Capitulo 15

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Se me ha hecho costumbre estos días despertar en la enfermería. Sentí un dolor en mi cabeza horrible y el olor a pociones era intenso. Abrí mis ojos y los volví a cerrar. Mucha luz. Abrí un ojo y cuando se acostumbro, abrí el otro, me encontraba sola, me enderece y observe que en si la enfermería estaba sola.

Solo estaba yo, a mi lado había dulces y flores en un jarrón. ¿Cuanto tuve que dormir? ¿Un día máximo? La cortina se abrió y apareció Remus, que al verme despierta me dio un gran abrazo.

-Bessel, gracias a Merlín despertaste.

-¿Cuanto llevo aquí?

-Menos de un día, es de noche pero Sirius y Lucius no tienen permitido verte.

-¿Sabes lo que pasó? —oh mierda, si lo sabían iba a quedar mal, los maestros me verían horrible.

-Sirius nos contó a nosotros, pero los maestros y demás piensan que tu y el se vieron a escondidas y el te beso de sorpresa, Lucius los siguió y empezaron a pelear, por accidente un hechizo te lanzo a la pared y te golpeaste la cabeza.—un suspiro salió de mis labios.

-Gracias Lupin, ¿Podrias avisarle a Pomfrey que desperté? Ya quiero irme.

Remus asintió, beso mi cabeza y se fue. Minutos después regreso con Poppy y me reviso por última vez, me dejo ir y Remus cargo los dulces conmigo hasta las mazmorras.

-Gracias por traerme, mañana nos vemos a las seis en la puerta trasera para irnos a la casa de los gritos.

-Vale, gracias Bessel, cuidate por favor.—asenti y bese su mejilla para después tomar mis cosas y entrar a la sala común.

***

Narra Adalinde

Crucé la puerta del salón corriendo a tomar la poción anticonceptiva. Mis piernas me dolían y mi cuerpo estaba exhausto. Tom  llevaba tiempo utilizándome a su antojo, no me dejaba descansar, mis entradas dolían a causa de las veces en las que me penetraba sin descanso. Estaba acostumbrada a su tamaño, si, pero a sus rabiosas envestidas sin cuidado no.

Me senté en el mueble y cuando sentí que me podía poner de pié de nuevo lo hice. Corrí al baño y me desnude, me senté en la bañera y abrí el grifo del agua caliente para relajarme, sangre seca calló de mi cuerpo, alguna de mis heridas gracias a tratar de huir de mi destido, mordidas pasadas de la raya de Tom y rasguños que me hacia al gemir.

Lo peor de todo. Era que ya me había dejado. Gemía con el, gritaba con él, me corría con el. Me tenia donde el sabia que debía estar. Mas de una vez comento con gracia que no pude huir mucho de el. Y es cierto.

Al salir ya mas tranquila y relajada, me vestí ligera y suelta con mi pijama de seda. Camine a la habitación de Abraxas. Entre y me dio dolor verlo. La mitad de su cuerpo parecía quemado, su cabello hermoso y rubio se habia opacado, sus ojos grises estaban cerrados y respiraba con dificultad.

Me senté a su lado y comencé a pasar mis paños por su rostro acariciándolo. Esto era mi culpa, se había enfrentado a Voldemort y lo maldijo. Poco a poco la maldición se extendía y Abraxas llegaba a su fin.

-No es tu culpa, deja de atormentarte.—dijo su débil voz.

-Disculpame por todo, por favor.—mis lágrimas salieron. No merecia que yo disfrutará mis momentos con Tom cuando el por defenderme quedó así.

-El amor es injusto Adalinde, te ame tanto, aun lo hago, tu has amado al equivocado, te pude enamorar, pero no como el lo hizo.

-Perdona, perdona.—no sabia que mas decirle, nada tenia justificación. El tenia razón.

-Tranquila, quiero que me hagas un favor. Le he escrito una carta a Lucius y otra a Jane, que mas me hubiera gustado que tener un hijo nuestro, pero eso no fue posible, entrega las cartas.

-No me dejes aun, por favor. —solloce en su pecho y el con sus pocas fuerzas me atrajo mas a el.

-No aguantó mas Adalinde, si lo hago seria sufriendo y no quiero, por favor, matame, no quiero sufrir mas, mi cuerpo antes de paralizarse duele mas y no lo soporto, por favor, dejame ir.—beso mi cabeza y yo no pude responder a su petición, me quede sollozando y disfrutando mis últimos momentos con el hombre que me dio un amor puro, sincero y sin ataduras.

Sentía sus manos acariciar mi cabello y las cartas arrugadas por mis puños. No se cuanto tiempo estuvimos así, quizás una hora, quizás días, exagerando o no, me dolía dejarlo partir.

-Hazlo ya querida, por favor.—me puse de pie y me agache a sus labios, lo besé, el me respondió el beso y duramos otro tiempo así, uniendo nuestros labios, siento el y yo de nuevo.

-Te amo, te extrañare como no tienes idea.—bese su cabeza y me aleje de el.

-También te amo querida, dejame dormir ya, dile a nuestros hijos que los amo.

Asentí y levante mi varita <<Avada Kedavra>> pronuncie. Abraxas quedo inconsciente y yo me tire a abrazar su cuerpo y llorar. Me sentía culpable por no amarlo como el me amaba, por traicionarlo al final, por no ser la esposa que el necesitaba y causarle miles de problemas.

Cuando mi escena de luto termino, envíe unas cartas para su funeral y me dirigí a Hogwarts por mis hijos. Mis tres hijos.

***

Hola guapas!
Hice la escena de la muerte de Abraxas algo empalagosa, siento que el la merecía, Adalinde realmente sabe que ella no lo quería igual y nosotras también sabemos que al que ama a pesar de todo es Tom.
También sentí que tenia que darles su ultimo momento. Al fin de cuentas, eran esposos.
Adalinde se disculpo con el, como vemos, mas que nada por no quererlo igual y saber que de manera interna si le era infiel, ya que a la masoquista de Ada, le gusta el trató de Tom.
Yo que ella me llevaba a los tres chamacos a Australia.

Eso es todo por hoy.
Las quiero!
Liz.

Secret.-Book 2-(Sirius Black)(Book1:JuegoDeSerpientes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora