que se le arrugara la cara. Pero él sabía que Donghae aún seguía queriendo a Siwon, sólo estaba resentido con él. Y él, como buen amigo de ambos no quiso tomar partido por ninguno, sin embargo notó a Donghae tan afectado que se quedó a su lado, decisión que le hizo saber a su otro mejor amigo en un café, donde fue la última vez que intercambiaron palabras que no tenían que ver con su trabajo o un contrato. Después de aquella remembranza de hace diez años, se ajustó su corbata, se colocó sus gafas Rayban y entró a la junta, seguro de sí mismo. Al final de cuentas, él era el vicepresidente de Global Word Construction.
Hyukjae era el tercer mosquetero de ese trio de amigos, era el más extrovertido y quien animaba a los demás a seguirlo con sus locuras. Sentaron cabeza cuando terminaron la universidad y fueron más sensatos en el momento en que el padre de Donghae falleció. Él, a diferencia de sus amigos, quería encontrar a la mujer ideal y formar una familia con ella, pero el amor no le había mostrado su mejor cara en los últimos años. A todas las mujeres que les había entregado su corazón, les había sido indiferente y sólo jugaban con él,y no por qué no fuera atractivo, era un hombre encantador… alto; de espalda y hombros anchos; sin exagerar; bien esculpido; trajes hechos a medida; mirada profunda; pómulos bien definidos; labios gruesos y una nariz fina que resaltaba sus mejores rasgos, y lo último, pero no menos importante, ese aire de chico malo.

**************************************************
—Buenas tardes señor—Saludó un joven enfermero al ingresar a la habitación—Llevaremos a su esposa a rayos x.

—¿Qué?—Contestó Donghae, estaba tan pendiente de su teléfono; leyendo unos informes que no se percató de lo que dijo y al ver al hombre aún parado en medio de la habitación, sabía que esperaba una respuesta—Si, bien, aquí esperaré.

—Hola Sang-shi.

—Hola Doctora Lee—Le dio la bienvenida a Claudia—Me llevo la señora a la tomografía.

—Perfecto, en cuanto este me mandas los resultados a mi consultorio, y diles que tengan cuidado, puede despertar en cualquier momento.

—¿Y yo? ¿A qué hora me voy?

—Tranquilo, ya casi termino. Tan pronto como valore la situación, decidiré si te puedes ir o no.

—¿Ya sabes quién es?

—Yuna sabe, ella fue la que llamó a un familiar y dice que estará aquí lo más pronto posible—En eso, se oyeron unos golpes en la puerta y Yuna asomó su cabeza.

—Hermanitos, vengo a dejarles el expediente médico de la señorita _____TA.

<<¿_____?>> Donghae se levantó como resorte de su asiento ante la mención de aquel apellido.

—¿Estás bien Hae? ¿La conoces? — Cuestionó Claudia al ver su extraña reacción.

—¡Es la amiga de Siwon!, la nueva encargada del área de relaciones públicas del proyecto.

—¿Estás segura que la señorita se apellida _____?—Preguntó Donghae a Yuna.

—Eso dice su pasaporte y en efecto, un joven llamado Choi Siwon será el que…vendrá—Las palabras de Yuna quedaron bruscamente al aire al notar el impacto que habían tenido sobre ambos hermanos, sin embargo eran por motivos distintos. Donghae estaba mortificado, sin querer había golpeado a la empleada nueva y para colmo, era la amiguita de Choi. En cambio, Claudia estaba completamente petrificada, se sentía ansiosa. Hace diez años que no veía a ese hombre en carne y hueso, quién fue su amor platónico en la adolescencia bueno eso de amor platónico era un decir, pero ya no más, ahora era una mujer madura, hecha y derecha, que no tenía por qué  alterarse por la llegada de un hombre. ¡¿A quién trataba de engañar?! Él lograba provocar una y mil sensaciones en ella. Con sólo escuchar su nombre sintió un escalofrío recorrer su columna y miles de escenas donde ella se arrojaba a sus brazos dominaron su cabeza. Tenía que evitarlo a toda costa y para ser francos, el tratamiento se lo podía dar el especialista, ella sólo estaba ahí por su hermano.

—Claudia, ¿estás bien?—Le cuestionó Yuna.

—Sí, yo, perdón—Balbuceó torpemente—Tengo cosas que atender. Me parece que no tardan en traer a la Señorita ______TA, espero y ya esté consciente, mmm… y tu Donghae, no te muevas, cuando llegué el señor Choi te podrás marchar, mientras no—Ordenó y salió sin más. Necesitaba estar sola para figurar un plan en caso de encontrarse con él, pero ¿por qué? ¿No se supone que ya lo había superado? ¡Estaba a punto de casarse!

Corrió a su oficina sumergida en un mar de emociones y se encerró con llave. ¡Era inaceptable! Siwon no podía llegar y afectarla de esta forma, ¡no podía! Sin embargo, una parte de ella no aceptaba ese pensamiento porque sin darse cuenta, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y con eso, le quedó bien claro. <<Lo amo, ¡nunca lo deje de amar!>> Ese pensamiento fue suficiente para que su vista se nublara y su pecho se llenara de dolor, sumergiéndose en un inconsolable llanto. Marco a la única persona que le ayudará.

Cupido se equivocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora