SEGUNDA PARTE

1.3K 138 39
                                    

SEGUNDA PARTE: PURGATORIO

-Hasta que por fin llegas. Te estuve espe...- Labios interrumpieron sus palabras. Los labios de aquel joven recién llegado presionaron contra su boca y le quitaron todas las ganas de reclamar.

Buena jugada

Aun si estaba enojado por la media hora perdida, sabía que aquel sujeto era así. Poniendo una hora, pero dejando a sus parejas a la expectativa de si llegaría o no, como si creara el suspenso apropósito y eso causara que su compañero, por obvias razones, lo pensara; lo deseara.

Rumores contados por sus amantes decían que no era alguien de llegar a los encuentros con puntualidad, pero que valía al final esperarle todo lo que él quisiera. Eso a simple vista podía sonar absurdo, pero teniendo la prueba ante sus ojos, ahora se daba cuenta de que hablaban y que de esto se trataba, de su manera no tan típica de compensarlo.

Sin perder el tiempo, sin charlas. Apretando su cuerpo contra el otro, su espacio personal fue cada vez más escaso, y su poca concentración estaba en sus pies, que retrocedían por el callejón oscuro hasta dar contra el final. Fue ahí donde sus piernas se elevaron para rodear la cintura ajena y la pared fría a su espalda nunca había sido mejor colchón, sosteniéndolo, podía no solo sentir lo duro de los ladrillos, si no también lo duro de esa entrepierna que apretaba contra la suya.

-Demonios...- Gruño en forma áspera, tomándose un respiro de esos húmedos labios que lo había embriagado y llevado hasta ese punto de excitarse.-

-¿Sigues enojado ahora?

¿Enojado? Claro, lo había estado. Pero ese sentimiento ahora estaba muy lejos, como arte de magia, con solo ese beso, todos sus pensamientos se había ido y se transformaron solo en sentimientos de querer más; de buscar más cercanía.

-Al principio pensé que estabas loco por hacerme esperar en un callejón y a las 10 de la noche.- Respondió. Refregando su nariz contra la otra, lento y en círculos, dejo salir un suspiro caliente; embriagándose con la situación.- Pero ahora veo porque...

Aunque al estar esperando pensó en huir antes de encontrarse con que tenía una cita con un asesino o un loco sádico, ahora no se arrepentía de nada y menos con este tipo de recompensas. No todos los días se era atrapado y arrastrado a hasta este tipo de situaciones.

SI aun lo que los rumores decían era cierto y no volvería a ver a aquel sujeto luego de lo que pasara, al menos lo disfrutaría.

Se dejaría envolver por la pasión y por esos simples actos que lo hacían perderse en un mar de emociones. Desde las manos que recorrían su cintura y pecho, hasta los labios que robaban su aliento; arrancándole gimoteos de placer.

El trato por mas descabellado que fuera lo valía.

Porque Jaebum sabía lo que hacía.

---------------

Una llamada, dos llamadas, tres llamadas, a la cuarta no le quedo otra que soltar a su amante de momento y atender.

-¿Qué ocurre? ¿Por qué me llamas?- Hizo notar el enojo en su voz, y tampoco quería disimularlo.

Lo estaban interrumpiendo y eso era imperdonable. Solo había una semana del mes que se tomaba para él, para sus deseos y actividades, así que, que lo estuvieran buscando con tanta insistencia le resultaba agobiante.

-Espero que sea para algo importante y no para estupideces.

-Tranquilo, perro. Obviamente se te olvidaron los modales que el viejo te enseño.

PERRO NEGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora