Capitulo 4

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Flashback:

-Ven aquí- Golpeó con delicadeza sus rodillas y yo caminé a través del largo pasillo, sabía que las ondas azul cielo del vestido se movían con el caminar y por aquello era el favorito de él.

Coloqué mis brazos alrededor de su cuello y su rostro quedó a la altura de mis costillas por el hecho de estar sentado, él rodeó mi cintura con sus suaves manos hasta hacer un poco de fuerza y me hiciese caer sobre la cama bajo su cuerpo.
-No sabes cuanto te amo- Besó la punta de mi nariz y yo sonreí
-Por supuesto que lo sé- Acaricié su mejilla -Por que te amo de la misma forma que tu a mi- Mis ojos no podían dejar de recorrer cada facción de su rostro y amaba estar entre las sabanas de aquella manera con él.
-Mi maravillosa Bee- Sus manos se deslizarón sobre mi cintura y entre mis dedos sus oscuros cabellos se encontraban
-Mi dulce Zac- Él rodó sus ojos y yo reí por que sabía que él odiaba el diminutivo de su primer nombre
-¿Estas vengandote por el helado?- Rió y yo asentí
-Me quedé con esas profundas ganas de un helado de cereza, mi amor-
Él cerró sus ojos y mantuvo su cuerpo tan cerca del mio con sus brazos aún rodeandome
-Lo siento cariño- Colocó su barbilla sobre mi cabeza -Mañana a primera hora ahí estaremos- Me quedé quieta inhalando la profunda fragancia de mandarina y arándanos que Zachary solía usar en su ropa.
-El helado no importa ahora- Mi rostro se hundió en su pecho -Solo no dejes de abrazarme esta noche-
-No lo haré- Susurró cerca de mi oído para verme después.

Sus ojos, su nariz, sus mejillas que siempre se encontraban ruborizadas por el frío de la oscuridad, mis ojos se cristalizaron y él colocó sus labios sobre los míos, moviéndonos con lentitud y podía sentir sus manos tras mi espalda, quería mantenernos así para siempre.

Así que porfavor dejame tener este recuerdo para siempre. Solo este.

La marea era bastante alta, mis pies colgaban de un acantilado sin poder alcanzar el agua, sostuve entre mis dedos un pequeño barco de papel y el sol se ocultaba tras los frondosos árboles haciendo que la sombra se reflejara un color dorado en la superficie.

Miré el barquito que seguramente al soltarlo se iría lejos de mi, miré la forma en que lo hacía, miré los rayos del sol ocultarse, como las manzanas caían de los árboles aterrizando en el pasto, los niños correr con el delgado listón de sus cometas enredado en sus manos y las aves volando tras las colinas verdes que daban forma a la figura de una curvilínea mujer.

Recordé la figura de arcilla que entre Zachary y yo habíamos esculpido con nuestras manos creyendonos grandes y famosos artistas.

Estábamos hechos un desastre, y quizá mamá estaba en lo correcto de dudar que yo estaba embarazada cuando llevé al pelinegro a presentarse frente a mis padres, eramos completos tontos que creían que la vida duraría de esa manera por la eternidad.

-¡Detente ahí Zachary Levi!- Le señalé con mi dedo índice rogando que no se acercara mas a mi con sus manos llenas de barro y pintura de aceite
-¿Por qué habría de detenerme, eh Bee?- Se acercó mas y mi cuerpo fue detenido por una de las grandes mesas rectangulares en el centro
-¡Por que esa pintura no se quitara de mis prendas y es mi vestido favorito!- Traté de cubrirme con mis brazos
-mmm- Su rostro se tornó pensativo -¿Qué me daras a cambio de ese lindo vestido, mm?- Cerré mis ojos sabiendo a que se refería
-Un beso- Lo vi con certeza
-¿Quizá dos?- Ya estaba frente a mi rodeandome con sus brazos evitando que sus manos me tocaran
-Oh mi amor, eres negociador- Me encontraba tan cerca de sus labios sin dejar de mirarle
-¿Segura que confías en mi?- No dije palabra alguna y mis labios ya estaban fundidos sobre los suyos, encapsulé su rostro entre mis manos atrayendo su cuerpo entre mis piernas para sujetarme con equilibrio a él.
-Maldita sea Bee- Besó mi clavícula con desesperación -Estoy completamente enloquecido por ti- Dijo con dificultad por la interrupción de nuestros besos
-¿Era esto a lo que queríamos llegar?- Dije deteniendome entre la falta de aire y gimoteos en mi garganta
-Te dije que no debías confiar en mi- Susurró en mi oído
-Lavate estas manos primero amor, no vas a tocarme así- Seguí el camino hacía nuestra habitación y él alcanzó a tomarme de la cintura con fuerza hasta dejarme con un ultimo beso maldiciendo por haber manchado el vestido de lilas que sus padres me habían obsequiado por la época navideña.

Fin del flashback

No dejé de ver mi reflejo contra el agua y sobre ella imaginé que a mi lado estaba Zachary bromeando sobre sanguijuelas que nos tragarían.

A bastantes metros lejos de mi, en una parte del acantilado sabía que estaba él, retirándo sus zapatos oscuros para poder introducir sus pies al agua cristalina y con la palma de sus manos sostenerse del verde pasto, en sus ojos se reflejaban las pequeñas olas que se formaban con la profundidad, traté de girarme y dejar de verle, era imposible, nada había cambiado en él, quizá su cabello se encontraba un poco mas corto y las ojeras bajo sus ojos ya no estaban ahí como los ultimos meses que estuvimos juntos.

Flashback:

-¿Bee?- Entró al pequeño santuario que teníamos en casa, ese lugar lo habíamos construido juntos con luces doradas y cortinas largas de colores viejos. Después de una pelea o un mal día, sabíamos que él o yo, nos encontraríamos al final del día sentados frente a una cajita musical que había robado la atención de Zach en una tienda bazar de cosas mágicas.

Ahí estaba yo, entre mis manos el collar de perlas que me había retirado al llegar a casa estaba enrredado en mis dedos, sentí sus brazos rodearme y colocar su cabeza sobre mi espalda.
-Amor- Habló con suavidad y sentí como mi pecho se contrajo y las lagrimas comenzaron a salir -Bee no los escuches- Besó mis hombros acomodándome sobre sus piernas un poco mejor -Lo siento, lo siento, mi pequeña abeja hecha de miel- Besó mi frente y aquello me hizo reír un poco.

Él adoraba llamarme Bee, cuando nos conocimos y escuchó mi nombre, desde entonces yo para él era solo Bee, la grandiosa Bee que Zachary siempre solía decir, era muy dulce.

Fin del flashback

Tomé las zapatillas que se encontraban a mi costado derecho y las estrellas comenzaron aparecer junto a la oscuridad, eso por suerte me haría salir sin que él se diera cuenta que yo también estaba ahí.

Hard to Love (Zachary Levi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora