Capítulo 44: La respuesta a todo. 😳

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Henry luego de haber hecho una de las deducciones más fantásticas pero a la vez posibles, le envió un mensaje por WhatsApp a Ryan. No esperó más.

Ryan se hallaba con Rowan en Bryan Park, aprovechando su estadía en Manhattan, no desperdiciaron la oportunidad de visitar uno de sus sitios favoritos. El celular le notificó que un mensaje le había llegado.

     Henry, cabeza de televisor: ¡Hey! ¿Dónde estás? Creo que tengo una explicación sobre los collares de medialuna. O, bueno, está inconclusa pero creo que te encantará. 

     Ryan miró a Rowan y le preguntó desde cuándo ocupaba su collar de medialuna; también que él creía que estaba extraviado.

     —Si te soy sincera —dijo Rowan con una sonrisa—, no tengo la menor idea.

     Ella también agregó que él igual lo portaba. Ryan comentó que Henry tenía una posible conclusión sobre esto.

 Ryan le respondió a Henry dónde se encontraba, que trajera a Sabrina y a su novio.

     Henry, cabeza de televisor: ¿Cómo que novio? ¿Sabrina tiene novio? 


     —Henry vendrá en un rato, creo que con Sabrina, Sofía y Miguel —comentó Ryan.

     Rowan asintió con la cabeza mientras lo miraba. Hubo un silencio por unos segundos.

     —Sabes que te amo mucho, ¿verdad? 

     Las pulsaciones de Ryan se incrementaron al instante. La sensación que le otorgaba que Rowan dijera eso era inefable.

     —Sé que me amas. Sé que nunca has dejado de hacerlo, desde hace años. Desde siempre supe que nos amábamos, que esto trascendería. Y por más que hayan habido complicaciones, fallos incomprensibles para ambos, acá estamos. 

     Rowan seguía mirándolo, y lo miraba como nadie lo miraba.

     —También te amo, mi Rowan. Te amo con todo el brillo de la Luna y con la intensidad del Sol. Te amo desde que oí tu voz. Desde que me miraste, supe que debía amarte. Supe que eras diferente. 

     La chica rubia no quería interrumpirlo. Una lágrima se estaba asomando en su ojo derecho. Este momento era emotivo.

     —Tú fuiste quien hizo que volviera a adentrarme en esto. Me hiciste creer, me hiciste confiar de nuevo. Me diste todo lo que alguna vez necesité, y créeme que estaré eternamente agradecido por lo que en mí produces. Te amo porque a diario me das motivos para hacerlo, porque en vez de disminuir el sentimiento, cada día aumenta más y más. Así estés en otro estado o país, es inútil ante esto. Esto es mágico. 

Henry, Sofía, Sabrina y Miguel venían llegando y se detuvieron. Estaban escuchando lo que Ryan decía.

     — ¡Shhh! —se apresuró a decir Henry—. ¡Están ocupados! 

     Sofía sacaba fotos desde la distancia. 

     — ¿Sienten eso? —preguntó Sabrina—. ¿Esto es Rowyan?

     Los demás chicos lo miraron y asintieron con la cabeza. Sí, eso es Rowyan.

Rowyan no solo describía la pareja formada por Rowan y Ryan, sino también servía como medida de amor y sentimiento real, más aún cuando dicho sentimiento sobrepasaba la barrera del enamoramiento y las dos personas sentían algo muchísimo más poderoso. 

     —Henry —susurró Sofía—, ¿acaso estamos presenciando la respuesta a tu teoría?

     Henry la miró y comenzó a pensar.

     — ¿Estás diciendo que el amor que ellos irradian es la razón por la que los collares están en el sitio donde estaban hace más de cuatro años? 

     — ¿Recuerdas la despedida? —siguió Sofía—. Ese día ellos estaban cien por cien enamorados. Quizá fue el mejor momento de su sentimiento, al igual que este.

     Henry seguía pensando.

     — ¿Y la vez en el hotel qué? ¡Esa vez fue superior a todas! —objetó el chico de baja estatura.

     Sabrina y Miguel no entendían nada, pero hacían como que sí. La hermana de Ryan preguntó de qué hablaban. 

     —Con palabras es imposible explicarte —decía Henry—. Pero ojalá tuviera una f... —Rápidamente sacó el teléfono móvil de su bolsillo—. ¡Claro que tengo una foto! ¡Recuerdo habérselas tomado! Pero pensándolo bien, nunca me fijé en cómo había quedado. 

     Henry buscó la foto y se las mostró a todos. Sofía notó algo.

     — ¡Espera! ¿Qué es eso? 

     — ¿Qué?

     — ¡Acércalo, acércalo! 

     Henry acercó la imagen: se apreció correctamente cómo Ryan y Rowan portaban un collar ambos. A lo dos les estalló la cabeza. 

      —No podemos interrumpirlos —dijo Sofía, deteniendo a Henry quien iba con paso decidido hacia la banca donde ellos estaban—. Se lo mostrarás más adelante, por mientras quédate tranquilo. Quizá a ellos les venga mejor aún no saber todo esto, es algo confuso e impactante. 

     Henry entendió. Sabrina y Miguel seguían preguntándose en qué momento pasaron de la incomodidad de presentarle tu pareja a tu mamá a debatir sobre collares.

Ryan y Rowan seguían en lo suyo. Y es que ahora el panorama estaba más claro, ahora ya todo estaba casi completado. Y el factor que marcó la diferencia en el intercambio de sentimientos, fue el haber depositado todo el inmenso amor en los collares. Rowan se lo quitó cuando quiso probarse con otro chico (cuando Ryan estaba en Montpellier) y dejó a un lado el romance majestuoso que sentía (aunque fracasó). 

Por el contrario, Ryan seguía portándolo. Aún sentía ese amor eterno. Gracias a él todavía se mantenía el hilo rojo que los unía espiritualmente. Cuando Ryan se lo quitó y conoció a Adalia, en ese preciso momento no había ocurrido el intercambio. Fue justo cuando Travis decide regalarle el collar con dije de Sol a Rowan. Exactamente ahí fue cuando todo ocurrió, cuando se invirtieron la cosas. 

El alejamiento de Rowyan, el conocer a Travis y Adalia y el factor collares, hizo que, por primera vez, Rowan y Ryan dudaran de su incansable sentimiento.


ROWYAN | Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora