Capitulo 6

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La cabeza me punzaba, trataba de volver a dormir porque realmente no quería descubrir qué pasaría si despierto. Cerré mis ojos y trate de escuchar... nada, silencio, ni siquiera pasos, sentía que estaba sobre una colcha, realmente era cómodo, pero no en mi estado, sabía que no estaba en Hogwarts y sabía que me habían llevado, pero tengo que hallar la manera de irme de aquí.

Creo que pasaron 15 minutos, cuando el cerrojo se abrió y yo me hice la dormida, sentía punzadas en la cabeza, muy leves, y se detuvieron un momento, para después volver.

-Niña-escuche una fría voz que me helo la sangre- niña despierta-repitió.

Abrí mis ojos de manera lenta como si me hubieran despertado de un sueño. Me encontré una piel blanca, con unos ojos azules, muy parecidos a los míos, me miraba sonriendo sínicamente, su cabello negro resplandecía, no lo reconocí, que quiere de mí.

-¿Quién eres?, ¿Por qué me trajiste aquí?-pregunte con voz temblorosa.

-Antes de responder yo quiero saber algo, y te responderé si tus respuestas son lo que yo busco.

Me quede callada, pero asentí, que podría preguntar, quizás si mis padres tienen dinero, pues eso no sería un problema.

-¿Lucius Malfoy es tu hermano?-me sorprendí, conocía a mi familia.

-Sí, lo es por la ley mágica-respondí.

-Significa que no es tu hermano de sangre, ¿Tu eres hija de Adalinde?-pregunto ahora.

-Sí, es mi madre biológica, se casó con mi padre, no entiendo a qué tiene que ver con mi familia el que usted me traiga para acá-dije exaltándome sin comprender, mi madre ya debería saber que algo me paso y ha de estar preocupadísima.

-Soy Tom Riddle querida, y te traje porque quiero hacerte unas preguntas, que, aunque no lo creas, me incumben.-me respondió las dos primeras preguntas que le hice, sin saber que responder me quede callada y mis ojos viajaron por el lugar, era un cuarto amplio, nada en mal estado, con telas de terciopelo purpura y yo estaba sentada en una cama para tres personas, al parecer le importaba mi comodidad.- ¿Sabes quién es tu padre biológico?

-No, mi madre nunca quiso hablar de eso, creo que le hizo daño, por eso ahora está muy bien con Abraxas, y yo también estoy muy cómoda con el-respondí, no me gustaba ese tema.

Al responder su pregunta, rápidamente hizo explotar un jarrón con su varita, lo cual hizo que me sobresaltara.

-¿Me dirá porque le importa tanto mi familia y porque estoy aquí?-pregunte de nuevo.

-Estas aquí, porque yo, soy tu padre biológico, Adalinde jamás me dijo de tu existencia y me importa, porque si tu no lo sabias, tu madre me amo a mi más que a cualquiera y ella es mía, no importa que este con otro hombre, necesito que ella venga, y lo hará, sabe que estás conmigo después de todo.

-¿Quién eres?-pregunte con lágrimas, si mi padre, un tal Tom, pero porque era así y como mi mama sabía dónde estaba.

-Soy Lord Voldemort querida hija...

Abrí los ojos como platos, mierda, su varita apunto a mi pecho y al fin dormí de nuevo.

Narra Adelinde

Después de recibir el fénix de Albus con una carta que decía que Tom tenia a mi hija, me cambie rápidamente y salí de la casa para aparecerme frente a la mansión, creo que ya eran 5 horas de aquello, y en ese tiempo la pudo haber lastimado o maldecido más de 100 meses, sabía que esto ocurriría, sabia que trataría de quitármela.

La mansión Athens, ahora la de Lord Voldemort, era completamente tétrica, no había luz por fuera, los jardines estaban secos y apenas unas antorchas iluminaban el pasillo. Me pare cuando sentí los pasos de alguien detrás y ni siquiera me voltee, sabia que era el.

-Regresaste, sabía que el tener a nuestra hija te haría volver.

-Ella no es tu hija Tom, no la has criado en estos 13 años, no sabes sus miedos ni sus fortalezas y como supongo que ya descubriste, es oclumante por nacimiento-respondí seca.

-Así que no lo pensé mal, bueno, con genes míos y tuyos, como no, aunque esperaba que un hijo nuestro saliera legeremante, la oclumancia sirve también-expreso con su fría voz.

-Dejame verla, tu no quieres hijos Tom, deja que me la lleve-pedí.

-No, no, ella es mi hija, y se queda aquí hasta que tú y yo no negociemos, quizás un juego como en los viejos tiempos-susurro a mi oído mandando reacciones a todo mi cuerpo.

-Dime que quieres, te daré lo que sea, pero no le hagas daño, por favor Tom-pedí, sabía que lo que me pediría seria grande y estaba preparada para lo que fuera.

Empezó a caminar y lo seguí, sabía que eso quería, que lo siguiera, subimos las escaleras despacio y abrió la puerta de la que era nuestra habitación.

-Desnúdate-ordeno.

No quería tener sexo con él, mis piernas empezaron a temblar, sabía que no sería cariñoso, es más, me haría sentir dolor con cada rose, porque me haría sufrir, sabía que ahora me había acostado con Abraxas miles de veces, sabía que me haría arrepentirme y por eso, tenía miedo, mucho miedo.

-Tranquila Clarissa, aun no empiezo y ya tiemblas-volvió a susurrar en mi oído y sentí como se deshacía de su ropa, se pegó a mi espalda y solté un sollozo al sentir su pene en mi trasero, mierda, estaba muy nerviosa, y el miedo no se dejaba esconder.

-Shhh, tranquila, te lo mereces por irte con otro hombre sabiendo las consecuencias.

Sus manos rodearon mi cintura y me volteo para verlo, cosa que no hice, mire al suelo, sabía que lucía como un hombre apuesto, y que antes me sentía cómoda con el así, pero ya no, esto llenaba de terror cada milímetro de mí. Me tumbo en la cama y separo mis piernas penetrándome completamente, dolía, y dolía mucho, lo hacía rápido, sin parar, trataba de quitarme por inercia pero solo conseguía que se hundiera más, sus manos fueron a mis pechos, donde los apretó y pellizco tal cual, haciéndome sollozar, como no dejaba de mover mis brazos para detenerlo, con su varita me sujeto a cadenas impidiéndome defenderme, sus dientes mordieron mis pezones, y estaba segura que sangraban, estaba siendo un sádico, literalmente no le importaba cuanto le rogara que se detuviera.

-Tranquila Adalinde, no llores, tu hija puede escucharte y aún falta que vuelvas para hacerlo de nuevo no creas que si solo no vuelves te dejare en paz, tus dos hijos pagaran las consecuencias de él no escucharme.

Salió de mí y desapareció las cadenas, dejándome en la cama la cual tenía sangre de la penetración y de mis pechos, me pare y me vi en el espejo, tenía chupetes en todo el cuello y abdomen, y sus dedos marcaban mi cintura y espalda.

-¿Admirando mi buen trabajo?

-Cállate-susurre. Me vestí rápido y Salí de la habitación.-¿Dónde está?-pregunte.

-Puedes llevártela, debes volver en una semana, y espero que tomes poción anticonceptiva, no querrás darme otro hijo.

Salí de la mansión con Bessel en mis brazos y me desaparecí, reaparecí en el colegio y con pocas fuerzas y un dolor en la entre pierna llegue al despacho de Albus.


Secret.-Book 2-(Sirius Black)(Book1:JuegoDeSerpientes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora