Noche en Sodoma [Terminada]

XX. 6:59 am [Final]

   Unos impacientes ojos miran atentos una rojiza puerta, tienen miedo pero no pueden apartarse, una voz le llama incesablemente.

“Ven a mí...

...quiero verte

...por última

...vez.

  Mizuki, inseguro, camina hasta la puerta. Alguna vez pudo ver a alguien postrado en aquella blanquecina cama, alguien con un poder extraordinario en su mirada ¿podrá verlo nuevamente?

   La puerta se abre, un gran manto de luz sale proyectado hacia él y entonces, toda ilusión... Se rompe...

   Con una pesadez abrumadora, unos parpados se abren. Los rayos de sol entran, indicadores de que la noche, aquella noche peculiar, ha terminado.

   ¿Sueño? ¿Premonición? ¿Visión? No podría saberlo. Su mente siempre fue un misterio para Toue y todo su séquito de científicos, por ende también debía serlo para él mismo.

   Una señal del destino, el color blanco ha desaparecido de su interior, ahora solo hay un gran gris que pronto se tornara totalmente negro.

   Él dos veces amó.

   Uno, fue el amor más puro que se puede tener a alguien que comparte tu sangre, alguien que nació contigo, tu otra mitad.

   Otro, fue el amor a una persona que jamás supo de su existencia. Un amor lejano que nació de una simple mirada, pero que murió por la indiferencia.

    Ambos corrompidos por un deseo llamado lujuria.

   Todo lo que fue, debe desaparecer.

   —Sei-san...—Un elegante rubio entra por la gran puerta. Con un caminar totalmente sincronizado y hasta hipnótico, se acerca hasta él—. Veo que tu piel tiene más color que ayer, eso nos alegra.

   —Hi hi~ —Seguido del primer rubio, un segundo hace acto de presencia.

   Aquellas dos personas, protagonistas de tantos pensamientos en la mente corrompida del ojinegro.

   —Toue desea hablar contigo, supongo que eso te alegrará; hace tanto tiempo que no viene a visitarte—mencionó Trip.

   —Esperemos que tu salud continúe mejorando, Sei-san.

   Ambos emitieron una sonrisa que podía parecer maliciosa y no era para menos; ambos notaban algo diferente en aquel ser que tanto cuidaban y amaban. Tal vez, una pizca de lo que daría lugar a un terrible mal.

   La puerta permaneció abierta y pasos seguidos de un incesante ruido proveniente de un bastón, resonaron por el pasillo.

   Con la vista al frente, viendo algún punto fijo pero que a la vez apuntaba a la nada. Un cuerpo débil a punto de colapsar. Unos parpados que luchan por no cerrarse, una mente lucha sin éxito por no corromperse.

   Finalmente, quien se corona como «su padre» aparece, con una sonrisa satisfactoria en sus labios y aquella frívola impecabilidad que lo caracterizaba.

   —Sei, tu salud mejora cada día, nada llena más de alegria que saber que tú, que eres como mi hijo, podrás ver mi utopía cumplida y tal vez, puedas seguir con ella. Tú serás mi sucesor ...

“Destruyeme ...

...con tu poder”

   ¿Qué es la maldad? Alguien inocente, que siempre estuvo rodeado de ella se lo preguntó alguna vez.

   Nada más que maldad a tu alrededor, sin embargo, intacto de ella.

   Pero no por mucho tiempo...

“No quiero ser así”
“No quiero ser alcanzado por la maldad”
“Nadie debe conocer lo que ocurrió aquí”
“La noche en Sodoma debe ser destruida”
“Salvame de la maldad”
“Salva al mundo de mí”

—Nii-San ...

—Aoba ... Por fin puedo conocerte.

... Ahora destruyeme

...Destruye
la noche en Sodoma

...Con tu poder

—Lo haré ...nii-san.