🌼11🌼

413 65 36
                                    

-He aquí a una amiguita, ella le hará de carnada mientras vamos a comprar cervezas-

-¿eh? ¿Rose? ¿Qué haces aquí?- James salió de una habitación sonriente -

Ay mierda.

-Y-yo debo irme - musité.

-¡oh vamos! Quédate preciosa-  comenzó a acercarse.

-¿James? ¿Conoces a esta chica?- Emma habló rápidamente y empujandome hacia las escaleras.

-Claro que sí, Em, es mi novia, pero... ¿Qué haces aquí, Rose? -

-¿tu novia? ¡Me estabas coqueteando! - gritó Cleeo -

-Descuida, ella no es celosa - me guiñó un ojo.

-Sube Rose - Emma habló deteniendo el paso, me miró - es la segunda puerta a la izquierda -

-De acuerdo- corrí para arriba y pasé por un pasillo escuchando unos gritos y de repente me choqué con alguien ya que mi vista en aquel momento estaba mirando el suelo, estaba nerviosa, no sabía cómo era aquel hombre, y me veía incapaz de poder tener una conversación neutra.

Levanté mi mirada para ver a un hombre con un traje tratando de quitarse la corbata.

-¿me ayudas, niña? - abrí un poco los ojos y mis manos se dirigieron al nudo - mis princesas antes lo hacían, pero ahora están muy ocupadas con la universidad, los novios, los amigos, los que no son novios ni amigos, y bueno, un hombre como yo debería saber ponerse una corbata - lo miré un poco y lo acomodé para volvérselo a poner mejor. Al terminar, él sonrió- ¿Quiéres una taza de té? O café, lo que prefieras - negué rápidamente- Descuida - echó su cabello rubio hacia atrás, dándome a entender que no pasaba de los 45, al igual que su cuerpo hablaba, al decirme que hacía bastante ejercicio - sé que se fueron a comprar alcohol, no me engañan, pero como te trajeron a distraerme por una hora en mi casa, lo correcto sería invitarte algo.

-P-pues - negó y me dió un pequeño empujón para pasar por el pasillo y comenzar a bajar las escaleras.

-Y... Señorita Rose - sonrió - ¿a qué ha venido? -

-Pues yo...

-¿Sabía que a nuestro mayordomo le ocurrió un problema justo hoy? Es una lástima, y lo peor, mis hijas quieren, oh, por favor, siéntese - al llegar a la cocina, él me separó una silla para que yo me sentase, al hacerlo, fue a por unas tazas- quieren que lo despida, no sé qué hacer, su dulzura se fue cuando su madre murió - o-oh - ¿usted qué cree? ¿Debo despedir al mayordomo? - negué rápidamente.

-Algo así puede ocurrirle a cualquiera, pero... Le recomendaría traer a una maid, ya sabe, ella podría educarlas... Al menos un poco, no sé - me miró -

-¿prefiere una maid a un mayordomo? - Tragué en seco-

-¿Sebastian? - susurré, sonrió -












AHHHHH! ¡Y TODAS DICIENDO...! ¡AY QUE ES SAMUEL! ¡AYYYYY!

¡JAAAAAAAAAHHHHH!

texting - Sebastian Michaelis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora