Capítulo 7

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Cuando cumplió cinco meses el bebé decidieron bautizarlo por la Iglesia Anglicana, le pidieron a Albert que fuera el padrino, lo llamaron Terrence Grandchester, ya que Terry por influencia de Candy había perdonado a su padre.

Dieron una gran fiesta, tomaron fotos las cuáles salieron publicadas en el diario de mayor circulación de Chicago, la mujer que le mandaba los anónimos a Terry vio la foto y recortó a Candy, puso su foto a lado de la de Terry, era una fan de clase alta, siempre compraba boletos en los mejores lugares para ver la actuación de Terry, tenía recortes de periódicos donde había reseñas del famoso actor.

En el primer cumpleaños del pequeño hicieron una celebración entre los empresarios teatrales junto con algunos conocidos de Terry, eran pocos pues él no era muy sociable, George y Albert asistieron a la celebración.

El Duque de Grandchester estuvo presente, viajaba frecuentemente para visitar a su nieto.

El niño se quedaba despierto hasta que Terry llegaba de los ensayos para arrullarlo, a veces cuando se le hacía tarde, el niño se dormía llorando. Padre e hijo eran muy unidos.

Pasó el tiempo hasta que Terry y Candy cumplieron siete años de matrimonio, Albert se convirtió en su sombra, se podría decir que fungía como asistente del castaño, le recordaba las fechas importantes, mandaba los regalos, Candy nunca se enteró que Albert era el de los detalles a nombre de su amigo, el reservaba los restaurantes en las celebraciones, los Andrew estaban preocupados porque Albert no buscaba pareja.

Un día le dieron un papel protagónico a Terry, representaría a Julio César una obra de William Shakespeare. Él llegó con la noticia a su casa y decidieron celebrar el siguiente Domingo, invitaron a Albert, a la señora Elroy y a los inversionistas de la compañía teatral.

La señora Elroy quiso hablar con Candy a solas.

-¿Qué pasa tía abuela? La noto preocupada.

-Candice, quiero que hables con William, y lo hagas reflexionar.

-¿Que lo haga reflexionar? ¿Sobre que?

-Lleva siete años siendo la sobra de Terrence, y no tiene ninguna prospecta para que sea su esposa, él no ha querido hacer su propia vida sólo por cuidarte.

-¿Cuidarme? ¿De qué? Tía Elroy yo no me quiero meter en la vida privada de Albert, quizás él no ha encontrado a la idónea, estoy segura que cuando encuentre a la indicada no lo pensará dos veces y se casará con ella.

-Él ya me dijo que nunca se casará, porque siempre te ha amado.

Candy se quedó sorprendida ante tal confesión.

-¿Ya ves a lo que me refiero? Él ha sido la sombra de tu esposo todos estos años, no te diré las cosas que hace para que tú seas feliz, pero está sacrificando su vida para que tu goces a tu familia, a todos en la familia Andrew nos preocupa porque no ha tenido descendencia.

-Él nunca me ha dicho nada, Albert...

-Nunca te ha dicho nada pero sus acciones son las que hablan, persuádelo para que busque el amor, si en realidad lo estimas, dile que se case.

-Claro que lo estimo y no sólo eso, le tengo mucho cariño, no se preocupe tía Elroy, yo hablaré con él hoy mismo.

Candy esperó una oportunidad y le hizo señas a Albert para que la siguiera y pudiera conversar con él.

-¿Qué te sucede pequeña? ¿No te sientes a gusto? ¿ te sientes incomoda por algo?

-No me siento a gusto porque sigues solo ¿Cuándo será el día en que decidas casarte?

Eres perfecta para mi CandyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora