Parte uno.

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ACLARACIÓN:
Para entender ésta historia tenés que leer antes la primera parte, la cual puedes encontrar en mi perfil con el mismo título.

¿Creyeron que esto había terminado? Pues no, obviamente no.

Derek cayó al suelo al mismo tiempo en que sonó aquel disparo. McCall había jalado el gatillo de su arma.
La bala se incrustó en el muslo del azabache, obligándolo a detener su carrera y tumbarse al suelo, gritando adolorido, pero aún arrastrándose por la arena, tratando de huir de las manos de los dos agentes que se acercaban a él, decididos a levantarlo.

- ¡No más huídas, niño! - expresó McCall, jalando a Derek de los brazos para levantarlo.

Derek gruñó adolorido cuando su pierna herida cargó el peso de su propio cuerpo, así que, por puro instinto, volvió a caerse al suelo, poniéndose ambas manos sobre la herida, notando cómo la bala, que seguía incrustada en su piel, hacía presión contra sus músculos sangrantes. Gotas de sangre caían sobre la arena, siendo borradas por la agua salada del mar que se colaba por debajo de su cuerpo.

McCall, insensible y malhumorado, volvió a levantar al adolescente, ahora tomándolo por las axilas, a lo que Derek fácilmente tuvo la oportunidad de golpear al agente en la nariz con el codo.

- ¡Hijo de perra! - gruñó McCall, poniéndose una mano en la nariz al tiempo en que soltaba a Derek y éste se echaba a correr torpemente durante un par de metros antes de caerse de nuevo.

Rápidamente Parrish fue tras el adolescente, siendo más considerado que McCall, pues no tenía ningún rencor con el menor, ni siquiera lo conocía.

- Derek, ya no trates de huir o te lastimarás más - susurró Jordan, y Derek negó con la cabeza -. Te prometo que si vienes con nosotros, trataremos de ayudarte. Por favor, Derek.

- Suelten a Stiles - pidió él, sollozando por culpa del dolor -. Si sueltan a Stiles, prometo irme con ustedes...sólo tienen que demostrarme que él estará libre.

Jordan miró hacia John, quien caminaba hacia su patrulla con Stiles casi arrastrando, pues el castaño yacía inconsciente. Derek vio hacia aquella dirección, con los ojos humedecidos por culpa de las lágrimas, y los labios temblorosos, impotentes.

- No podemos hacer eso, Derek...- contestó el agente, suspirando -. Stiles es sospechoso, y culpable de varios robos, no podemos dejarlo ir.

- Él no hizo nada, todo...fue culpa mía - insistió Derek, gruñendo cuando McCall se acercaba a él y le ataba las manos con unas esposas.

- El juez sabrá qué hacer contigo, niño - jaló al menor por la cadena de las esposas, poniéndolo de pie bruscamente, por lo que Derek se quejó.

En cuanto el adolescente estuvo de pie junto a McCall, éste puso el cañón de la pistola contra la cintura de Derek, amenazándolo con dispararle si no caminaba hacia la patrulla sin intenciones de querer huir. Derek no tuvo otra opción más que obedecer al agente; ya no había oportunidades de huir, y ni siquiera podía correr, es más, ¡Ni podía caminar adecuadamente!

- Llevémoslo a las oficinas lo antes posible, o perderá mucha sangre - dijo Jordan, abriendo la puerta de la patrulla para que Derek subiera.

Y justo antes de que Derek pusiera un pie en el interior de la patrulla, el sonido de un fuerte claxon acompañado con un par de disparos hicieron que los tres hombres se agacharan, tratando de cubrirse de las balas que volaban sobre ellos.

- ¿¡Qué carajo es esto!? - gritó McCall, mirando en dirección a la carretera.

Un camper volkswagen se acercaba a la playa a toda velocidad, las balas salían disparadas desde la ventanilla izquierda de la camioneta con la intensión de distraer a los agentes.

T.S.O.T.S.G 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora