Questions, and other things that shouldn't be spoken.

722 69 23
                                    

Al terminar la reunión, lo primero que Bruce hace, es sacar el móvil del bolsillo de su pantalón clásico oscuro, para llamar a Alfred. En el momento en que el segundo tono suena, del otro lado de la línea alguien descuelga la llamada, y aunque la voz que lo saluda parece tan cordial y serena como siempre, Bruce que conoce perfectamente a la persona que lo crió, se percata enseguida de la nota ligeramente histérica que subyace en el fondo, apagada y oculta bajo la máscara de formalidad.

Bruce decide preguntar.

— Alfred — Y es todo lo que dice. Él, por supuesto, lo entiende.

— No es nada, amo Bruce.

— ¿Es Clark?— Inquiere un poco más inquieto. El mayordomo calla un instante y luego suspira levemente.

— Señor, si usted cree que lograr que Miss. Martha estuviese quieta era difícil, usted no ha visto al amo Clark.

— ¿Clark no está en cama?

— No, el señor Clark decidió que está lo suficientemente recuperado para levantarse a hacer el desayuno de los jóvenes amos Chris y Conner.

— Pero para eso estás tú y los empleados que hemos contratado a su llegada.

— Y eso he intentado explicarle, pero el amo es...

— Ya. Clark es la persona más terca que jamás conocerás. — Alfred no lo niega, solo hace un sonidito afirmativo.— Entonces se ha levantado a hacer el desayuno...

— Y a lavar la losa,— Interrumpe Alfred, y de repente el tono histérico parece más contundente en el fondo de su voz tranquila—y la estufa, y recoger ropa sucia, y lavar, y tender, y...

— ...Entiendo. Es una situación complicada. — Modula suavemente mientras recuesta la espalda contra un pilar que sobresale de una de las paredes de la sala de juntas— sin embargo, al menos ha decidido salir de su habitación.— Suspira por lo bajo y su mirada se pierde entre los gruesos nubarrones propios de su ciudad— Hace casi un mes que está en la mansión, y hasta ahora solo había permanecido encerrado...

— Y no estoy en contra de ello. Si tan solo me escuchase y fuese a caminar al jardín mientras yo hago mi trabajo.

Bruce siente que su pecho vibra con ligereza mientras se imagina a su viejo mayordoma frustrado debido al chiquillo inquieto y curioso que puede llegar a se Clark. Alfred parece percibir el hilo de sus pensamientos, porque él enseguida bufa.

— Parece divertirse, amo.

— Es por lo que has dicho, Alfred. Clark creció en una granja, trabajando de sol a sombra. Más adelante añadió, además, su trabajo como héroe y como reportero, al que luego agregó el cuidado de su hogar y sus hijos. Es como cuando te pido que te relajes y tomes unas vacaciones, y tú vas y haces el doble de trabajo porque te irás un fin de semana, y al final simplemente nunca vas y te quedas trabajando, cuidándome.

— Es diferente...

— No lo es. Por fin has conocido alguien que le haga frente a tu tozudez, Alfred.

— Y a la suya, amo Bruce.

__________

Alfred se las arregla para convencer a Clark de hacerse cargo del jardín; le miente diciendo que necesita urgentemente replantarlo con nuevas plantas y flores.

Clark accede y esa misma mañana se dedica a ello, mientras, más tranquilo, el viejo mayordomo hace sus quehaceres y, de vez en cuando, lo vigila.

__________

Hoy Clark está cumpliendo cuatro meses de embarazo. El latido del par de corazones que resuenan en su interior es un poco más fuerte, además las manitos y piernas ya están bien formadas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 24, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

After allDonde viven las historias. Descúbrelo ahora