Capitulo 8

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-Enero, diciembre, diciembre, enero- Cambié con agilidad las piezas de ajedrez sobre el tablero de oro y plata para mirar a mi padre quién miraba con atención su siguiente movida -No puedes estafar al estafador, papá- Reí y él decidido, hizo un movimiento con su rey hasta acabar con mi reina. Llevé las palmas de mis manos a mis mejillas aceptando la posible derrota.
-Es un placer estafar al estafador, nubecita- Ambos reímos y mamá cantaba al ritmo de la música francesa que el toca discos reproducía
-¿Por qué el rey muere mas facilmente?- La curiosidad se asomó sobre mis ojos poniendo toda mi atención en papá
-¿A que te refieres, linda?- Dijo acomodando las piezas de nuevo en su lugar
-Cuando la reina muere, hay mas probabilidades de derrotar al rey- Mordí mis labios poniendo fuerza en mis pequeños dientes de leche frontales
-Bueno, nubecita- Bebió un buen sorbo de la copa de coñac a su lado derecho -Es como si...- Pensó ampliamente -Es como si mamá ya no estuviera aquí- Acomodó mis cabellos tras mi oreja -Yo no podría tener la misma fuerza que tengo cuando está ella-
-¿Y yo?- Mi inocencia al no entender el amor
-Solo por ti podría volver a tenerla- Respingó mi nariz con su dedo pulgar e indice y mamá había llamado nuestros nombres para reunirnos a cenar lo que fuese que ella había cocinado por el dulce aroma.

Actualmente:

Moví la pieza con mis dedos sin ganas mientras sostenía mi cabeza sobre la mesa, el reflejo del fuego lograba transparentarse por las pequeñas partes de cristal de las piezas de ajedrez.
-Gané- Dije para mi misma cuando ya tenía a la reina en la palma de mi mano -Lo gané todo- Tomé las monedas que por mi cuenta había puesto en el lugar vacío frente a mi -Me gané a mi misma- Bebí del ginebra dulce amargo que había encontrado en uno de los antiguos cajones escondidos en el ático del apartamento.

'Flightless bird, american mouth' sonaba en la caja de música y tallé mis ojos con cansancio por la hora que marcaba el reloj.
-¿Por qué amanece tan pronto?- Bebí nuevamente hasta acabarme el licor y recostarme contra el sillón para colocar mi brazo sobre mis ojos y poder dormir un poco.

El amor acaba. Lo supe cuando papá y yo terminamos el juego de ajedrez después de la cena, cuando mamá decidió mandarme a la habitación de huéspedes por que era la que se situaba al final del pasillo y así, creyó que yo quizá no escucharía su confesión llena de infidelidad hacía papá.
El amor acaba cuando lo que construíste con el tiempo, no puede arreglarlo todo.

Flashback:

-Maldita sea, Eve- Él solo la abrazó tan fuerte, deseandola culpar por un solo error.
Mamá lloraba.
Papá lo hacía también.
El amor acaba cuando hay cosas terribles de por medio que logran cubrir las buenas.
-Lo siento mucho, James-
-Calla ya- Besó su sien y sabía que sus anhelos eran no volver a dejarla sola nunca más.

Así que el amor acaba cuando dejas de cuidarlo.

Recordé como mamá y papá reconstruyerón su amor desde el inicio. Y me hubiera gustado haber podido cuidar de tu corazón, y volver a empezar de nuevo.

Fin del flashback.

-Ven- Me ayudó tomando mi mano para que yo pudiese cruzar las pidrecitas de el río sin resbalar y caer sobre la corriente
- Maldita sea- Dije tratando de mantener el equilibrio hasta saltar a sus brazos y me sostuvo con fuerza mientras nuestras risas se mezclaban
-Te tengo- Me miró detenidamente y el tiempo parecía congelarse eternamente, se sentía tan extraño, tan cálido. Me alejé riendo todavía y acomodé el pequeño bolso en mi hombro izquierdo.
-Vamos- Siguió dirigiendo nuestro paso hasta el lugar tan anhelado que quería llegar, las hojas bajo nuestras suelas se quebraban y la vista la subrayaban los ultimos rayos del sol que se asomaban tras las delgadas y marrones ramas de los arboles, el otoño estaba tan cerca y todo lo sabía gracias al temperamento del aire que provocaba pequeños remolinos de hojas en el suelo.

