Una extraña calma me invade. Como si todo aquello hubiese sido un sueño, más bien una pesadilla, y ahora la realidad y el agotamiento me hicieran vivir todo a cámara lenta.
Aquí hay otros colores, además de ese espantoso blanco. Hay un espejo. Y en él puedo ver mi rostro apenas iluminado desde abajo por una luz que no sé exactamente de dónde procede. Es cuando comienzo a buscar la luz que me doy cuenta de que he sido atada cuidadosamente a una silla. Claro, una silla especialmente diseñada para mantener a la gente sujeta.
Cuando intento ver mis pies descubro la fuente de luz: un fanal de parafina con una vela justo en su centro. La vela es bastante grande, calculo que alcanzará para unas cuatro o cinco horas de luz. ¿Qué pasará cuando se apague? ¿Vendrán a sacarme o tendré que quedarme en la oscuridad? No temo a lo oscuro, no hay nada en las sombras que pueda dañarme más de lo que me están dañando los seres humanos que están haciendo esto conmigo.
Vuelvo mi atención sobre el espejo. He oído sobre esto: miraré mi reflejo durante tanto tiempo que la luz cambiante de la vela me hará desconocer mi propio rostro. Sonrío.
-Se necesitan más que trucos de luz e ilusión para que desconozca mi propio rostro -Le suelto a nada en particular.
He descubierto que hablar directamente a quien me esté vigilando me hace sentir tranquila, me devuelve en gran parte la cordura. Las personas fuera de la habitación son reales, incluso si lo que pasa dentro de la habitación blanca no son más que alucinaciones. Es mi primer certeza, ellos existen y me están haciendo esto por algún motivo. Quieren romperme.
Pero no dejaré que lo logren tan fácilmente.
Incluso si eso significa volver a quedar en blanco.
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[En Blanco]
General FictionEn blanco. Blanco. Blanco. Todo aquí tiene ese maldito color, ya casi puedo sentir cómo mis propios pensamientos y recuerdos se blanquean y me abandonan. Me tendrán aquí hasta volverme loca, y luego se desharán de mi, estoy segura. Sin embargo, po...