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No vendería mi alma por...

A la mierda.

-No utilices tus poderes contra mí-

-Anotado - besó mi cabeza -

-Quiero... Saber quién me raptó, y que los mates -

-muy bien, ¿quiere que mate a su novio? -

-No es mi novio - lo empuje - ¿Sabes qué? Vete - me di vuelta y me cubrí-

Unos minutos pasaron cuando la puerta se abrió, se cerró de un golpe estruendoso que mi corazón comenzó a latir tan fuerte que pensé que saldría de mi pecho.
James me sonrió con el látigo que hace varios días había utilizado conmigo. Se acercó.

-vaya vaya ¿con quién hablas? - negué -

-conmigo misma - confiandome que no haría nada, cerré los ojos.

Pero a él se le ocurrió otra cosa.

Me golpeó varias veces hasta que la manta que me cubría se rompió y mi piel quedó a su merced.

Sentí mi espalda arder, grité y lloriqueé pero a él no le bastaba con eso.

-S-Sebastian - susurré - p-por... Favor - grité más fuerte sintiendo la sangre escurrir -

Pero ahí, él entró.

-S-Samuel - Sebastian sonrió para mirar a James.

-¡Quién carajo eres y qué mierda haces en mí casa! - decía alterado sacando de su bolsillo una pistola. Tragué en seco.

-Señorita, cúbrase, y no mire, por favor -

No tuve tiempo a reaccionar en el momento en que me apuntó y recargó el arma.

-Te acercas y la mato - habló, me cubrí con la manta asustada y con frío.

-b-baja eso James, t-tranquilo- me observó - bajalo - murmuré.

En un rápido movimiento, Sebastian condujo su mano hacia su cuello y él... Apretó el gatillo, cayó al suelo, seco, la sangre se expandía y unas lágrimas salieron al ver tal escena.

-Correcto - escuché - calmese, la llevaré a su hogar, habrá que bañarla y alimentarla correctamente antes de hacer el contrato - retrocedi -

-N-no... n-no quería que lo mates - él se cruzó de brazos -

-Lo lamento mucho, pero él le ha hecho daño, se lo merecía - se aproximó hasta sentarse en el borde de la cama - sé que tiene muchas preguntas -

-d-digiste que... Que no eras Samuel-

-No era mi ama, podía mentir -

-tampoco... Lo soy ahora - sonrió, me arrastró de los pies para cargarme cubriendome con la manta-

-No mire, cierre los ojos -

-bajame, bajame ahora - traté de alejarlo, lo golpeé en el pecho varias veces provocando que se ría -

-Como usted dijo, no es mi ama, por lo que puedo hacer lo que sea con usted, además, ya tengo un consentimiento predicho de usted, me ha llamado, eso significa que me necesita - lo miré - puedo hacerle el contrato ahora mismo si lo deseo, pero...

-n-no... Yo... Sólo llévame a casa - me rendí -

-muy bien, acomódese, ni siquiera estamos en el país - abrí los ojos -

-¿¡Qué!? ¿Dónde estoy? -

-Relájese - me apretó contra sí mientras salíamos de la habitación- usted sólo cúbrase -

-Quiero... Quiero ropa - volvió a fijar su vista en mí - por favor - pareció pensarlo y asintió, bajamos las escaleras de la casa y comenzó a buscar algo, hasta que divisó un sofá, me dejó allí y me acomodó mejor -

-Quédese aquí, no trate de comer nada, no toque nada, tardaré unos minutos - asentí algo intimidada por su mirada- lo digo en serio -

-Lo sé -

-muy bien -

Abrió la puerta de la entrada y la cerró. Escuché un ruido extraño y esperé.

Tenía hambre, demasiada, pero creía que sí Sebastian me había reindicado que no comiese nada, sería por algo.

Me recosté y me dije para prender la televisión, pero él dijo que no tocase nada.

Suspiré y esperé.

No sabía porqué había aceptado tal cosa, pero ya no resistía, traté de escapar tantas veces que ya ni recordaba, los castigos eran dolorosos, demasiado, y llegó un momento en que ni siquiera me dejaba ropa, y mis labios se ponían morados por el frío.

-Correcto - escuché, miré hacia aquella dirección - tenga - sacó una manta de color rosa, me quitó la que tenía y me dió la nueva, me cubrí rápidamente, tiró la vieja a un lado y de una bolsa, sacó algo unos pantalones cortos, un Jersey blanco largo sin cuello y me los dejó a un lado, para luego darme una bolsa más pequeña - supongo que no quiere que la ayude - negué - se agachó para mirarme mejor - déjeme ayudarle, está débil -














ME VALE. ES MI NOVELA Y SI QUIERO LOS EMPAREJO A CLAUDE Y A SEBASTIAN.

Ahrr.

Hice todo un escándalo con qué Sebastian no era Samuel...

Muero. 😂😂😂😂

texting - Sebastian Michaelis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora