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La primera vez que SeHun vio lo que el lápiz y los colores podían hacer, se enamoró de dibujar y pintar. Quería gastarse todo el papel de su casa en dibujos y pinturas, mismas que fueron mejorando conforme crecía.

Min YoonGi creció junto a él, ambos siendo igual de solitarios y apasionados por la música y el arte. Ambos declaraban que solo necesitaban sus pasiones y al otro, que lo entendía mejor que nadie en su gusto por la soledad.

De pequeño, era obligado a convivir con sus primos, los adultos y demás personas que se topara, le saludaran o convivieran en el mismo espacio que él; no toleraba que lo forzaran a jugar con los demás niños o estar de visita con los familiares. De verdad que se enojaba cuando lo regañaban por no querer convivir o apartarse de la gente.

¿Qué tenía de malo que no le gustara la gente?

Acepta que llego a jugar con los niños pero la mayoría del tiempo, le gustaba estar solo pintando. Conforme creció, su talento solo era compartido con YoonGi y sus obras eran guardadas recelosamente en su habitación, dejando las que hacía en la semana en el salón del club de arte.

Todos sus compañeros, después de notar que no le gustaba estar cerca de ellos, empezaron a criticarlo y hablar mal de él: un arrogante, un patán, un arisco, un huraño y un solitario.

Con el tiempo, dejaron de dolerle esos apodos.

La tarde de Marzo, donde quiso quedarse a pintar, hablo con alguien por más de cinco minutos que no era YoonGi.

YiXing era el tipo de persona que siempre estaba rodeada de personas, que reía y sacaba las mejores notas de la escuela. No es que anhelara hablarle pero le causo intriga que alguien que solía reír y hablar todo el tiempo, tuviera una postura tan triste y frágil.

YiXing era hermoso, como todos creían pero SeHun estaba más que seguro que sus oscuros ojos jamás habían lucido tan tristes para alguien y, ser el único que los viera, lo hizo sentirse dichoso.

El chico con el cabello más oscuro que había visto, solía contar anécdotas graciosas en su grupo de amigos, solía reírse de las bromas blancas, contestaba todas las respuestas del examen de manera correcta y miraba por la ventana cuando soplaba el aire. SeHun era observador y no era que le pusiera mucha atención a YiXing pero le llamaba la atención que el chico más popular de su salón mirara con tanta ensoñación el cielo.

—Hey, olvidaste esto. —YoonGi lo saco de sus pensamientos, dejándole un portaminas en el pecho. —Supongo que dibujaste con el de repuesto en el salón de arte.

El rubio asintió, recordando que la tarde de hacía dos días, había pintado a YiXing.

—Pinte a alguien que no eres tú. — confeso, como si temiera la ira de su mejor amigo.

El chico de cabello menta lo miro con sorpresa. —Vaya, no sé si alegrarme o llorar porque ya no soy tu musa.

Apresando la mano derecha del pálido, la llevo a sus labios. —Siempre serás mi inspiración, Min.

—Hablando de eso, ven a mi casa al terminar las clases. Termine la canción.

— ¿Enserio le pediste ayuda a Jung? —al parecer no fue el único en hablar más de cinco minutos con alguien más.

YoonGi asintió avergonzado, como pocas veces lo había visto. —HoSeok es bastante bueno en la música y de verdad tiene talento. Piece of Peace va a gustarte, lo aseguro.

No le gustaba ese agrio sentimiento en su pecho; él solo hablo con YiXing por unos minutos y ya se sentía un traidor a su alma gemela pero YoonGi hasta lucia feliz y no le gustaba.


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Yo, que no se de amor *[SeXing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora