Ella es parte de mi, yo lo sé, yo lo siento, en esta cavidad llamada corazón, puedo sentir que mis latidos me piden a gritos, que la busque, que la encuentre.
Ella es mi guía, la guía que me ha de llevar a mi destino.
Una forma curiosa de guiarme...
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Luego de ayudar a su madre, la reina, Sonic fue a su habitación, pues ya era de noche, pero antes de que el erizo se quedara dormido la puerta de su habitación se abrió.
— hijo mío— dice con tono tranquilo- debo decirte algo muy importante mañana — pausó un momento — así que descansa ¿si?.
— Si mamá, lo haré. — obedeció.
— Muy bien mi amor, que duermas bien, hasta mañana entonces.— dice esto para luego apagar la luz y salir de la habitación.
"¿Por qué?. ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ella?, ¿Estoy enfermo?, pfft, no lo creo, eso sería estúpido, no he hecho nada inadecuado para mi cuerpo, lo fortalezco cada día corriendo. Es hermosa, sin duda, por más que quiera hay algo que me impide quitarla de mi cabeza. ¿Sentirá lo mismo?. Tsk ¿pero que demonios estás pensando Sonic?, la conociste hoy, calma viejo, no, tu cálmate. Rayos, ¿pero con quién demonios estoy hablando?. Creo que si no descanso terminaré volviéndome completamente loco pensando en ella."
Pensó, para luego cerrar sus ojos esmeralda y quedar profundamente dormido.
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—aah...— suspiró mientras que en sus ojos jade reflejaban las estrellas —Me gustaría divertirme como ellos pero no sé cómo, aunque me divertí con Sonic él es muy— bostezó — .. atento.
Cayó rendida sobre la firme vereda, quedando dormida ante la interperie y el helado viento, que curiosamente no provocaba ningún tiritar en ella.
Al día siguiente.
"¡Bip - bip, bip - bip!" sonaba la alarma de las 6:00 a.m del erizo azul, quien aún con sueño la apagó de inmediato, posponiéndola para dentro de cinco minutos, luego se acurrucó de nuevo en su cómoda cama.
