Capitulo 11

251 23 5
                                    

Flashback:

-Cariño lo siento, parece la Antártida allá fuera, no pude conseguir...- Ahogué el resto de la oración en mi garganta esperando a que él no hubiese escuchado todo el alboroto que los bolsos desechables de comida hicieron al tocar el suelo.

La alfombra bajo mis calcetas era tan suave y era lo que adoraba de venir a los bonitos hoteles de Los Angeles cuando vivíamos en Londres. Alfombras, ayudaban a encapsular el ruido y de esa forma logré llegar hasta la cama donde Zachary yacía dormido. Sonreí. Sonreí por que era verdaderamente dulce verlo de esa manera, hundido en la profundidad de lo que hubiese sido que en ese momento estuviera soñando, reí para mi misma por la forma en como de sus labios se deslizaba un delgado hilo de saliva hasta terminar en las telas de las fundas del cojín y los leves pero molestos ronquidos que su garganta provocaba cada vez que me impedía dormir.

Las yemas de mis dedos pasaron sobre su cabello con suavidad mientras tomaba asiento en un pequeño hueco que había en la cama, me quedé por unos segundos pensando en que haría si no lo tuviera a él.

Recordé la forma en que pasaba cada segundo de mi vida junto a Zach huyendo de los desastres que habíamos ocasionado.

Cuando tomó mi mano con fuerza en la pista de hielo y así, no caer, o eso se suponía por que no duramos 5 segundos de pie cuando Zachary había tropezado por culpa de una agujeta mal abrochada de uno de sus patines, provocando que yo resbalara con él y así toda la fila de gente que se deslizaba detrás de nosotros.

Recordé como llenábamos nuestros platos de comida en cada Buffet y a partir de que me observó llenando mi platillo de Pasta con queso mas que cualquier otra cosa, él comenzó a hacer lo mismo hasta que una noche se enfermó de lo tanto que había comido y oh vaya que era bastante difícil cuidar de Zachary cuando estaba enfermo.

"-Amor, maldita sea, siento que voy a morir...- No alcanzó a completar la oración por que otra ola de asco y nauseas le habían hecho callar, reí esperando que no me hubiese visto y froté su espalda mientras él se sostenía de la orilla del lavavajillas.
-No, no mueras pastelito- Besé sus hombros -Te prepararé un té de canela-
-No, no- Gimió de dolor -Ya no volveré a meter nada en mi estomago de nuevo- Reí ante cada gesto que hacía para calmar el dolor.
-Vamos- Le ayudé a llegar a la cama después de su bonita escena causada por la pasta de queso -Ya no voy a volver a llevarte a ese lugar, Zachary, perdoname- Dije entre risas y él me miró con una de sus tiernas y curiosas sonrisas
-No dulzura, ahí me tendrás la próxima semana- Me recosté junto a él esperando que el cálido abrazo en el que me sostenía, no se rompiese nunca."

Pero ya no voy a tenerte así, Zachary.

Así que esa noche, mientras dormías y yo aguardaba por hacerlo, besé tu frente y como logré suponer, despertaste bastante confundido.
-Ay cariño, ¿qué hora es?- Te habías incorporado tomando asiento en la orilla de la cama y reí por como tu cabello se encontraba hecho un desastre. El mismo desastre que yo soy ahora, tratando de escribir esta historia, tratando de componer música para los oidos de la gente donde no pueda recordarte, tratando de cambiar el final 52 veces hasta que uno solo, me de el resultado que siempre quise contigo.

-Quedate conmigo- Apretaste fuerte mi mano, nunca lo habías hecho y lo supe por que tus nudillos se volvieron blancos y en mi piel apareció el sutil carmesí.

Dije que no te soltaría nunca.

Dije que besaría cada parte que se encontrara rota.

Y espero quién sea que se encuentre ahora contigo, cuide de ti, por que sé que también lo necesitas como lo mucho que tu cuidaste de mi.

-¿Qué haremos esta noche?- Su voz estaba tan apagada por el sueño que aún seguía en su subconsciente
-Nada cariño, se supone que estabas durmiendo- Dije entre risas mirándolo mientras me acomodaba entre sus piernas con mis brazos en sus rodillas.
-¿Y crees que podré dormir teniendote así?- Sonrió afectadamente
-Podrías intentarlo- Susurré con mis palabras envueltas en romance.

