Prólogo.

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[...]

-¡De verdad,no puedo creer cómo dejas que te trate así esa cabrona!-le dije con un tono fuerte y molesto mientras llevaba dos tazas a mi mesa,una de café oscuro para Héctor y una de simple té para mí,ya que soy intolerante a la cafeína.

-¿De qué hablas?-

-Es la tercera vez que te manda a la chingada en este mes y ahí vas otra vez de pendejo a que te "perdone",ya ni la chingas,Héctor.-

Rodó los ojos.-No me mandó a ninguna parte,sólo tuvimos una pequeña discusión como cualquier pareja que se ama mucho.-respondió con un tono sarcástico mientras se recargaba en su silla.

Lo miré molesta y frustrada,no me gustaba que lo trataran así,ya que es mi mejor amigo,pero aveces siento que se lo merece.Se puede cegar mucho por amor ese imbécil.-¿sabes qué?,ya,no me importa lo que suceda en tu relación extraña. Solamente no quiero que después vengas llorando porque te volvió a dejar.-me crucé de brazos y le volteé la cara.

-Ay,no te pongas así,chaparra-me dijo mientras tomaba un sorbo de café.-las cosas están,han estado y estarán bien,no te preocupes por mí.-terminó de decir con una confianza y un egocentrismo enormes.

-Te dije que ya no me importaba...-dije sarcásticamente mientras bebía de mi taza.

                         -Cielito Lindo-

Cielito lindo. [Héctor Rivera y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora