Adiós,Rosa.

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Narra: Héctor
Ayer pasaron demasiadas cosas en una sola tarde,si para mí fue una montaña rusa de emociones no me quiero imaginar para ___. No quiero tocar el tema del beso,lo de su prima la afectó bastante,Mariel ya se había emborrachado así antes pero ___ dice que nunca la había visto tan deprimida. Hace rato llevó a Mariel a su casa,dijo que se quedaría con ella hoy y me iba a dejar a cargo de la casa esta noche,así que sí,estoy solo otra vez.
Salí de casa cerrando la puerta y llevándome las llaves,iré a casa de Rosa por más ropa,lo malo que es sábado y está en casa,tendré que hablar con ella y no será cómo.
Caminé un par de calles y llegué al lugar,toqué la puerta un par de veces hasta que Rosa abrió.

-Mira quién se dignó a aparecerse-

-Vengo por ropa-

-¿Vas a romper otra ventana?-

-¿Qué?-Decidí fingir demencia.

-Ahora resulta que no sabes de qué hablo-

-En serio no sé de qué me hablas,Rosa. ¿Puedo pasar por mi ropa?-

-Está bien,pero apúrate.-Entré a la casa y pude ver algunos vasos rotos en la cocina y varios muebles desacomodados.

-¿Ese culero te volvió a pegar?-

-Se llama Pablo-

-Me vale verga cómo se llame,por esto nunca estoy en casa,si trato de defenderte te opones y lo proteges-

-Pues si no te gusta,no estés aquí,Héctor...-Me dolió más de lo que me enojó su respuesta. Es mi madre,se supone que debe proteger y amar a su hijo antes que a nadie,¿no?
No dije nada más y fui a mi cuarto conteniendo mis palabras,tomé todo lo que pudiera llevarme en ese momento,salí de mi habitación y me dirigí a la salida enojado y a punto de dejar caer algunas lágrimas de coraje y tristeza

-Adiós Rosa-Salí azotando la puerta y me dirigí a casa de ___. Abrí la puerta,entré y cerré con fuerza,dejé mis cosas en el suelo y me senté en el suelo a tratar de no llorar.
Rosa no había sido siempre así,recuerdo cuando aún le decía "Mamá" y ella me ponía antes que todo,yo le contaba todo a ella y ella todo a mí,éramos inseparables. Hasta que llegó Pablo, mamá seguía dolida por el hecho de que mi padre la hubiera dejado sola y esperando a un niño,nos habíamos podido valer solos por años y sin tener ningún problema,no ocupábamos a nadie más. Pero mamá sentía que sí,se enamoró de Pablo sin importarle que él fuese un hijo de la chingada. Mamá ya no era mamá,ahora era Rosa la esposa de Pablo. Me dejó de poner atención a mí y me regañaba si no hacía lo que el pendejo quería y fue cuando supe que ya nada era o iba a ser igual.
Estaba llorando en el piso de la sala cuando de pronto escuché que la puerta se abría. Era ___,al fin había llegado y estaba a punto de tener una desagradable sorpresa.

-¿Héctor?¿Qué pasó?-Me levanté inmediatamente y pude ver la preocupación en su carita.

-No,nada,chaparra-Me sequé las lágrimas y le regalé una sonrisa.-Estoy bien-

-Claro que no,¿Qué te pasó? Sabes que no me puedes guardar secretos-Ambos nos sentamos en el sillón.

-Es que...-Mi voz se empezó a entrecortar y mi sonrisa a desaparecer.-Hoy fui a ver a Rosa y ya sabes,recordar todo eso me pone,así,mal-No esperó más y me abrazó fuertemente dejando así que mis lágrimas fluyeran.

-Siempre estaré aquí para ti,flaquito,lo prometimos hace años y no pienso romper mi promesa-

-No me dejes,___-La abracé con más fuerza.
-Te amo demasiado...-

-Yo también te amo,enfadoso-Pude oír su voz entrecortarse también y fue cuando supe que debía dejar de llorar.
Levanté la cara y volteé a verla con una sonrisa tranquila,le di un beso en la frente y la volví a abrazar.

-Perdón por preocuparte tanto y ser tan infantil aveces-

-Creo que yo más bien debo darte las gracias por ser así,llenas mi vida-

-Tú llenas la mía-Nos miramos un par de segundos y no pudimos esperar más,nos volvimos a besar pero esta vez ambos estábamos de acuerdo con ello,nadie empezó,sólo sabíamos que queríamos. Empezamos con un beso dulce y apasionado que se fue transformando en que ella sostenía mi mejilla con una mano y acariciaba mi pierna con la otra mientras yo acaricia su cabello y pasaba mis manos repentinamente por sus muslos. Cuando menos lo imaginé ella ya estaba sobre mí y ahora no era un sueño. Podía oír los latidos de mi corazón y sentía cómo ella movía su cadera lentamente.
- ___,¿Estás segura de esto?-

-No,pero no quiero sentarme a pensarlo en éste momento,Héctor-Se abalanzó a besar mis labios nuevamente mientras revolvía mi cabello y comenzaba a desabotonar mi camisa rápidamente. Todo terminó en lo que ya se imaginan todos,sexo sexo sexo,el sexo mueve al mundo o tal vez lo destruye,te hace sentir bien en el momento,pero después tu cabeza se llena de dudas y remordimiento,más si lo acabas de hacer con tu mejor amiga.
Ya nos habíamos vestido nuevamente y estábamos sentados en el mismo sillón el uno al lado del otro sin decir ni una sola palabra,la tensión se sentía en el aire y todo el ambiente era muy incómodo. Por más que quisiera sacar plática no podía y no sabía cómo hacerlo ni de qué hacerlo,no le iba a decir "Oye,perdón por no recordar que era tu primera vez,debí ser más delicado" ó "¿Entonces sí lo hice bien?" o algo cómo "¿Lo volveremos a hacer?". No había manera de hacer el momento ameno o por lo menos no tan incomodo,no pude más y decidí hablar sabiendo que probablemente la iba a cagar de alguna manera.

-Perdón por no recordar que era tu primera vez,debí ser más delicado-¡PENDEJO!.

-Ya me voy a dormir,Héctor...-Se levantó con dificultad y caminó algo adolorida hasta su cuarto.

Cielito lindo. [Héctor Rivera y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora