XVIII. 2:53 am

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Aoba mantenía el diminuto control remoto frente a su rostro, agitándolo de un lado a otro levemente; muestra de que ahora él estaba a cargo

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Aoba mantenía el diminuto control remoto frente a su rostro, agitándolo de un lado a otro levemente; muestra de que ahora él estaba a cargo.

Trip comenzaba a despertar. Llevó sus manos a la cabeza (señal clara de dolor), y giró su mirada por los alrededores, viendo a un serio Virus a su derecha, de pie y con su mirada al frente.

Cuando el expelirrojo observó lo que tanto cautivaba a Virus, sus ojos se abrieron por la impresión.

Allí estaba, su preciado Sly Blue, lo sabía, aquella mirada sádica se lo indicaba descaradamente, tan descaradamente como la mirada ambarina.

Solo el dorso del peliazul podía observarse por aquella ventana rectangular de cristal, pero ésta dejaba ver aquel cuerpo que parecía haber adquirido una alergia a la ropa.

Rápidamente se incorporó, aún con la mano en la cabeza y una mueca de dolor. Pero notó algo inusual en su diestra: un brazalete metálico; eso no podía ser bueno.

—Sly-san, te lo preguntaré solo una vez más. ¿Qué es lo que pretendes manteniéndonos aquí?—cuestionó Virus con una sonrisa que en realidad era falsa; no sabía que le esperaba ahora, Aoba los dejó totalmente indefensos.

—Pretendo divertirme un poco. Son tan iguales que me parecen totalmente aburridos. La tensión sexual entre ustedes me tiene harto—mencionó con fastidió y una sonrisa irónica.

—¿Disculpa?—preguntó Trip, desconcertado.

—No traten de negarlo—prosiguió Sly— sobre todo tú Trip. Tienes tantas ganas de cogerte a ese hombre que no encuentras la manera de gritarselo—seguido de esto, emitió una gran risa.

Palabras llenas de razón pero que el expelirrojo jamás ... JAMÁS admitiría.

—No estás consciente de lo que dices Sly. ¿Por qué no nos dejas salir de aquí y terminamos con esto?—propuso Trip con tranquilidad, sin siquiera inmutarse en lo más mínimo ante el hecho de haber sido descubierto.

—Para nada. Te cumpliré aquel deseo que tanto anhelas desde hace tiempo—ambos rubios se quedaron desconcertados, pero el peliazul comenzaría con su juego—. Virus, quiero que beses a Trip.

—Perdoname Sly-san, pero creo que te equivocaste con nosotros...—mencionó Virus, con una sonrisa en su rostro; claro que no cedería fácilmente a las peticiones del peliazul.

—Lo harás... —interrumpió el ambarino—...o presionaré el botón.

Ambos rubios veía con una mirada inexpresiva a Sly; no parecían dispuestos a ceder.

—Como gusten—al ver la poca colaboración de ambos, tomó el control y presionó un botón al azar.

Inmediatamente la electricidad comenzó a correr por el cuerpo de Trip. Sus músculos se tensaban, sus ojos se cerraban con fuerza, tratando de contener aquella sensación tan insoportable.

Noche en Sodoma [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora