CUARTA PARTE: ENCUENTROS Y DESENCUENTROS.
-¡Maldito reporte! ¡Maldito profesor!- Iba refunfuñando en voz baja, ya que aun estaba en la biblioteca perdido entre los estantes y libros.
Si tan solo el profesor le hubiera perdonado el trabajo y le hubiera permitido entregárselo a finales de la semana, quizás ahora no estaría tan nervioso. Corriendo contra el reloj.de sus estudios, y contra la de su puntualidad, Mark lo esperaba después de todo.
-¡Aquí esta!- Fue un poco efusivo cuando consiguió su libro, tanto que la maestra, la única que estaba en el lugar, lo regaño por hacer ruido.- Lo siento.- Susurro ,a cercándose con su libro hasta la señora y pidiéndole que lo registrara a su nombre.
A veces no entendía la regla esa de guardar silencio en una biblioteca, menos ahora que solo eran ellos dos en ese lugar y nadie más podía quejarse de eso ¿Para qué seguir tanto las reglas? Simplemente se volvía ilógico, pero ya tenía su libro de ciencias tecnológicas y eso era lo que importaba; ahora podía ir a por su mejor amigo.
O ese fue el plan hasta que llego a las escaleras y se congelo por la repentina melodía; más por una voz
Le sonaba tan conocida, por lo menos ese tono era muy cercano a un recuerdo suyo y si bien nunca fue una persona entrometida o curiosa, Jinyoung no pudo evitar sus ganas de seguir el recorrido de aquella voz; buscando a su portador escaleras arriba.
Por alguna razón había alguien en la azotea de la universidad. Sabía que venía de ese lugar porque solo las personas que hubieran intentado subir hasta el final y encontrado la llave de afuera de la ventana, justo en la esquina del marco, se hubieran quedado ahí. Por lo general, algo comprobado, la gente solo llegaba hasta la gran puerta de metal, miraba el candado con las cadenas y se daba media vuelta para bajar nuevamente; volviendo por donde vino. Solo alguien solitario y sin lugar a donde ir para estar tranquilo se le ocurriría el querer quedarse en ese espacio final.
Alguien como Jinyoung por ejemplo.
Aun recordaba cuando se le ocurrió tomar aire una tarde y al abrir la ventana se encontró con la grata sorpresa de su paso para el otro lado; la llave de la puerta de emergencias.
-¡Esperen! – Si, había entrado en razón solo a cinco escalones de llegar a la dichosa entrada, escuchando cada vez más nítida la melodía y a las dos personas que cantaban; aunque una parecía tener una tonada más alta. - ¿Son dos?- Que estúpida pregunta se estaba haciendo. El castaño se tenía vergüenza, más porque había llegado tan lejos y no se animaba a ir para echar un vistazo. Solo estaba parado ahí y escuchando la letra, aunque lo que más le llamaba la atención eran ciertas partes.
Por favor, regresa
No importa cuánto tardes.
Vuelve a mí lado
No quiero dejarte ir
La voz de ese chico. Jinyoung sintió su corazón paralizarse cuando canto esa estrofa, los sentimientos que sentía en sus letras las trasmitía tan bien y le hacían sentirlas, pensar incluso que se trataba de él; que lo estaba sufriendo él.
El castaño no entendía, pero sinceramente esa voz lo hacía reflexionar y transportarse a un mundo diferente; cosa que solo le había pasado una vez.
Y si alguna vez las cosas se vuelven difíciles
Puedes volver a mi lado
Siempre estaré aquí en este lugar
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PERRO NEGRO
Fanfic🚫+18: " A veces desearía morir." Nada como un baño de sangre en el suelo, manos sucias y un suceso que te cambie la vida para querer desear eso todos los días. Jaebum no vive una mala vida, pero si la mala vida vive dentro de él y es la causante de...