El ruido del avión aterrizando fue uno de los mejores sonidos que Ryan pudo escuchar en toda su vida. El viaje fue muy estresante, tanto para él como para Sabrina, pero por fin llegaron a su apreciado destino. Todos desalojan el avión blanco en cuyos laterales se lee una marca de aerolínea bastante desconocida. Ryan y Sabrina fueron uno de los últimos, observan el panorama, el ambiente está totalmente distinto al de hace unas horas.
—Por fin estamos de vuelta... —deja escapar Ryan, mirando tontamente el cielo azul.
—Sí, gracias al cielo —suelta su moño—, me estaba desesperando.
Se dirigieron al recibidor del aeropuerto, y en este no había nadie conocido (era obvio porque ellos no avisaron cuándo se irían). Salieron a la calle y tomaron un taxi, luego de darle la dirección al conductor, éste mira con mucha rareza a Ryan. Por la mente de Ryan pasaba: «No me jodas con que me va a reconocer». El conductor apartó la mirada muy despacio, y dijo:
—Está bien.
Pasado un rato el taxi llega al lugar deseado, los dos se bajan de este, y el conductor detiene a Ryan, con la esperanza de que no pase lo que pensó.
—¿Ella es tu novia? —pregunta el taxista, era un chico no más de veinte años, un poco robusto y con bigote.
—No, es mi hermana —responde de una manera un poco brusca, seguido de cerrar la puerta.
La vista de ellos cambia del taxi a la casa que está enfrente de ellos. Los ojos de Ryan se cristalizan, y Sabrina cambia su mirada porque estaba apunto de llorar. Sí, la nostalgia los invadió, a la mente les llegaban recuerdos del pasado.
—Entra primero —propone Sabrina, quien veía más afectado a Ryan.
Ryan en un movimiento casi irregular sube los pequeños escalones y abre la puerta. Por dentro todo está igual que antes, el gran salón blanco, con sólo cuatro cuadros de colores.
—Definitivamente hemos vuelto —dice Ryan sin apartar la vista de la hermosa entrada.
—¿Vas a invitar a los chicos? —pregunta la chica de cabello rubio.
—Prefiero ir a buscarlos —ahora sí mira a Sabrina—. ¿Me acompañas?
—¡Por supuesto! —acepta ella muy animada.
Dejaron sus cosas en la mesa que está al lado de los sillones, salieron y sin pensarlo dos veces, Ryan miró hacia el fondo del vecindario, en dirección en donde antes estaba la Mansión Houston. Allí seguía la hermosa Mansión, y afuera de ésta estaba un coche negro, supuso que sería del chófer.
—Vamos a la Mansión primero —propone Ryan.
—Cómo digas, hermano.
Se dirigían a la Mansión, Ryan, como fue el primero en llegar, tocó el timbre. Pasaron unos minutos en esperar la respuesta de un anterior «¡Ya voy!». La puerta se abrió de repente, dentro estaba una chica de estatura media, cabello negro y un poco canoso.
—¿Desean algo? —pregunta la mujer que abrió la puerta.
—¿Se encuentra Rowan? —responde Ryan con otra pregunta.
—No, salió hace —mira su reloj— quince minutos.
—Uhm... —deja escapar Ryan.
—¡Gracias! —se apresura en decir Sabrina.
Van hacia la acera, y Ryan saca su celular.
—¿A quién llamarás?
—A Henry —responde, ya marcando el celular.
Pasan unos segundos de haberle marcado, y éste atiende.
—Hola, Ryan, ¿cómo estás? —pregunta muy animado.
—Hola, muy bien —cambia el tono—. Adivina qué...
—¿Qué? —responde con mucha curiosidad.
—Hace menos de media hora llegué a Estados Unidos —dice Ryan con un tono, entre miedo y felicidad.
—Lo sé, ya lo sabía —dice con voz tranquila. Algo que Ryan notó, y se sorprendió demasiado.
—¿Qué? —alarga—. ¿Cómo sabías?
—Pues, fácil —responde con despreocupación—. Primero, vi tu ubicación cuando subiste la última foto a Instagram.
—Perdóname..., quería que fuera una sorpresa.
—Tranquilo, Ryan —pasa a un tono más amigable—. ¿Estás en tu casa? Voy para allá.
—Sí, ven.
La inesperada respuesta de Henry, hizo que Ryan pasara de un estado alegre, a un poco de vergüenza. Él quería que todo fuese una sorpresa, pero todo salió mal. Al cabo de unos quince minutos, Henry llega y entra a la casa. Ambos se quedan mirando fijamente, mientras Sabrina mira extrañada a Henry. Ellos notaron un cambio muy drástico en él.
—¿En serio tú eres Henry? —pregunta Ryan sin apartar la vista del rostro de el chico.
—¿Y tú eres Ryan? —responde también mirándolo.
Henry está cambiado, su rostro pasó de un niño tímido, a un rostro más serio. Él también notó que Ryan no está igual, también cambió el rostro, y creció su barba. Sabrina, por su parte, ella creció un poco más, tiene el pelo aún más rubio, y ya es toda una señorita.
—¿Y qué tal el viaje? —pregunta luego de un rato de hablar sobre sus cambios físicos.
—Para nada bien, fue una tortura —responde Sabrina.
—Sí, primero, el viaje se retrasó, luego llegamos tarde —resopla—. En fin, ya estamos aquí.
—¿Ya viste a Rowan? —deja escapar él. La cara de Ryan cambió.
—No, ¿sabes dónde está?
—Sí, fue al centro comercial con Bella.
Salimos afuera, y lo primero que notó Ryan es un coche. Sí, Henry compró un coche.
—¿Compraste un coche? —pregunta Sabrina, viendo lo que sería un Cobalt de color azul.
—Sí, lo compré hace, más o menos, un año —responde él con una sonrisa—. Bueno, móntense.
Ambos se montamos en el coche, se dirigían al centro comercial más cercano, que, según Ryan, era el favorito de Rowan. Nadie dudaba de Ryan cuando se trataba de ella, él sabía todo acerca de su amada.
—¿Aquí es? —pregunta confuso Henry mirando el centro comercial.
—Sí, ése es. —responde Ryan.
Todos bajan, y entran en éste. Cuando van por el primer pasillo, ven bajar por las escaleras a dos chicas, una con el cabello rojizo, y la otra con el cabello rubio. Efectivamente eran, Bella y Rowan. Ellas, como de un impulso corren hacia Henry. Ninguna de las dos reconoció a Ryan ni a Sabrina.
—¿Cómo has estado, Henry? —preguntó Rowan.
—Muy bien. Y más, porque han llegado ellos dos. —Mira a Sabrina y a Ryan.
—¿Quiénes son...? —Los mira disimuladamente—. ¿Ella no es...? ¿Y él no es...?
—¡¿Son Ryan y Sabrina?! —grita Bella por detrás de todos.
—Sí, lo somos. —confirma Ryan con una alta sonrisa.
Rowan como de un ataque de adrenalina, salta encima de Ryan, abrazándolo con toda la fuerza y el amor del mundo, nadie los podía separar. Ryan miraba con mucha emoción a Rowan, al término de su abrazo.
—Regresé.
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ROWYAN | Temporada 2
RomanceRyan es un chico que, inesperadamente y por obvia decisión de su madre, tuvo que alejarse de sus nuevas amistades y de la chica que le hizo volver a creer en el amor. Su viaje fue con rumbo a Montpellier, Francia. Ryan batalló contra los múltiples p...