Miro a mi alrededor. Las paredes son blancas, mi atuendo es blanco, la cama con sus sábanas y sus colchas son blancas.
Estoy aquí porque ellos así lo quieren, y seguiré aquí hasta que me pudra, o hasta que ellos consigan lo que quieran.
Para no volverme loca, todos los día me cuento una historia en voz alta, algún recuerdo sobre mi vida.
Juro que hay tanto silencio que a veces siento que mi mente no puede con ello, siento como si las cosas se movieran de lugar y sufriera las más extrañas alucinaciones.
También intento hacer ejercicio a menudo, pero no estoy segura de mantener una rutina muy regular, ya que no tengo forma de contabilizar el tiempo.
Una bandeja de comida blanca aparece cada cierto tiempo, con una especie de engrudo, también blanco. Más de una vez me he lastimado hasta llegar a sacarme sangre sólo para ver algo más que aquella desquiciante blancura.
También hay un escritorio blanco, uno de esos muebles multiusos que, si lo pliegas del modo adecuado, forma una silla.
Sobre el escritorio aparece una hoja de papel cada mañana, y un lápiz. Todos los días escribo una historia, que luego me leo en voz alta para no perder la cordura.
Aunque es muy difícil no hacerlo, en medio de esta blancura.
El suelo, blanco.
Las paredes, blanco.
El techo, blanco.
Los muebles, blanco.
La comida, blanco.
Yo... Blanco.
Yo, blanco.
Blanco.
Blanco.
Blanco.
Blanco.
Blanco.
Blanco.
Blanco.
Blanc
Blanc
Blan
Blan
Bla
Bl
B
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[En Blanco]
General FictionEn blanco. Blanco. Blanco. Todo aquí tiene ese maldito color, ya casi puedo sentir cómo mis propios pensamientos y recuerdos se blanquean y me abandonan. Me tendrán aquí hasta volverme loca, y luego se desharán de mi, estoy segura. Sin embargo, po...