Capítulo 41: Un nuevo comienzo. 🌟

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Ryan se hallaba junto a sus amigos en New York, en lo que sería la despedida final a Bella. También estaban los padres de cada integrante del círculo amistoso (incluyendo al exacalde y ahora gobernador de New York, Carl Houston, y a la mamá y hermana de Ryan, Michelle y Sabrina Thorne). El chico de lentes cuadrados se levantó a dar unas palabras de despedida.

     —Buenas tardes a todos —miró a lo lejos, allí se hallaba su mamá y su hermana, también vio a Rowan—. Este momento nunca creí que pasaría, pero así de imprevista es la vida. Un día estamos, otro no sabemos. Es todo tan impredecible, que nunca adivinaremos qué ocurrirá en los días próximos. Bella fue mi mejor amiga en todo el mundo. Compartimos aula de clases, tanto en el Instituto Hason como en la Universidad de Princeton. Era una amistad sincera, con sus típicos altibajos, pero siempre manteniendo la fidelidad y lealtad que la caracterizaba. Yo amaba a Bella, y quizá decir esto le hubiera hecho voltear los ojos, porque le incomodaba que le digan cosas lindas —Ryan miró por un momento a Arnold, este asentía con la cabeza—. 

     » Todos recordaremos a Bella Avery como una chica alegre, ocurrente y emprendedora. Su carrera de modelo estaba en alza y su carrera universitaria iba por muy buen camino, claro, gracias a Henry y a mí —Ryan ríe por lo bajo—. No me queda más que agradecerle a Bella por haberme dado la compañía que ningún otra amiga me dio, y sé que en algún momento me dirás lo que te faltó decirme. Porque sé que nos volveremos a encontrar.

Ryan bajó del sitio donde se había ubicado para dar su discurso. Sus ojos estaban cristalizados, al igual que de la mayoría de personas en la sala. Algunos lloraban, como la señora Riffman. Luego pasó a dar unas breves palabras la señora Riffman, agregando que su hija sufría de inestabilidad anímica y muy frecuentemente estaba siendo tratada por un especialista. Pero, de un momento a otro, dejó de padecerlo. Y fue cuando conoció a Arnold.

Horas más tardes, Ryan se encontraba en una mesa con su mamá y su hermana pequeña. A su derecha estaba la familia Houston y a su izquierda la familia Cahil (familia de Henry). Ryan tenía mucho sin ver a Carl Houston y le impresionaba ver lo bien cuidado que estaba, a pesar de haber pasado casi cinco años sin verlo. 

     — ¿Desde cuándo estás en Estados Unidos, mamá? —pregunta Ryan.

     Michelle lo mira con diversión, cambió su mirada a su hija menor.

     —Desde hace un par de semanas, pero no quería decirte para darte una sorpresa y visitarte justo cuando acabase la universidad. Pero este acontecimiento me arruinó la sorpresa. Sabrina era cómplice.

     La chica (ya adolescente) sonreía pícara. Ryan le preguntó cómo iba en su estudio.

     —Soy tu hermana, Ryan, ¿recuerdas? Soy tan genia como tú, o incluso, más genia que tú. —Se quedó mirando un rato hacia una mesa en concreto—. Por cierto, ¿tú no estabas saliendo con aquella chica? —susurró. Luego señaló con su mirada hacia la mesa donde estaba la señora Glücksmann y Adalia.

     Ryan se volvió a impresionar. 

     —En ningún momento he salido con ella. Solamente es mi amiga, Sabrina. ¿Sabes con quién salgo y he salido desde que estaba como tú? —Ryan le señaló con su mirada hacia su lado derecho.

     Sabrina miró sin disimular. Ben (el hermano de Rowan) se enteró.

     — ¡Hey, Ryan! ¿Por qué no te acercas un rato? —pidió el chico.

     Ryan, quien no le aterraba tanto la idea de estar en dicha mesa, aceptó sin vacilar. Sabrina le dijo algo así como "haz lo tuyo". 

 El chico dirigió una silla hacia la mesa para que pudiera sentarse justo al lado de Rowan.

     —Vaya, vaya —observó Carl—. Ryan Thorne. El famoso o, mejor dicho, el exfamoso —culminó con una pequeña sonrisa.

     Ryan se lo tomó bien. Rowan le dijo "¡papá!".

     —El mismito. Solo que ahora tengo más barba, pero sigo siendo el mismo famoso.

     Carl rió. También objetó que era muy grato volver a verlo y charlar después de tantos años.

     —Estuviste más de cuatro años sin hablar conmigo. Ni un WhatsApp ni nada, eh —dijo Carl.

     — ¡Pero si usted me dejó en gris! Además, me dijo que le escribiera solo si era urgente.

     —Ryan, eso fue hace cuatro años. Yo no aceptaba del todo que tú fueras la pareja de mi hija. Pero ahora, mírense. Son mayores de edad ambos. Se ven hasta genial juntos, ¿no, Ben?

     Ben asintió sonriente. Rowan se dirigió hacia la mesa de Sofía que estaba haciéndole señas para que se acercara.

     —Ahora que no está Rowan, óyeme. En un par de semanas cumple año, entonces quería, ya que finalizaron el año en la universidad, hacerle una pequeña fiesta en la playa. Además, continuar con una fiesta en grande, pero en un crucero.

     Ryan alucinaba con lo que escuchaba. Él estaba preparándole un crucero como cumpleaños número 19.

     —Entonces, ve diciéndole a tu mamá y a tu hermana que también están invitadas. Así pasamos un gran día y tú por fin intentas pedirle que sea tu novia. ¿Qué tal?

     Ben reía porque el plan era idóneo para que Ryan le pidiera a Rowan que fuera su novia de una vez por todas.

     —Porque yo sé que aún no son novios —le guiñó el ojo—. Se lo pregunté a Rowan, claro.

     Ryan se reía. Le parecía un plan maravilloso. Allí pensó en intentar buscar de nuevo los collares de medialuna.


ROWYAN | Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora