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★ Cuatro

Sasuke, a pesar de amar tanto a su hijo como a su esposo, no le gustaba dormir con ninguno de los dos, porque ambos se movían demasiado.

Parecían un par de arañas recién fumigadas a la hora de dormir y eso lo molestaba demasiado, pues impedía que tuviera un sueño relajante del que pudiera despertar descansado para realizar todas las actividades del día siguiente.

Naruto solía quejarse mucho por eso, pero el azabache no le prestaba demasiada atención porque creía que era un berrinche del rubio; lo que no sabía, es que aquello era más que eso, y por ende, el ojizafiro haría muchas cosas para conseguir dormir otra vez con su esposo.

El primer intento fue fingir una pesadilla, pero el ojicarbón era demasiado inteligente para caer en eso; el segundo fue fingir que Menma había mojado la cama, eso tampoco funcionó, pues Sasuke prefirió levantarse de la cama y dárselas a ellos dos, que dormir junto con ellos.

El rubio empezó a frustrarse de a poco, y en vez de seguir perseverando en hacer que su esposo durmiera junto a él, sólo se quedó callado, sintiéndose rechazado; el azabache empezó a notar el comportamiento decaído tanto de su idiota como de su bebé, el cual parecía contagiarse por el estado de ánimo del ojizafiro.

Entonces, una tarde cualquiera, el Uchiha confrontó al moreno; ambos estaban en el living sentados uno frente al otro con una expresión neutra, tan sólo esperando a que el contrario hablara.

Menma se había quedado dormido en su cuna, entonces no había problema en hablar en un tono de voz normal.

—Quiero que me digas qué pasa —espetó el ojicarbón.

—¿De qué? —murmuró el de tres marcas en sus mejillas.

Sasuke frunció su ceño y cruzó sus brazos sobre su pecho empezando a sentirse molesto.

—Te conozco muy bien, Naruto —aseguró—. Sé cuando tienes hambre, cuando estás molesto y cuándo estás guardándote algo que no quieres decirme; quiero saber qué es.

—No es nada, ttebayo...

Naruto bajó la mirada y suspiró tratando de tranquilizarse y no echarle en cara todo lo que sentía al de tez más pálida.

—Como quieras —gruñó el Uchiha parándose de donde estaba—. Intenté arreglarlo pero no quieres decirme, es tu problema ahora.

El azabache iba a salir del living, pero antes de que lo hiciera, el rubio lo jaló y lo sentó a su lado; las manos morenas apresaban el antebrazo derecho del de tez pálida impidiéndole irse.

—¡Tú no nos quieres, ttebayo! —exclamó el ojizafiro dolido—. ¡Siempre pareces molesto cuando Menma y yo nos acercamos! ¡y odias dormir con nosotros!

—Así que ese era el problema —suspiró.

Habiendo hablado aquello, esa noche, Sasuke hizo el mayor esfuerzo que pudo y permitió tanto a Naruto como a Menma dormir en la habitación; fue tal como esperó: ambos lo pateaban, se le subían encima sin importarles si él respiraba o no y metían sus manos dentro de su ropa.

Sin embargo, no podía negar que dormir con ellos había sido agradable, y que después de despertar junto a ellos, había decidido hacerlo todos los días.

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Algo más cute esta vez :'3

Espero les haya gustado

Bye!