Oh Se Hun era un chico de veintidós años que vivía con sus padres y estudiaba Artes Escénicas para la Expresión Dancística en la universidad de sus sueños. Cuando tenía tiempo libre, le gustaba salir con sus amigos y divertirse, pero jamás descuidaba sus estudios. En fin, era un joven con una vida bastante normal.
Excepto por un detallito...
Llevaba un año entero intentando encontrar el momento perfecto para hacerle una gran confesión a sus padres y que éstos por fin supieran que él no estaba ni siquiera un poco interesado en las mujeres. Estaba cansado de que con frecuencia le preguntaran si no tenía una buena novia a la que estuviera escondiendo. No podía más, la situación era cada vez más incómoda.
Sus padres merecían saber la verdad. Claro, Se Hun había imaginado que al contarlo todo traería algunos insultos y gritos, pero nunca llegó a pensar que todo terminaría en un desastre.
Dejando que los nervios se apoderaran de su cuerpo, se miró en el espejo de su habitación una vez más, practicando cómo revelar las cosas con calma. Su cabello castaño estaba alborotado y algo húmedo, pues se acababa de dar una ducha, incluso llevaba una toalla pequeña alrededor de su cuello, misma que se encargaba de secar unas cuantas gotas que aún resbalaban por su suave y pálida piel.
Después de pensarlo demasiado, se convenció de que el momento perfecto no existía. Así tomó la decisión de soltar toda la verdad durante la cena de aquella noche, aunque tenía cierto miedo.
Bajó a cenar cuando escuchó la alegre voz de su madre anunciando que los platos ya estaban servidos en la mesa. Ella fue la primera en notar que Se Hun estaba más callado de lo normal, rara vez se le escapaban cosas así, por lo que preguntó de manera casual a su hijo si había algo molestándolo.
Llegó el momento y suspiró antes de revelar su orientación sexual. ¿El resultado? Su madre había comenzado a llorar en silencio y su padre se había vuelto loco.
El hombre estaba lo que seguía de furioso, si es que se podía describir. No supo cómo reaccionar, así que lo primero que hizo fue voltear a ver a su mujer y lanzar su vaso de vidrio casi lleno al suelo, rompiéndolo con el fuerte impacto. Se Hun y su madre cerraron los ojos al escuchar el fuerte ruido, pero no dijeron nada.
—¡¿Cómo puedes salir con estas estupideces, Se Hun?! —Gritó su padre, acabando con el incómodo silencio y levantándose para acercarse al menor, sujetándolo por el cuello de la camisa.
—¡Suéltalo! —Pidió la señora Oh al instante, temblando ante la actitud agresiva que su esposo empezaba a mostrar.
—¡¿Acaso tú estás de acuerdo con esto?! —La volteó a ver—. ¡¿Tú estás de acuerdo con tener un hijo homosexual?!
Se Hun, más asustado que nada, intentó hacer contacto visual con su madre para pedirle ayuda, pero la mujer no hizo más que desviar su mirada hacia el suelo. Era obvio que la señora no sabía qué hacer, pues ella también se sentía decepcionada, aun si no había tenido exactamente la misma reacción que su esposo.
—Podemos... sentarnos y... hablar —sugirió después de varios segundos, ahogando un sollozo—. No lo sé, estoy tan sorprendida como tú.
—¿Sentarnos y hablar? —El señor Oh soltó a su hijo y negó un par de veces—. No... Eso no va a cambiar nada...
A pesar de que el tono de su voz ya se escuchaba más tranquilo, no se necesitaba ser un genio para notar que seguía bastante enojado.
—Papá, por favor... —Se Hun trató de decir algo, pero fue silenciado de inmediato.
—¡Cállate! —Ordenó el señor, señalándolo—. No tienes ni idea de la vergüenza que me da que lleves mi sangre.
Aquellas palabras lastimaron mucho al castaño. Con toda sinceridad, él habría preferido que su padre lo golpeara.
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Hacia delante [HANHUN]
FanfictionNo importa qué pase, no importa cuántas cosas salgan mal, no importa qué tan difícil se muestre la vida. Mientras Lu Han se quede a su lado para recordarle que no está solo, todo estará bien. ⚠ PROHIBIDO COPIAR O ADAPTAR ESTA HISTORIA.