Eso me lo había enseñado Zachary.

Pero ahora estaba frente a Bill, un hombre bastante peculiar con la idea de que las personas aún son tan buenas como su corazón, me agradaba estar con alguien quién no tenía idea de como yo había hechado todo a perder.

-¿Cuál es tu animal favorito, Elise?- Preguntó con curiosidad tomando asiento sobre el cesped e imité su gesto
-Um- Pensé -Probablemente las serpientes- Sonreí y él verdaderamente se sorprendió
-Nunca había escuchado a alguien decir que su animal favorito fuesen las serpientes-
-Bueno, tuve una de adolescente-
-¿En verdad?- Su asombro me causaba un poco de risa y asentí
-La llevé a una exposición en el instituto, supé que al momento que yo la sacase de su cajita de cartón, todos iban a comenzar a gritar- Él rió -Pero intentaba hacer cambiar la mentalidad de las personas- Dibujaba con mis manos mis recuerdos que aún se encontraban intactos -De no temer a todas esas cosas diferentes- Golpé suavemente mi hombro contra el suyo -Cuando me dijiste que saludabas a la gente donde vivías, me gustó por que eso te hacía diferente- Miré la suave corriente del río y pude ver a través del rabillo del ojo como Bill desataba el nudo complicado de su corbata.
-Podrías llevarla por mi- La colocó alrededor de mi cuello acercándose un poco, tan centrado en atar el mismo nudo -Así tendré otra de mil razones para ir a tocar el timbre de tu apartamento- Sus ojos grises se cruzaron con los mios y pude sentir el aire fresco recorrer lo largo de mi espina dorsal
-Usted, Mr. Gulliver- Sonreí -Es bastante astuto-
Sonrió. En ese momento Zachary no se encontraba en mi mente, grabé perfectamente la sonrisa de Bill, por sus sobresalientes y pequeños colmillos, grabé su sonrisa por que cuando lo hacía, sus ojos se cerraban al par y sus mejillas se tornaban rojizas. Zachary esa tarde no se encontraba en mi mente cuando Bill se encontraba frente a mi.

Flashback:

-¿Estás loca?- No respondí ante aquella acusación -¿No vas a responder?- Mis piernas se deslizarón a través del entallado vestido color vino que odiaba usar, no podía sentirme mas estúpida.
-Elise- Trató de tocarme pero en cuestión de un instante me incorporé
-Lo siento- Los tacones volvían mas eterno el pasillo de la cama a la puerta
-¡Te comportas como una zorra!- Gritó molesto y mis cejas se arquearon sintiendo la punzada del dolor -¡Te botan como basura y buscas refugio en otros lugares! ¿Sabes algo?- Quería que mis piernas reaccionaran y marcharme del lugar, no podía -No hay diferencia entre una prostituta y tu-
Reí ante ello
-Una prostituta no hubiera dudado en chuparte la única cosa que te hace hombre- Cerré la puerta de golpe y aguantando las débiles lagrimas decidí ir a casa.

Marlon Mckmaton. El refugió que llegó cuando la soledad tomó el lugar de Zachary.

No traté de justificar, el tiempo había pasado y yo no había logrado olvidar.

Marlon, quién conocía desde el instituto sonreía para mi esa noche que tenía planeada pasar en solitario junto a una copa de ginebra, traté de buscarte en cualquier otra persona, siempre trataba de encontrar algo en ellos, que me hiciera recordarte a ti.

Odiaba eso de mí.

Fin del flashback.

Hard to Love (Zachary Levi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora