Ella es parte de mi, yo lo sé, yo lo siento, en esta cavidad llamada corazón, puedo sentir que mis latidos me piden a gritos, que la busque, que la encuentre.
Ella es mi guía, la guía que me ha de llevar a mi destino.
Una forma curiosa de guiarme...
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Después de charlar y consolarse Sonic y Amy se quedaron completamente callados, de casualidad Sonic movió su mano y sin darse cuenta este la colocó encima de la mano de Amy. Él se puso muy sonrojado al ver lo que había hecho al igual que Amy....
-Eh y-yo lo siento - quitó su mano muy sonrojado -no era mi intención.
-Si, no te preocupes. - desvió su rostro ruborizado, llevando su mano derecha a sobar el brazo izquierdo, mientras esbozaba una gran sonrisa
-Y-yo.. no fue intencionalmente fue por casualidad de verdad lo sien...
Se acercó a su rostro y le sonrió - no te preocupes Soniku. - lo miraba fijamente.
- Amy estás muy ... Cerca. - se sonrojó.
- Jaja loquillo ¿que crees que voy a hacer?, lo siento a veces no se controlarme. - sonrió. Él la miró confuso con las mejillas teñidas. - Oh cielos en verdad lo siento.
- No, no, no importa. - dijo entre risas. - Sabes que te quiero.
Ella se sobresaltó al oírlo mencionar eso último.
- ¿Me... Quieres?. - volteó a verlo con los ojos tan iluminados como estrellas.
Se sonrojó de inmediato - Em... Claro, obvio que si jeje. -rascó su nuca. - «No puedo decirle ahora, solo la conozco de un día, vamos Sonic saca un tema de conversación, el que sea» - ¡Hey!, ¿Te parece si te presento con mi familia?.
Sonrío nervioso.
- Claro, aunque no creo que les caiga bien... - desvió la mirada.
-No te preocupes, estarás conmigo, les vas a caer demasiado bien, créeme. - insinuó ya llevándola por los hombros.
- Oh, eh, claro.
- Bien entonces...
El erizo la sujetó desde la cintura y luego desde sus piernas, hasta finalmente cargarla entre sus brazos. Ella sorprendida, por instinto mismo cubrió sus ojos con las palmas de sus manos.
- ¿Enserio iremos de este modo?. - tapó su rostro con ambas manos.
- ¿Uh? - la miró, se sintió nervioso al hacerlo pues era la primera vez que la tenía entre sus brazos. - Mi excusa es que llegaremos más rápido jeje. Aquí vamos, sujétate.
Quitó las manos de su rostro, para dirigirlas al cuello del erizo mientras apretaba los párpados con fuerza.
En diez segundos ya se encontraban frente a un gran portón.
- Llegamos.
Ella abrió un solo ojo y ¡Era verdad!, Ya se encontraban lejos de donde habían estado.
