Capítulo 8: Caminos opuestos. 😞

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Las ventanas del aula se encontraban abiertas, y a través de éstas entraba un aire fresco y mañanero. Ryan, que seguía más pendiente de su libro Elementarios: El Lado Oscuro que de cualquier otra cosa, solía bostezar de vez en cuando. Ya saben, la charla de bienvenida de cada profesor el primer día de clases, era lo más aburrido.

El hombre dijo cómo se llama: Petter Christopher. Habló acerca de su vida un poco, pero mínima fue la atención que Ryan le dio.

La chica que anteriormente había atraído la atención de Ryan, después de un buen tiempo de sólo pensar en Rowan, seguía al pendiente de la clase y no desviaba su mirada del profesor Petter. Constantemente preguntaba y participaba; hasta le preguntó sobre si tenía esposa.

     —Sí —respondió el señor Petter—. Mi esposa trabaja aquí, también. Además de ello, tengo cinco hijos y dos nietos.

     —Usted no parece tan anciano —comentó Ryan. Le sorprendió que un hombre tan joven, a primera vista, tuviese cinco hijos.

El profesor Petter comentó que tenía cincuenta años y que llevaba siendo docente más de veinticinco años. A Ryan le asombró aún más esto.

La clase terminó y todos salieron hacia la parte frontal de Princeton, haciendo el mismo recorrido para llegar al aula, pero en sentido contrario. Ryan estaba sentado junto a Herny, ambos observando a los tantos estudiantes que conformaban la Universidad.

     —Me pregunto qué estarán haciendo Sofía y Rowan —dijo Henry. Su tono fue un poco triste, pero supo disimularlo bastante.

     —No te preocupes, hermano. A ellas les está yendo de lo mejor en Harvard, y pronto estaremos visitándolas.

Henry inhaló y exhaló. Parecía estar extrañando enormemente a Sofía, al igual que Ryan a Rowan.

Rowan's POV.

La mañana de Rowan estuvo de lo más tranquila y cálida. De vez en cuando oía un piropo de algún chico que se cruzaba, pero ella lo ignoraba.

Subía y bajaba las escaleras con Sofía, la novia de Henry. E intercambiaban sus pensamientos sobre cómo estarán sus chicos.

     —Extraño tanto a Henry —dijo Sofía, sin apartar la mirada del smarthphone—. A veces imagino que por allá encontrará mi reemplazo. —Su cara cambió, pero parecía no darle mucha importancia al asunto. Sofía levantó el rostro para mirar a Rowan, y ésta le sonrió de forma motivacional.

     —No seas tonta —le dice Rowan, acercándose más a ella y abrazándola—. Henry es un buen chico, ¿sabes? Él jamás hará algo como eso.

Rowan pensó en que esto puede llegar a ocurrir, incluso con ella y Ryan.

Pero, ¿por qué pensar en las cosas más duras? Ryan y ella estaban completamente seguros de que su futuro se basaría en estar unidos. Así mismo debían pensar Sofía y Henry.

Rowan constantemente escribía en la última página de su cuaderno, cosas como:

"Pensar que tú estás a kilómetros, y que me hace falta tu voz; tus abrazos y tus caricias, hace que mi existencia se vuelva más dura. Pero sé que cuando estemos unidos de nuevo, vamos a conquistar el mundo."

Basándose en la distancia establecida entre uno y otro.

"Nuestra realidad es sencilla. Amamos al que más nos destruye psicológicamente; a aquél que, aunque amemos realmente y no queramos que se aparte de nuestro lado, nos hace daño a distancia. El extrañar su amor hace que sintamos miedo y desconfianza.

Te amo, pero te necesito cada segundo que pasa." 

     — ¿Qué escribes allí? —pregunta Sofía. Ésta se inclinó un poco más hacia el cuaderno donde Rowan estaba escribiendo.

     —Nada interesante. Eh, cosas sobre las nuevas materias, tú ya sabes.

Sofía la miró con claro escepticismo, pero dejó de insistir y siguió en su smarthpone. Al cabo de unos minutos alguien la estaba llamando y tuvo que atenderla. Rowan quedó sola en el banco.

Ella iba a levantarse, pero alguien llegó a su lado. Era un chico.

     — ¿Puedo sentarme? —dijo la voz masculina, muy gruesa. Una pregunta estúpida porque él ya estaba sentado.

Rowan asintió con la cabeza y se encogió de hombros.

     —Oí que vienes de Manhattan y también que eres hija del Gobernador de Nueva York. —Algo que olvidó mencionarle Rowan a Ryan. Su padre había ganado el puesto de Gobernador del estado de Nueva York.

     —Algo normal —sentenció ella. Levantó su mirada y encontró a un chico moreno, de cejas pobladas y ojos verdes no tan claros.

Continuaron hablando; en varias ocasiones Rowan intentaba dejar de hablar, pero él seguía sacándole conversación de cualquier tema. Su nombre era Travis.

Ryan's POV.

Lo único rescatable del día de Ryan fue haber almorzado a tiempo. Las clases se prolongaban mucho; Ryan creía que el término sería más temprano, pero, tanto él como Henry y Bella, estaban sorprendidos.

Fueron a un restaurante cercano a la Universidad. Ryan pidió alitas de pollo, Henry quiso una ensalada César y Bella pidió macarrones con queso. Estaban allí, hablando sobre cómo había sido el día, y burlándose de cualquier otro tercero.

     — ¿Qué tal la chica? —preguntó Bella. Su plato había llegado a la mesa, junto con el de los otros dos.

     — ¿Adalia, dices? —respondió Henry, ya había dado su primer bocado—. Es bastante hermosa, quizás también sea muy adinerada. Pero no es de mi interés.

Bella miró a Ryan para que opinara al respecto, pero éste tenía comida en su boca.

     —Pues... —Tragó. —Sí, es linda, no lo negaré. Pero, vamos. Estoy enamorado de Rowan Lynn. ¿Cuál es la insistencia en querer conocer otra chica?

Bella exhaló, probó bocado y después dijo:

     —No te pido que seas su novio, imbécil. Sólo quiero que ustedes dos —golpeó medianamente la mesa y atrajo la atención de Henry— socialicen más y hagan amigos en esta nueva etapa.

Henry rió porque se asustó, éste al girar a su derecha vio que una chica estaba caminando hacia su mesa. Y sí, era Adalia Glücksmann.

     —¿Puedo sentarme aquí?

ROWYAN | Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora