De vuelta a la realidad.

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Seguí sentada allí algún rato más hasta que mi bebé comenzó a avisar que tenía hambre.
Bajé del capót y luego de poner en marcha el auto, conduje de vuelta a la ciudad.

Al llegar a un restaurante, pedí algo liviano. Tomé mi móvil, lo prendí y mientras esperaba que me trajeran la comida, comencé a revisar los mensajes que iban llegando. Tenía unos cuantos mensajes y llamadas de mis amigas, otras tantas de mi madre y por último de Jero.

Mientras almorzaba, decidí marcarles a las chicas.

-¡Magalí! -Gritó Marianela- ¿Dónde te habías metido? Hace horas que estamos intentando ubicarte.

-Tranquila Mari, estoy bien, fui a los acantilados. Las veo en una hora en la heladería que está a una cuadra de casa.

- Perfecto, nos tienes mucho que explicar.

-Si, por eso. Las veo más tarde.

Una vez que terminé de almorzar, me puse en marcha donde había arreglado con las chicas. Cuando llegué, ellas ya estaban esperándome.

-¿Se puede saber que fuiste a hacer a los acantilados? -preguntó una Marianela alterada.

-Necesitaba pensar, y tú sabes que el silencio es con único que lo logró hacer.

-¿Pensar? ¿Pensar que?

-En Esteban, en Jero y sobre todo en el bebé, lo que es mejor para él.

-¿Y que decidiste?

-Hoy discutí con Esteban y con Jero. Luego de pensarlo bien decidí que voy a dejar que Esteban le ponga el apellido al bebé y luego de pensarlo en profundidad, me di cuenta de que lo mío con Jero es imposible, no me parece justo que cargue con una responsabilidad que es de otra persona.

-Maga -soltó Patri acercándose- no tomes una decisión de la cual te puedas arrepentir. A él realmente le importas, hoy cuando nos enteramos que habías huido, él se notaba lo angustiado que estaba. Ustedes están hechos el uno para el otro y no es justo ni para ti, ni para él, que se alejen por una loca idea que se te cruzó por la cabeza.

-¿Lo quieres? -pregunta Marianela clavando sus ojos en mí.

-Pues... -Comencé a darle vueltas a la sensación que tenía dentro de mí al pensar en Jero. Suspiré resignada antes de contestar- Si Mari, lo quiero y por eso es que me alejo de él.

-Si serás terca. -Bufó frustrada patricia- Se nota a una legua de distancia que él te ama. Nadie lo obligó a ofrecerse a hacerse cargo de tu bebé, él solo se ofreció y si quiere hacerse responsable de ti y del bebé que llevas ahí dentro dale una oportunidad.

-Maga, yo sé por que haces todo esto. -Dijo Marianela muy suavemente.

-¿A que te refieres? -No sé si estaba lista para escucharlo de alguien más.

-Lo que sucede es que tienes miedo. -Me responde- Miedo a que te haga lo mismo que hizo tu padre contigo y tu madre, miedo que te deje por alguien más, por eso pones tantas trabas entre ustedes dos. Estas tan asustada que no logras ver que Jero realmente está interesado en ti.

-Suena crudo escuchándolo de alguien más que no sea tu cerebro.

-Ve y habla con él. No esperes a que sea tarde. -Aconsejó Micaela.

Evalué un momento la situación en la que me encontraba, todo lo que habían dicho era cierto, Jero sentía cosas por mí al igual que yo por él, pero el miedo a que me abandonara hacía que pusiera barreras para evitar que me lastimara y no quería aceptar el hecho de que alguien pudiera quererme realmente y más estando embarazada.

-Creo que tienen razón, debería hablar con él e intentar arreglar las cosas.

Tomé mis cosas y luego de despedirme de las chicas, me monté en el auto y conduje hasta la casa de Jero.

Toqué el timbre de la entrada y luego de varios minutos apenas se abrió la puerta pude sentir como se me caía el alma a los pies, ya que no fue Jero quien abrió la puerta de entrada sino la ex y como si eso no fuera poco estaba vestida solamente con una camiseta larga y el pelo algo despeinado.

-¿Si? -Dijo entre serrando la puerta.

-Amm, soy Magalí, estoy buscando a Jerónimo.

-¿Y quien eres tú?

-Soy... -¿Qué le decía? ¿Qué era la novia, después de que había roto con él? Definitivamente no podía- Soy una amiga.

-Pues tendrás que pasar en otro momento por que no puede atendrete, él está... -No pudo terminar ya que la puerta se abrió un poco más dejando ver a un Jerónimo sorprendido.

-Magalí, ¿Qué haces ahí parada? -preguntó Jerónimo totalmente vestido. Algo que realmente me descolocó- Ven, pasa.

-Pasé por que necesito hablar contigo, pero ella me dijo que estabas ocupado- Respondí cuando entramos los tres.

-¿Es enserio? -Le preguntó a la chica la cual bajó inmediatamente la cabeza intentando ocultar la molestia.

-Si y de hecho era así, estábamos a punto de ver una película por si se te olvidó. -Dijo levantando la cabeza para enfrentarlo.

-Pues no quiero sonar maleducado, pero tendrá que ser con alguien más, necesito que recojas todas tus cosas y me dejes solo con Maga.

-¿Qué?

-Lo que has oído. Necesito que te vayas.

La chica desapareció por el pasillo dejándonos en el medio de la sala a la espera. Varios minutos después apareció por el pasillo totalmente vestida, se despidió de Jero con un beso en la mejilla muy cerca de la comisura, cosa que me provocó una punzada de celos y por último me lanzó una mirada cargada de odio para luego de esto dejarnos solos.

Un papá para mi bebé®✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora