A sólo unas horas de que Adalia Glücksmann y Ryan Thorne terminaran su encuentro romántico —aunque Ryan dijese que no—, y el chico estaba en su pequeña meditación después de levantarse de la cama. Lo hacía todo el tiempo, sólo para pensar en qué había hecho y qué faltó por hacer en todo el día anterior.
—Estuve casi todo el día pensando en qué decir, qué hacer y cómo empezar la cita con Adalia. ¿Qué demonios me sucede? Me encanta Rowan Ann, nada más. No hay, ni debería haber nadie más. Tendría que ser así siempre: un hermoso Rowyan. Pero existen inconvenientes enormes, ¿por qué tienen que existir?
Pasé toda la noche en la cita que tuve con ella. Hablamos acerca de nuestras vidas; nos conocimos mucho más, y me parece una persona bastante interesante. Tiene buenos gustos, buenas aficiones, hobbies bastante atrayentes y una familia algo peculiar. Diría que es una copia exacta de Rowan, pero está claro que para mí nadie es igual a ella.
Podría pensar —bueno, ya estoy pensando— que Adalia es la única chica que ha podido llegarle a los talones a Rowan en mi corazón. Es la única que puede hacer cambiar mi realidad.
De pronto alguien toca la puerta de su habitación. Se oyó una voz y ésta era masculina.
—Hola, infeliz —dijo la voz varonil—. ¡Abre la puerta o juro que la tumbaré! —De pronto se escuchó una risa vigorosa, y después tocó suavemente. —Abre, soy Arnold.
Ryan se impresionó tanto de que Arnold llegara hasta donde están. Él no sabía cómo había hecho para ubicarlos, o de qué forma no pudo darse cuenta de que aquélla era la voz de Arnold o cómo demonios entró al hotel, ¡¿quién le abrió?!
—Pasa, está abierto.
Arnold entró silenciosamente al cuarto, y posteriormente cerró la puerta. Se sentó en la cama, al lado de Ryan.
— ¡¿Cómo demonios entraste al hotel?! —preguntó Ryan.
—Henry me abrió —contestó Arnold, acompañado de una sonrisa—. Está buscando unas sodas en la nevera, pero parece que las está fabricando.
—No tenemos sodas. —Ryan se rió porque se dio cuenta que Henry fue hacia el super de enfrente para comprarlas. — ¿Qué tal todo?
Arnold dijo que se encontraba en óptimas condiciones, y que su intención de venir desde tan lejos es sólo explicarle a Bella lo que había sucedido hace unas semanas. Bella no tenía idea de que Arnold había aterrizado en Estados Unidos hace unos días, y que vendría a verle.
— ¿Viniste desde Chile hasta acá? —preguntó Ryan sorprendido, bajando un poco la voz para que no escuchara Bella, que se encontraba en su habitación.
—Sí —respondió el chico—. Hace una par de días llegué.
La puerta del hotel se oye abrirse, y los dos chicos se miran. ¿Se habrá levantado Bella de su cama? Aún era muy temprano, pero podía haber hecho una excepción...
— ¡Escóndete debajo de la cama! —dijo Ryan rápidamente, y Arnold hizo caso. Como pudo entró debajo de la cama, y no hizo ningún ruido.
La misma persona que abrió la puerta del hotel, también abrió la puerta de la habitación de Ryan. Éste había sobre-actuado su tranquilidad, y esperaba que fuese Bella. Pero, la persona que entró a la habitación era Henry, con tres sodas en una bolsa.
— ¿Me perdí de algo? —dijo, y colocó las sodas encima de la mesita de café, al lado de la cama. — ¿Dónde está Arnold? Supongo que ya lo viste y todo eso.
Se escuchó un ruido proveniente de debajo de la cama de Ryan, era parecido al grito de agonía de un burro.
— ¡Ay, por dios! —saltó Henry del susto—. Dime por favor que es un humano quien está debajo.
Ryan rió y le explicó quién estaba debajo de la cama y el motivo. Arnold salió como pudo y terminó de limpiarse el cabello. Tomó la soda que Henry le estaba dando y aún seguía mirándole extrañado.
—Sólo tú tienes la idea de venir desde Chile —dijo Henry—. Por cierto, no tarda en levantarse. Le adelanté la alarma media hora.
—Vine para que se enteraran de que estoy aquí —explicó Arnold—. Vendré quizá mañana o pasado. Y haré todo lo posible porque Bella cambie de opinión con respecto a lo que pasó la última vez.
—Sé que no la engañaste, hermano —le confiesa Ryan.
Henry objetó que él también opinada lo mismo que Ryan.
Arnold se acordó de decirles dónde se estaba hospedando. También aprovechó para contarles que en su universidad están de mini-vacaciones por una festividad. El chico se despidió y salió hacia las calles de New Jersey.
— ¿Cómo supo que estamos estudiando en New Jersey? —preguntó Ryan a Henry.
—Bella debió haberle contado antes de tener el incidente —respondió Henry—. Es lo más lógico. A no ser que tenga otro tipo de fuente.
Al cabo de unos minutos más —para ser precisos, unos cincuenta minutos después—, Bella despertó y salió hacia la sala de estar.
—Buenos días, animales.
Los dos chicos le devolvieron el saludo. Ryan se dirigió hacia ella, y le preguntó:
— ¿Alguna vez le nombraste a Arnold acerca de dónde estudiábamos?
—No —respondió la pelirroja—. ¿Por qué me preguntas eso?
Ryan quedó pensativo ante la respuesta, y miró a Henry. Éste también le regresó la mirada confundida.
Rowan's POV.
Rowan y Sofía estaban montando las pequeñas maletas dentro del maletero. Ya estaban a nada de emprender el viaje hacia New Jersey desde Massachusetts. Ambas chicas estaban deseosas de ver a sus amados, y de poder compartir como anteriormente lo hacían. En paz.
— ¿Preparada? —preguntó Sofía.
— ¡Siempre estoy preparada! —respondió vigorosamente Rowan.
Comenzaron el viaje. Abrían paso por la I-84, con la que llegarían a su destino en más o menos cinco horas. Suerte que se fueron preparadas, metiendo todo tipo de comida y otras cosas más que les servirían de mucha utilidad.
Rowan escribía en la parte trasera de su cuaderno. Observaba los bellos paisajes que pasaban. Era muy fanática de los viajes en automóvil.
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ROWYAN | Temporada 2
RomanceRyan es un chico que, inesperadamente y por obvia decisión de su madre, tuvo que alejarse de sus nuevas amistades y de la chica que le hizo volver a creer en el amor. Su viaje fue con rumbo a Montpellier, Francia. Ryan batalló contra los múltiples p...