★ Once

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Naruto odiaba ver que Sasuke entrenaba solo, no entendía bien el porqué, pero le gustaba estar con él y esforzarse al máximo para superarlo y hacerse más fuerte que él.

Sorprendentemente, una tarde, el azabache no se negó a entrenar con el rubio —aunque tampoco aceptó en primer lugar—, por lo que estuvieron practicando ninjutsu, taijutsu y hasta algo de genjutsu.

El gasto de chakra, el cansancio en sus cuerpos y el buen clima que hacía ese día en el campo de entrenamiento los llevó a ambos a recostarse sobre un árbol para descansar un poco y luego volver a sus casas.

Aunque ambos se quedaron profundamente dormidos con sus brazos y piernas estirados y estando boca arriba para mayor comodidad; Itachi, el supuesto traidor de Konoha, estaba por ahí en una de sus muy pocas visitas a la aldea, y se quedó a ver el entrenamiento de su querido hermanito.

Entonces, cuando el azabache mayor notó que los dos chicos se recostaron y duemieron, salió de su escondite y se paró frente a ellos con una sonrisa enternecida; mirando que nadie estuviese cerca, se agachó y tomó las manos contrarias para juntarlas y hacer que se entrelazaran.

Luego, simplemente tomó una fotografía de la tierna e inocente escena.

Si Sasuke ve esto, se moriría —suspiró con una sonrisa y ya alejándose del lugar antes de que los dos chicos despertaran.

Y de verdad que fue un espectáculo cuando el Uchiha se levantó adormilado y vio su pálida mano siendo apretada por la del moreno; su cara se tornó roja cual tomate y su reacción fue empujar lejos al Uzumaki.

Naruto fue a parar en el tronco de un árbol por tan fuerte empujón, y aquello ocasionó una pelea entre ambos chicos.

—¡¿Qué te sucede, Sasuke?! —gruñó el rubio frotando su trasero mientras se ponía de pie después del golpe.

—¡N-No me sucede nada, Dobe! ¡vete de aquí! —exclamó con un gesto de enojo y su cara roja.

—¿Qué le pasa, ttebayo? —murmuró para sí mismo cuando vio que el ojicarbón se alejó saltando entre los árboles rápidamente.

Justo en ese instante, una pequeña hoja de papel cayó al suelo desde un árbol, y el ojizafiro, curioso, la tomó.

Su carita morena se puso tan roja que ya ni se notaba el color regular de su tez; justamente era la fotografía que Itachi había tomado, y en ella se podía apreciar a Naruto y Sasuke agarrados de las manos mientras dormían.

—¿Cómo lo veré a la cara ahora, ttebayo...? —renegó desganado y sonrojado.

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Espero les haya gustado

Bye! :3

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