EMOCIONES DE CRISTAL

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Como todo en esta vida, las experiencias son para todos algo particular en su vivir, eventos posibles de apropiarse y dignos de ser exclusivos para cada cual, que se almacenarán en el interior e imaginario de cada individua e individuo y resultarán a cada uno, de distinto modo particular.

El amor, el mundo, las tareas y la imaginación de la chica pasaban a mil por hora. La ilusión por la compañía cálida de su compañero era un sinfín de situaciones nuevas en su corazón. Ella vivía a prisa, olvidando poco a poco quien era antes de llegar.

Mientras el tiempo transcurría, la realidad prefabricada de la sociedad atrapaba a Dana en aquel pantano comesueños. Sus ilusiones personales quedaron relegadas a un olvidado plano, en el que raras veces la chica solía revisar. Las ilusiones que se hallaban flotando en el espacio poco a poco se fueron asentando hasta tocar fondo y lo mágico empezó a petrificarse convirtiéndose en realidad. La vida no debería perder su ensueño, pero ¿Acaso eso se enseña en casa?, -no para todos- algunas veces, las personas han de llevarse una vida entera en comprenderlo. 

Quedó atrapada en el mundo ordinario, enredada en roles asfixiantes, quedo sumergida en la falsa imagen de la felicidad preconcebida con la que suponemos hemos alcanzado el éxito. Su mundo giró alrededor de otro individuo -quien por cierto era un gran chico-, pero no comprendían para aquel momento que las claves principales se hallan dentro de sí. Pasaron los años, se desenamoraron, se adaptaron, tocaron la realidad, maduraron, comprendieron sus situaciones, se cuestionaron en sus propias acciones, se reprocharon los cambios, se perdonaron los errores, se desconocieron entre ellos, reconocieron a la nueva persona en la que se habían convertido, asimilaron que se encontraban en un nuevo momento y por fin partieron.

Aquel día los ojos morunos lloraron tanto, que podrían haber formado un mar capaz de inundar un desierto, pero fueron descargados de su inconformidad que no encontraba palabras para continuar sino hasta ese momento; ese mismo día, las alas atadas de Dana lloraron interminablemente el fin de su cautiverio, pero fueron liberadas, y algo de pronto se rompía en sus interiores, si tan solo hace algún tiempo todo parecía perfecto, pero la madurez siempre desplazará a las fantasías... sus corazones frágiles sufrieron, pero también crecieron  y convinieron en aquel momento en que era mejor decir adiós. No había más que la satisfacción de lo vivido, lo incierto de emprender la marcha de nuevo y el agradecimiento por convergir en un punto de sus historias.

Ella se alejó muy triste. El tenía el corazón a punto de derrumbarse. Pero entre ambos existía el respeto firme, nexo que haría posible superar todas sus situaciones. Estrecharon una vez más sus cuerpos en un fuerte abrazo, partiendo cada uno por su lado tras un beso en las mejillas.

Hasta pronto, hasta pronto...

Aquel día Dana comprendió que para mantener en ella a su verdadera esencia, debía conocer lo frágil que resulta cual vaso de cristal, exponer el corazón a tantas emociones reales. Jamás se arrepentiría, pero acababa de entender lo delicado de la realidad y lo complejo de las situaciones relacionadas al amor.






DANA Y EL DESTIERRO DE SU YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora