Eres perfecta para mi Candy

Parte 1 Sin Título

Nueva York 1923

En el panteón central de Nueva York estaba reunido un grupo de personas dándole el último adiós a Susana Marlowe, una pulmonía había sido la causante de su muerte.

Los periodistas tomaban fotos del rostro del Actor Terrence Grandchester y de su madre la famosa y aclamada Actriz Eleonor Baker.

La madre de Susana Marlowe gritaba desconsolada mientras la sepultaban.

La Señora Marlowe empezó a recriminar a Terry.

-¡Esto es lo que querías! ¿Verdad? Que mi hija falleciera para liberarte de ella.

-Señora Marlowe, mi hijo estuvo con Susana hasta su último aliento de vida, él cumplió con su compromiso, usted no tiene nada que reclamarle.

Terry se sentía triste, había dedicado varios años de su vida para cuidar de Susana, habían tenido una relación respetuosa y llena de afecto, él le platicaba sus proyectos, ella lo entendía además de ayudarlo a ensayar las obras teatrales, se habían acostumbrado a la mutua compañía, él llegó a estar en la intimidad con ella pues a veces Susana padecía de ataques depresivos, necesitaba sentirse amada y apreciada, en esos momentos Terry siempre se imaginó que a quien tomaba por mujer era a Candy, en todos esos años no la pudo olvidar, algunas veces veía su foto en los diarios junto con William Albert Andrew el multimillonario jefe del Corporativo Andrew.

-Señora Marlowe, ya no tengo que soportar sus reproches, tengo mi conciencia tranquila, hice lo humanamente posible para darle un poco de felicidad a Susana, yo no le pedí a Dios que la llamara ante su presencia, eso fue una decisión de Él. Deseo que pronto encuentre el consuelo para su vida, quiero decirle que no la odio Señora Marlowe.

Se subieron al coche, Eleonor abrazó a Terry para consolarlo.

-Mamá, ella sufrió mucho, lo que hubiera dado para que no padeciera de esa manera.

-Lo sé hijo, pero ella se fue a un lugar donde no hay más llanto ni más dolor.

Albert estaba en un viaje de negocios cuando Candy se enteró por los diarios sobre el deceso de Susana Marlow

-Pobre Susana-se lamentó Candy

-¿Qué harás Candy? ¿Irás a New York para consolar a Terry?- le preguntó el doctor Martin.

-No, Terry pertenece a un mundo distinto al mío, él es un famoso actor y yo una simple enfermera.

Mientras estemos vivos nos volveremos a encontrar-pensaba Candy.

Albert y Candy se comunicaban por cartas, Los Andrew temían que Albert abandonara su responsabilidad como jefe del clan, Albert se sentía aprisionado, quería ordenar todo para dejar en una cumbre acaudalada a su familia para que el pudiera retirarse y gozar de una vida sencilla a lado de Candy, nunca tuvo el valor de decirle que la amaba pero se lo demostraba con sus acciones, había mandado hacer una habitación especial en la mansión Andrew en Chicago para que ella pasara parte del año con él, también mandó ampliar y remodelar el hogar de Pony para que Candy estuviera cómoda.

Pasaron algunos meses, Terry extrañaba a Susana cuando ensayaba con él, su madre Eleonor Baker trataba por cualquier medio de levantarle el ánimo.

-He pensado en invitar a Candice para tu debut en Hamlet.

Terry quien tomaba un sorbo de té se atragantó al escuchar la ocurrencia de su madre.

-No mamá, ella no querrá venir.

-De todas maneras lo intentaré

Eleonor le escribió a Candy, al poco tiempo recibió la respuesta de ella.