Parpadee varias veces tratando de despertar, no lograba enfocar la vista y me dolía un infierno la cabeza, y aunque estaba aturdida, logre escuchar una voz sorda al unísono preguntándome una y otra vez "¿Ya despertaste?", me atormentaba pues cada vez se hacía más fuerte, sentía que mi cabeza iba explotar.
Desperté de golpe dentro del almacén y empecé a observar a mis alrededores mientras acariciaba mi adolorida cabeza. De pronto, sentí que algo se movía detrás de mí, voltee lentamente y lo primero que encontré, fue con los enorme ojos de Ragga a solo dos centímetros de mi rostro, retrocedí atemorizada a unos cinco pasos de donde estaba, el, al no gustarle mi reacción, se abalanza y coloca sobre mí, acercado su rostro
Sentía su respiración en mi rostro, era caliente y húmeda, erizaba mi piel y me hacía temblar. Estiro su brazo a una de las esquinas del almacén, sacando de la oscuridad mi cuaderno y bolso entregándomelo en las manos.
— ¿Seguimos? —pregunto.
Me quede mirándolo intrigada, las palabras no brotaban de mi boca y mi temor crecía a cada segundo.
— ¡Vamos que sucede! —insistió. Irritado golpeo con fuerza el suelo.
Me levante al instante, abrí el cuaderno y saque el bolígrafo de mi bolso, siempre manteniendo mi cabeza abajo y mis ojos cerrados.
—Ahora se cortés pequeña Violet —tomo mi mentón con sus afiladas garras y levanto mi cabeza suavemente.
De mis ojos comenzaron a brotar lágrimas de desesperación y el las secaba con sus ásperos dedos, era doloroso como si miles de alfileres rosaran mi cara, abrí los ojos una vez más y trate de mirarlo a la cara. Trate de calmarme pero era inútil, temblaba sin parar y no era capaz de escribir de esa manera, forzosamente me quede viéndolo por más de cinco segundos, y pensé al instante cómo reaccionar.
—Tomate tu tiempo pequeña Violet, tienes toda la noche para calmar tu nervios —comprendí que debía escucharlo si quería irme.
Después de eso, se quitó de encima y se alejó de mi ocultándose una vez más en la oscuridad, deje de temblar por unos instantes y me frote los ojos, no podía dejar que el miedo volviera a consumirme, tenía que salir de ahí lo más pronto posible.
—Bien... en donde estábamos —le digo. Saco la punta de mi bolígrafo.
—Pues... al comienzo del espectáculo.
Jaden estaba listo para demostrar su proyecto y como no sabía exactamente cómo funcionaba, decidió dejarlo todo a la suerte e improvisar.
—Oye amigo —Jaden le señalo a Ragga la mesa —, coloca aquel disco en el reproductor, esto se pondrá bueno.
—Como digas —encendió el reproductor y comenzó a sonar una canción —, que comience la presentación, mi amigo.
La música sonaba vigorizando el ambiente del gimnasio, Jaden se veía preocupado pero una sonrisa falsa tapaba su inquietud. Ragga sonrió y saco el control apuntando justo en el núcleo del pecho, el armatoste se encendió y Jaden logro levantar la prótesis unida al núcleo como si nada.
— ¡Miren esto perdedores! —grito de alegría. Movía el brazo de un lado al otro como si fuera un niño con un nuevo juguete — ¡la victoria es mía!
—Felicidades —Ragga lo miro con desprecio y presiono algunos botones del control —, espero que disfrutes de tu gratificante victoria, el tiempo que dure.
Guardo el control en su chaqueta y volvió a su mesa, dejando a Jaden embriagándose de aplausos y elogios de los jueces por unos minutos. Mientras seguía jugueteando con el proyecto, Jaden no se dio cuenta que el armatoste pegado a su pecho le estaba abriendo la piel, no hasta que sintió una dolorosa pulsada en el corazón, este cayo de rodillas al suelo y grito de dolor.

ESTÁS LEYENDO
Ragga
Mystery / ThrillerVioleta S. Gilman una curiosa niña de ciudad a la que le encanta el periodismo y las historias excepcionales que de vez en cuando salen en la TV. Sale a recorrer las calles de su ciudad para entrevistar transeúntes y al caer la noche un infortunado...