En mi mundo

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Comenzar una nueva etapa es signo de cambios y oportunidades. Y esa oportunidad la capté en cuanto te vi aquel verano sentado en el piso contra una pared leyendo quién sabe qué. No había podido percibirla al término de la clase cuando noté que estabas sentado en el otro extremo de mi fila, pero fue ahí donde te descubrí.
Me acerqué a preguntarte qué estabas leyendo, no parecía molestarte mi presencia. Incluso sonabas animado por tener una charla con alguien, realmente lucías muy solitario.
A partir de ese día hablamos cada vez que nos veíamos; materias, libros, anécdotas recientes. Así pasó todo el otoño, sin nada extravagante aunque yo quería ir por más.
Cuando estaba llegando el receso invernal tome valor y te invité a salir. No podía creer que habías aceptado tan fácil, incluso elegiste el lugar a donde ir.
Estaba muy nerviosa, era mi primera cita. Te comportaste como todo un caballero y reímos como niños toda la tarde. Luego del cine y la merienda, me acompañaste hasta mi casa, había sido una cita de ensueño. Al despedirte me dijiste algo muy importante; "de solo pensar qué hubiera pasado si ese día que me encontraste leyendo no me hubieras hablado, me pongo algo melancólico pero agradezco que lo hayas hecho porque acá estamos ahora", me besó de manera inesperada y se fue sonrojado y con la cabeza gacha.
Ojalá hubiese hecho caso a ese consejo, así esta hermosa historia hubiese ocurrido en otro lugar además de mi mundo imaginario.

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⏰ Última actualización: May 01, 2018 ⏰

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