Fin del flashback.

Mis dedos se deslizaron a través de la suave tela de seda de cada vestido en el aparador, eran bastante bonitos y pensé en cual a Zachary le encantaría verme llegar.
-Quizá el escarlata- Alexandra habló desde su lugar, parecía leer cada uno de mis pensamientos y sonreí para ello
-¿No se te hace el rojo algo muy predecible?-
Ella entrecerró sus ojos y sabía que estaba pensando por que relamió sus labios
-Un día nos dijiste que amaban la Isla- Miré a Carl quién salió de los vestidores con un bastante llamativo vestido entallado azul celeste y dorado, aquello me hizo recordar.

Flashback:

-¡Vamos, vamos!- Le arrastre hasta el auto mientras él cargaba la pila de toallas y prendas que seguramente después necesitaríamos
-¿Llevas el reproductor, linda?- Me miró con una sonrisa antes de subirnos al auto y le dediqué un guiño.
-Todo listo-
Me besó en los labios antes de poner el auto en marcha y pasar por nuestros amigos.

Había sido un día perfecto, observamos el enorme acuario ubicado en las orillas de la Isla y las nieves de 'The happy place' eran las mejores, sobre todo la de chicle que Zachary y yo adorabamos.

Tomé una rebanada de pizza mientras las risas de todos nosotros se mezclaban con la gente, miré a Zachary en un momento fugaz y él hizo lo mismo conmigo, el tiempo parecía detenerse cuando eso sucedía. Carl se dio cuenta de ello y pude saber que comenzaría a molestar por la forma en que sonrió. Rodé mis ojos y Zachary se burló a lo bajo junto a mi, aquí iba.
-¿Y cuando piensan casarse?- Aquella pregunta me había tomado desprevenida y comencé a toser el resto de la pizza que estuvo a punto de atorarse en mi garganta. 'Maldita sea, Carl' pensé mientras trataba de respirar y Zachary daba leves golpecitos en mi espalda que en verdad nunca servían de nada.
-Creo que no le gustó mucho la idea- Alexandra se burló y todos rieron, incluyendo el hombre que amaba
-Te estas tardando mucho- Carl dijo en forma de amenaza tonta -Alguién te la puede ganar- Elevó sus cejas haciendo reír a Zachary
-Debo sorprenderla cuando lo haga, pero definitivamente no será en un restaurante ¿verdad cariño?-
-Imaginate que escupa toda la langosta de 90 dolares- Rieron y mire bastante fulminante a Carl
-Que gracioso- Le lancé uno de los peperonis y no tardó en hacerse el ofendido
-Calma a tu novia loca-
-Shhhh ya, ven aquí- Zachary me abrazó de la manera en que yo ya no pudiera moverme para seguir mi guerra de comida con Carl.

Fin del flashback.

La brisa era fresca, tan sutil que asustaba, miré con tranquilidad la Isla y los botes que solían perderse al fondo del mar con la neblina, el farol parecía estar abandonado y la pintura roja que lo cubría, ahora estaba desgastada.
-Te esperaremos en el auto- Alexandra colocó su mano sobre mi hombro antes de marcharse en el momento en que asentí.

Respiré profundo cerrando los ojos con dolor y al abrirlos Zachary me rodeaba con sus brazos, supuse que también miraba la Isla de la misma forma en la que yo lo hacía, lo calido de su respiración chocó contra mi cuello hasta mandar una onda eléctrica que erizarón los pequeños vellos de mis brazos.
-¿En qué estas pensando?- Su voz apenas era audible y recargue mi cabeza sobre su pecho, sonreí al instante
-En como volveremos a casa- Di media vuelta hasta quedar frente a frente y así, rodearlo con mis brazos -Hay que quedarnos un tiempo- Rozó su nariz con la mía con dulzura y la misma sonrisa que siempre me daba, oh dios. Adoro la forma en la que el se mueve, adoro su forma de bailar, adoro la forma en que sonrie pero sobre todo... adoro la forma en la que solía amarme cada mañana al despertar.

Esa noche Carl y Alexandra se marcharon en el auto, Zachary estaba bastante asustado por los indefensos cangrejillos que se ocultaban bajo la arena mientras recorriamos la orilla costera dejando que la espuma del mar tocara nuestros pies.

Así que si, ese vestido iba a ser perfecto para él.

Hard to Love (Zachary Levi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora