Capítulo 40: Volver a nacer. 🌹

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     —Mi nombre es Bella, un placer —dijo la chica pelirroja, tendiéndome la mano. 

     Yo la estreché y le dije mi nombre. Parecía contenta de conocerme.

     —Supongo que no te han dado un tour por el Instituto, ya que llegaste ayer. 

     Y comenzamos a recorrer el sitio. Desde los lugares más reconocibles, hasta los que jamás imaginé que existirían. Conocí al director, a algunos amigos de Bella que estaban cursando años superiores. Estaba fascinado.

     —Por si te interesa, conozco a varias amigas que quizá quieran conocerte —comentó sonriendo. Yo me sonrojé un poco.

No entendía por qué una chica que recién me conocía, me podía transmitir tan buena vibra. Venía de un lugar donde contaba solamente con dos amigos, y los demás al poco tiempo me rechazaban. El miedo de comenzar de nuevo se redujo altamente cuando esta chica me habló.

Días más tardes

     — ¡Acá estamos, Ryan! —dijo Bella.

     Era primera vez que entraba a su casa y era muy linda. Estuvimos recorriéndola, ella me hacía algo parecido a un tour.

     Nos sentamos en la sala de estar.

     — ¿Sabes? En algún momento, probablemente, me vaya a otro Instituto. Nunca estoy fijamente en alguno. 

     Bella me miró y preguntó si esto era muy poco probable. Le respondí que era 50 y 50.

     —Ryan, por favor. Prométeme que en ningún momento le dirás a Arnold lo que siento por él. Eres la única persona que lo sabe actualmente. Aún no se lo he contado a Rowan.

     Al escuchar lo último, reaccioné asombrado. Bella creyó primero en mí.  Le respondí que no había problemas, porque jamás se lo diría.

     —Acompáñame, ven.

Ahora me encontraba en el hotel de New Jersey, almorzando en el comedor. Estaba junto a Bella.

     —Ryan, gracias por estar siempre a mi lado. Siempre has confiando en mí y nunca te has alejado a pesar de las cosas. Eres mi mejor amigo.

     No tenía motivos para alejarme de ella o desconfiar. Siempre creí que la necesidad de ella era tener un amigo el cual contarle todo lo que sentía.

     —Y si en algún momento muero y vuelvo a nacer, espero ser tu amiga de nuevo. Y en ese momento, todo lo que hice mal espero hacerlo bien. 

Bella siempre ha sido una chica con problemas anímicos. Siempre estuve intentando elevarle los ánimos, dándole a entender que ella era capaz de afrontar cualquier cosa. En cualquier cosa que Rowan, su mejor amiga, no podía estar, yo intentaba acompañarla. Porque ella siempre me necesitaba. 

     —Yo tengo la fortuna de haber coincidido contigo —respondí—. Y acá estaré, aun así tenga que volver a nacer.

     La chica sonrió. —Hay cosas que aún no te he contado, pero que pronto lo haré. Espero que logres comprenderme así como lo has hecho en estos últimos años.

     Asentí sonriente.

El Sol pegó fuerte en la cara de Ryan, hizo que volviera en sí. Estaba imaginando todo lo que había sucedido en estos últimos cuatro años. Aún no se creía la muerte de Bella. 

En el momento en que llegaron a la casa, Bella se había ahorcado hace más de dos horas. Ryan no quería entrar en ningún momento a la casa, pero tuvo que hacerlo. Los médicos ya habían acudido al sitio y logró verla acostada en una camilla. El llanto no se podía contener, el chico de lentes se apartó de la escena. Observó que los señores Riffman estaban en el sitio. Vio a Rowan sentada con la mirada perdida. Se sentó a su lado.

     —No logré estar con ella en su peor momento —dijo Ryan. Rowan lo miró.

     —Lo hiciste, Ryan. Siempre estuviste con ella. Tú eras lo mejor que ella tenía.

     Esas palabras no convencían al chico. Sabía que el peor momento de Bella había sido hace unas semanas y él no pudo estar para ayudarla. 


Días después

Como la chica siempre lo decía, quería ser cremada. Sus padres lo hicieron posible. Los días transcurridos postmuerte, fue los peores para el circulo amistoso. Los ánimos estaban por el suelo.

     —Ella dijo que había cosas que me contaría —dijo Ryan—. ¿Tendrá algo que ver con lo que dejó en la carta?

     Rowan, Henry, Sofía, Adalia, Travis y Arnold lo escuchaban.

     —Nunca imaginé que estaba ocasionándole tanto daño —añadió Rowan.

     Los chicos reaccionaron diciéndole que no tenía culpa en nada. Y ninguno de los que estaban allí tenían culpa. Lastimosamente, fue algo inesperado.



ROWYAN | Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora