II. 10:00 pm

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*ADVERTENCIA* La siguiente historia se está volviendo enferma ... ya saben lo que les espera.

Sonidos húmedos en el ambiente, provenientes de lugares distintos

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Sonidos húmedos en el ambiente, provenientes de lugares distintos. Tres personas que disfrutan de las caricias y actos deliciosamente lujuriosos.

Momentos antes, un Koujaku sonrojado y hasta indignado, se negaba a unas segundas manos acariciándole. El orgullo de Koujaku era tan dominante en él, que no salían más que negativas de sus boca. Pero esto tenía solución. Aquellos renuentes labios, fueron besados por el peliazul, quien sabía bien como controlar al ojirojo, tal como a una marioneta. Aquella mezcla de dulce líquido entre ambos por el apasionado beso, comenzaba a alejar cualquier rastro de negativa de la mente de Koujaku, tal como si la esencia del peliazul lo hechizara; ahora haría lo que Aoba quisiera.

En esos momentos, Ren pasea sus manos por la tatuada piel del abdomen y pecho de Koujaku. Sus dedos se movían con una delicadeza tal, dando ligeros toques en su espalda; aquellos que le hacían arquearla por la electrizante sensación; círculos en su abdomen que le hacían pedir más; y toques obscenos en su fornidas piernas, los que provocaban que el ojirojo mordieran sus labios para contener sus gemidos.

Koujaku se encontraba en un éxtasis, producto de la felación que Aoba le daba, y viceversa, en un perfecto 69 que permitía a uno disfrutar del otro. Las caricias en su piel hacían su temperatura elevarse por los cielos, el erecto miembro de Ren rozando sus glúteos no hizo más que aumentar su deseo, esto se vio reflejado cuando comenzó a moverse un poco contra el miembro de Ren; con movimientos discretos y pequeños; pues su aún existente orgullo no le dejaría mostrar descaradamente lo mucho que le gustaba esa sensación. Sentir deseo por un hombre que lo estaba sometiendo le causaba culpa interna, pero no quería detenerse.

Aoba devoraba la intimidad de Koujaku, introduciendo su miembro en su boca, llegando hasta el fondo. Koujaku podía sentir la calidez de aquella boca por toda la extensión de su parte baja. Pero eso no era la fuente de placer del ojirojo, tampoco de su atención.

Ren se separó, todo para poder dirigirse hasta la parte trasera del ojirojo, encontrándose con los ojos ámbar de Aoba llenos de deleite y con cierta malicia; le gustaba lo que estaba viendo.

Ren se dirigió hasta aquellos glúteos y separando un poco, comenzó a pasear su lengua por la entrada de Koujaku, lo que ocasionó gemidos ahogados por parte de éste. La húmeda sensación le hacía sentir tanto placer. La lengua de Ren rozaba alrededor de aquel orificio, el placer se volvió tan insoportable, que Koujaku eyaculó sobre la boca de Aoba. El peliazul tragó por completo su esencia, sentía el miembro contrario palpitar por el placer.

Koujaku había terminado, pero Aoba apenas comenzaba. Su erección estaba en su punto clave, pero tampoco parecía estar cerca del clímax.

Koujaku, ya liberado. Deshizo aquel 69 y prosiguió con su trabajo, darle ahora placer a Aoba. Introducía el miembro contrario en su boca lo más profundo que podía, sin importarle las pequeñas arcadas que eso ocasionaba. Lamía el duro y firme falo como si de una paleta se tratase, "una paleta con un sabor exquisito", pensaba. Aquella áspera lengua lamía su glande como si de un dulce se tratase. Sentía en aquel pequeño orificio el líquido preseminal saliendo, resultado del éxtasis, pero que Koujaku devoraba, con ese sabor dulce como la miel.

Noche en Sodoma [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora