Capítulo 22: Henry oculta algo. 🤐

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Adalia continuaba en el hotel; Ryan y Henry aún no habían llegado. La chica de cabello negro azabache estaba contándole todo lo que creía sentir por el chico de lentes cuadrados. Aunque Bella ya sabía sobre todo esto: era muy notorio. La pelirroja le decía que debía relajarse y esperar a que Ryan vea su interés.

     —Es así, Ada —argumentó Bella—. Debes esperar, Ryan está encantado contigo. Se le nota. 

     Adalia era algo escéptica ante las palabras de la pelirroja.

     —No deben tardar en llegar, eh —agregó.

La puerta del hotel se oyó abrir: habían llegado los dos chicos. El primero, Henry, pasó directamente a su cuarto (después de guiñarle el ojo a ambas chicas); por otra parte, Ryan se dirigió a sentarse en medio de las dos chicas.

     —Gracias por estar aquí con nosotros —dijo Ryan. Adalia casi llora después de oír esto.

     Bella sonreía ante la mirada embobada de Adalia hacia Ryan. Casi que leía lo que decían sus pensamientos. Ryan también la miraba.

Henry volvió a salir del hotel.

     —Ya vuelvo, iré a hacer unas cosas que olvidé. Vuelvo al tiro. —Y salió casi corriendo.

     Los tres chicos se miraron algo extrañados, pero siguieron en lo suyo.

Bella preguntó que si fue buena idea haber organizado la cena entre ellos dos.

     —Sinceramente, fue una grandísima idea —respondió rápidamente Ryan. Le sonrió.

El haber organizado dicha cena, fue un punto de inflexión para Ryan: conoció, por primera vez, a una chica parecida, en casi todo, a alguien que no lograba recordar. Pero él sabía que su parentesco era enorme, y jamás creyó que eso pasaría... ni él ni nadie.

Ryan al ver a Adalia sentía que la conocía de algún sitio. Sentía que ya había estado con ella en algún momento, que ya habían compartido en otro momento de su vida. Pero no sabía cuándo o dónde. Era una sensación extrañísima.

     —De casualidad, ¿anteriormente nos conocíamos de algún lado?

     Bella y Adalia lo miraron extrañado. Quizá Ryan estaba confundiéndola con alguien, pero sentía la misma confianza que había sentido con otra persona en algún momento de su vida. PERO NO SABÍA QUIÉN.

     —No... olvídalo. Creo que solo es mi imaginación.

Bella decidió proponer que los tres hicieran la cena juntos. Estos asintieron y siguieron a la pelirroja hacia la cocina. A Ryan le surgían destellos de chef a cada minuto, debía aprovecharse de ello.

Otros destellos que le surgían, era acordarse de esa persona que le producía la confianza eterna que jamás había le habían producido. Era una sensación indescriptible, pero, a su vez, era la peor cosa que puede existir. Es un juego emocional muy severo el que poseía el chico de estatura pronunciada. 

     —Tú haz la ensalada —ordenó Ryan a Adalia—; tú el jugo y yo me encargo de lo demás. ¿Entendieron?

     Ryan se puso manos a la obra y comenzó su increíble intento de Gordon Ramsay.

Henry's POV.

Henry se dirigía con paso decidido hacia una vieja tienda, ubicada a unas cuantas cuadras del hotel donde se hospedaba. Parecía abandonado ese sitio. El chico se adentró en dicho lugar y sacó su Smartphone

     —Acá estoy. Te di una segunda oportunidad, ¿vendrás o no? —finalizó y, seguidamente, colgó la llamada. Su tono era serio y para nada vacilante. 

     Se dignó a sentarse en una silla medio vieja que estaba a su derecha. El sitio se comprendía desde sus paredes aguamarinas, decoradas por el abundante polvo y tela de araña. Una que otra tenía una rasgadura y una mancha un tanto extraña. Henry no miraba esto; tenía los ojos fijos hacia la entrada de ese lugar. Nada más que eso.

La puerta de madera vieja se abrió poco a poco: alguien había llegado. La mirada de Henry se posó sobre la persona que atravesó el marco. Este se levantó de donde estaba...

Ryan's POV.

     — ¿Alguna vez habían cocinado algo tan espectacular como esto? —preguntó Ryan, algo engreído, pero en forma de broma.

     Adalia se rió. Sinceramente, se pensaba que la chica de cabello negro azabache nunca había cocinado. Pero este pensar quedó borrado en un abrir y cerrar de ojos: Adalia era una cocinera muy buena.

     —Todos los días cocino algo espectacular, Ryan —bromeó Bella. Ryan carcajeó y, luego de esto, posó su brazo sobre detrás de los hombros de Adalia. 

     Bella captó esto. Tomó su plato con su comida servida y se retiró hacia la sala, dejándolos solos.

Adalia miró fijamente a Ryan. Pero Ryan solo le sonrió y continuó sirviendo su plato. Adalia también prosiguió a hacer esto.

     —Mis padres realmente quieren conocerte, Ryan —dijo Adalia. 

     —Lo sé. Pronto iré a visitarte, de verdad. No te apresures, Ada.

      Ahí, Adalia recordó las palabras de Bella: "No te apresures".

     —Está bien, Ryan —concluyó con una hermosa sonrisa.

ROWYAN | Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora